En el capítulo número 17 de la cuarta temporada de Person of Interest conocemos un poco más a nuestros protagonistas, mientras tratan con un psicólogo algo especial. Antes de empezar tal vez te interese recordar lo que ocurría en el episodio de la semana pasada. ¡Alerta spoiler!
Irrelevante
Este capítulo comienza en el pasado, cinco años atrás, cuando vemos a Finch en silla de ruedas. Con la voz distorsionada, llama a Alicia Corwin (Elizabeth Marvel) y la acusa de provocar, por medio de sus acciones, la muerte de su mejor amigo, Nathan Ingram. La llama asesina, traidora y le amenaza con un peligro inminente mientras empieza a manejar una bomba. La mujer, asustada, realiza una llamada misteriosa. Entonces vemos a Finch siendo marcado por el sistema como “amenaza”, aunque no tarda de cambiar su estado a “irrelevante”. El pasado de Harold siempre tan interesante.
Recordemos que Nathan (Brett Cullen) era el creador de la Máquina, junto a Finch, y se convirtió –por así decirlo- en la cara visible del proyecto. Precisamente, eso mismo le llevó a ser asesinado cuando estaba a punto de contar lo más grande sobre el sistema que había ayudado a crear y en lo que se estaba convirtiendo. Por su parte, Alicia, trabajaba para Seguridad Nacional y se trata de una de las pocas personas del mundo que sabían de la existencia de la Máquina. Root acabó con ella de un disparo en el último episodio de la primera temporada.
Eres tú, ¿verdad?
Finch está decidido a colocar esa bomba en el coche de Alicia. Y se da cuenta de que, por donde pasa, no dejan de sonar los teléfonos. Mira fijamente a una cámara de seguridad cercana: “Eres tú, ¿verdad? Estás intentando que no lo haga. No te di voz para que no tuvieses nada que decir”. Cuando Corwin entra en el coche, Finch habla con ella sobre todo lo ocurrido mientras mantiene el dedo en el botón. Mientras, una cabina cercana no deja de sonar; la Máquina intenta impedir que Harold pulse.
Alicia intenta hacerle entrar en razón. Solo escucha una voz distorsionada que no sabe ni de dónde procede, pero ella no sabía que el asesinato de Ingram estaba planeado. Solo trataba de hacer que el mundo fuese un poco más seguro. Finch no la cree, pues es una mentirosa entrenada. Corwin asegura que tal vez tenga razón y la muerte de Nathan sea culpa suya, pero era su amigo. Cuando parece que Harold va a pulsar el botón, los seguros del coche se abren. Parece que Finch lo ha pensado mejor. La cabina deja de sonar.
Karma
De vuelta al presente, podemos observar a Finch en la consulta de un psicólogo, el doctor Edwards (Patrick Kennedy). Habla sobre lo que le supuso perder a su mejor amigo y Edwards le asegura que parece llevar cargando con cierta parte de culpa durante ya mucho tiempo. En la calle, Reese y Fusco escuchan la conversación, ya que el doctor es la persona de interés de este capítulo. Se entretienen leyendo su ficha: experto en tratar a víctimas de crímenes violentos, su esposa Lucy fue asesinada ocho años atrás por un repartidor.
Edwards le pregunta a Harold si vive solo. En realidad vive con su perro y asegura que una vez estuvo prometido pero la relación se rompió. El doctor confiesa que él también ha pasado por algo así y es muy duro. Hablan sobre su mujer, tratando de medir a Edwards para saber por dónde va a salir. Cuando termina la sesión, Finch se las apaña para dejar un bolígrafo/cámara en la consulta, gracias al cual pueden espiar la conversación con la paciente siguiente.
Se trata de Angela (Megan Tusing), una joven en silla de ruedas que no puede soportar ver como Barton, quién aparentemente tiene que ver con su situación, se pasa el día de fiesta. Es entonces cuando el doctor le asegura a la chica que el karma no dejará a Barton sin su merecido. ¿Lo hará como consuelo? ¿Una novedosa terapia de venganza? ¿Será él el karma?
Molestias
Pero no se trata del único psicólogo del episodio, porque el propio John tiene cita –médica- con la doctora Campbell. Le comenta que ha conocido a alguien que ha perdido a una persona importante y, bueno, eso le trae malos recuerdos. Parece que Reese va a contarlo pero al final no, como siempre.
En el apartamento de Edwards todas las pertenencias de su esposa siguen allí, como si nada. Parece que no ha superado su pérdida. Y eso que es psicólogo. John le sigue hasta un gimnasio, donde lo único que hace es meter una pistola en una bolsa de deporte de otro. Lo siguiente que vemos es como el doctor se dirige a un banco y tira algo misterioso dentro de una papelera. ¿Acaso va a robar el banco?
