Si ayer destacábamos la nueva película de la hija de uno de los astros más brillantes del fantástico, David Lynch, hoy nos pararemos en el debut del hijo de otro de los grandes David del género: Cronenberg. De 1975 a 1999 David Cronenberg entregó una serie de largometrajes incómodos, enfermizos y malignos que permanecen en la memoria -y en las estanterías- de todos los fans del género. Desde Vinieron de dentro de… hasta eXistenZ, el canadiense ha presentado su discurso habitual de horror corporal, a veces con más tino que otras, pero siempre contundente y llegando a la cima de ese horror en las enfermizas y brillantes, El almuerzo desnudo, La Mosca o Videodrome. Durante los últimos años David Cronenberg ha bajado el listón extremo de sus películas, sobre todo en la fallida Promesas del este, a las que siguieron las aburridas Un método peligroso y Cosmopolis, una de las experiencias más complicadas de la temporada.
Antiviral, carta de presentación de su hijo Brandon, parece jugar en el terreno de los años locos de su padre: Syd trabaja como dependiente para una clínica que vende virus cultivados en la piel de celebridades. Decidido a hacerse con un sobresueldo, el chico, que se dedica también a la venda ilegal, terminará por adentrarse en un entramado de conspiraciones.
Una apuesta segura que bien podría haber llevado la firma de papá Cronenberg si no fuera porque actualmente se dedica a aburrir a las piedras.
Última actualización: 30/09/2012