Antes de salir, Edwards coge una tarjeta de uno de los trabajadores. Su siguiente movimiento no es otro que llamar a aquel tal Barton, asegurándole que el banco ha congelado su cuenta. Se ha hecho pasar por el trabajador de la tarjeta y acuerdan encontrarse en el banco. ¿Pero por qué tanta molestia?
Víctima
Antes de la entrada de Barton a la sucursal, el doctor llama al de la tarjeta y le asegura que va a atracar el banco y un compañero entrará con una bolsa de deporte. Barton hace acto de presencia claramente enfadado y entonces es cuando lo que Edwards metió en la papelera hace explosión, se va la luz y terminan deteniendo al joven, que descubre que incluso lleva una pistola encima.
Reese se da cuenta en seguida de lo que pasa. Aparentemente, su número del día no es una víctima y acaba de inculpar a Barton de un robo que ni siquiera iba a cometer. Finch investiga y vemos como no es la primera vez que doctor karmas lo hace. Desde la muerte de su mujer, se ha dedicado a meter en la cárcel a gente que había dañado de algún modo a sus pacientes. También descubren que las pruebas existentes sobre la muerte de Lucy eran circunstanciales. Otra cosa no, pero los métodos de Edwards son merecedores de entrar en el equipo.
John deja caer que, tal vez, alguna antigua víctima vuelva para vengarse. Exactamente, en una gala. El doctor da un discurso en el que habla de su mujer. Reese aparece con su psicóloga, que precisamente estaba invitada al evento. Y entonces es cuando Harold ve entrar a Morris (Daniel Sauli), el hombre acusado de matar a Lucy, que no duda en increpar a Edwards de que es inocente y por su culpa ha perdido muchos años de su vida. El doctor decide marcharse de allí, y salva la vida por los pelos –gracias a John- pues habían puesto una bomba en su coche.
¿No fue él?
En comisaria, nos enteramos de que fue el testimonio de Edwards lo que mandó a Morris a prisión y que éste trabajó en una empresa de demolición antes de ser repartidor. Pero todo no puede ser tan sencillo. La bomba del coche estaba fatalmente hecha, y alguien con su experiencia seguro que podría haberlo hecho mucho mejor. ¿Entonces, no fue él? El testimonio del doctor era falso, y hasta voló su propio coche. Incluso citó a Morris en la gala.
Con una pistola, Edwards entra en el apartamento donde está viviendo Morris y se encarga de dejar un montón de pruebas falsas –como fotos en plan objetivos- para que parezca que Morris está obsesionado y ahora va a por él. Lleva planeando la venganza durante años. Una venganza sobre el hombre equivocado, pues puede que Morris sea inocente. Sea como sea, Finch termina interviniendo y ahora se encuentra entre el arma del doctor y el asesino inocente.
Estaremos aquí
Harold trata de convencer a Edwards de que la venganza no le llevará a ningún lado. Y que él mismo estuvo a punto de cometer un error similar. El doctor parece que no tenía intención de matar a Morris. Se apunta a sí mismo y asegura que con todo lo que ha dejado en el apartamento del hombre, si se dispara será declarado culpable y pasará toda su vida en prisión. Con la aparición de John, y algunas palabras que el propio doctor le había dicho antes a Finch, consiguen que recapacite y deje de lado su plan.
En la consulta de la psicóloga de Reese, vemos como ella intenta sacarle algo de información. Le llevó a una gala, así que le debe un paso más en su terapia. John entonces habla sobre una mujer cuya pérdida no ha podido superar. Más tarde, le observamos hablando con Harold sobre la posible inocencia de Morris, que no ha quedado aclarada, y cómo la Máquina trata de averiguar qué ocurrió. “Si Morris tratase de matar otra vez, estaremos aquí”.
Opinión
En este episodio nos encontramos con una referencia bastante clara al pasado de nuestros protagonistas. Cómo Finch estuvo a punto de vengarse por la muerte de su amigo y compañero. Y cómo la Máquina intenta hacerle entrar en razón. John también tiene un pasado que, supongo, terminará destapándose gracias a su psicóloga.
La presencia en el capítulo de Alicia Corwin nos recuerda la gran cantidad de agentes de distintos ámbitos involucrados en la serie. Mafiosos, el gobierno, una agencia paralela, unas banda urbana, terroristas informáticos y, lo que parece más peligroso, dos sistema informáticos autónomos enfrentados por el control de Nueva York.
Puntuación: 7
Última actualización: 11/03/2015