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Pasándolo de miedo: Nocturna 2013

Nocturna 2013

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Con la última muestra syfy aún caliente en el centro de la ciudad, los valientes cruzados de La Cruzada Entertainment arrancaron un lunes de junio en la capital. Y la sensación es muy positiva, a pesar de algún error de primerizos totalmente comprensible y del lastre que supone estar trabajando en tu ciudad y no en una localidad costera donde no existe el tiempo fuera del cine.

LUNES

El caso es que el día tres Home Sweet Home dio el pistoletazo de salida. La producción franco-canadiense no pasa de ser un refrito de otras historias más afortunadas sobre asaltos domésticos, como la estupenda Los Extraños, y se queda lejos de ser un slasher debido al número de víctimas, demasiado pocas para  aspirar a ser un nuevo The Collector. Que su director, David Morlet, se empeñe en fotografiar habitaciones vacías con detenimiento tampoco ayuda a crear una atmósfera que no sea una de sopor y pereza. Pero nadie dijo que los comienzos fueran sencillos, y si además tenemos en cuenta que estamos hablando de un lunes a las cinco de la tarde en Madrid, la escasa presencia de público de esta primera sesión era comprensible.

Toad

Justo cuando la sospecha de la mediocridad planeaba sobre nuestrascabezas, asistimos a la proyección de la primera gran sorpresa del festival: Toad Road. Como si de un Korine post-Gummo se tratase, Jason Banker y su elenco de drogadictos de mala muerte se la juegan a una carta: la de la pesadilla yonqui pasada por el filtro de la locura y la leyenda urbana. Toad Road no es un documental, pero lo parece. No juega en la misma liga que los desgastados mockumentarys, pero supera a la mayoría sin ni siquiera serlo. Intensa, sucia y condenadamente aterradora, Toad Road fue la primera gran película del Nocturna 2013

MARTES

La segunda jornada arrancaba con una esperada producción norteamericana que, a priori, recuperaba el espíritu de pesadilla vecinal protagonizada por menores que tan felices nos hizo (muchos) años atrás. Lástima que, al final, Under the bed no sea más que una premisa desaprovechada que da la espalda a la diversión y la aventura en favor de una profundidad psicológica de chichinabo y unas interpretaciones que dejan mucho que desear. Otra de esas sesiones de primera hora de la tarde que sientan tan mal.

Ahora es cuando debo reconocer que no llegué al pase de Jug Face, vencedora del festival, y corremos un tupido velo que nos lleva a la segunda película del martes, Stitches. La sangrienta venganza del payaso Stitches, un sucio irlandés al que unos chiquillos le jugaron una mala pasada en el pasado, valga la redundancia, tiene más o menos gracia según el día que tenga uno al ver la película. Por un lado, está más que claro que las muertes de las que somos testigos son salvajes y divertidas, pero también está igual de claro que no hay mucho más en Sitches, un Bitelchús en Elm Street con un par de buenos chistes y mucha paja intermedia. Pero la película funciona como sesión gamberra en un festival de estas características, así que por mí perfecto.

MIÉRCOLES

Y al tercer día, premiere española. Llevábamos un tiempo oyendo hablar de Omnívoros, una producción española e independiente con un argumento atractivo bastante alejado del estándar nacional. La proyección, muy esperada, contó con el equipo al completo y la platea fue una fiesta… hasta que la película arrancó. Omnívoros quiere ser torture porn, quiere jugar a Hostel 2… quiere muchas cosas. Al final, por si las palabras del director no habían sido suficiente,  la torpeza de su guión subraya el contexto y el mensaje, algo de lo que empezamos a cansarnos por aquí casi tanto como de la ausencia de creatividad en nuestro cine. Que la crisis no sólo se refleja en el precio de la carne.

omnivoros

JUEVES

El jueves fue el primer día grande cinematográficamente hablando. Lo  más curioso es que toda la grandeza de la jornada se la debemos a una película ridículamente pequeña: I am a Ghost. Seis personas, SEIS, sacaron adelante una propuesta arriesgada, pero clasicista, directa, poderosa y tremendamente complicada. La película de H.P.Mendoza es lo mejor que le ha pasado al fantástico barato y brillante, lleno de ingenio, desde la fabulosa Insidious de James Wan. Aquí estamos ante una película tan superior a la media que resulta incluso insultante. Y con media quiero decir a toda la basura post-Paranormal Activity que invade e infecta nuestras carteleras. Puede que, como en Holy Motors, entrar en I am a Ghost suponga un (grandioso) esfuerzo para el espectador, pero la recompensa es extraordinaria. Dar tantas vueltas de tuerca a tantos géneros y subgéneros, clásicos y modernos, todos de género, tiene un mérito enorme. Una película que dará que hablar. Puro frescor y la mejor película de género del año con permiso de Rob Zombie y sus brujas de Salem.

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VIERNES

Una de cal y otra de arena para el inicio del fin de semana. Tulpa, un giallo bizarro, (o sea, como debe ser), mitad Instinto Básico, mitad made in Italy, Tulpa es un divertimento tan loco, tan ingenuo y tan bizarro que es imposible no encariñarse con ella. Lástima que ninguna secuencia supere a la de introducción. Con todo, una bendita locura de fin de semana.

En cambio, La matanza de Texas 3D supone la enésima decepción de una saga y unas formas para con los clásicos del horror transgresor que cambió el género. Este nuevo insulto aprovecha extractos de la original para convertirlos a 3D y arrancar la historia donde finalizó la primera. Por un momento creíamos que el director de Ladrones tendría el valor de rodar una secuela ambientada en los parajes tejanos de los setenta, pero todo se desvanece en el momento en el que las pechugonas chicas emo entran en acción. Nada realmente ofensivo salvo el patético intento de humanizar cara de cuero en un par de secuencias que parecen salidas de una mala sitcom.

SÁBADO

Después de que Joe Dante presentara Gremlins, Hideo Nakata demostró, una vez más, que ni él ni el terror japonés superaron los noventa. Con una fotografía horrible, algo a lo que no ayudó una copia un tanto chabacana, la historia que cuenta The Complex es la misma que llevan contando por aquellas lejanas tierras desde que a finales de los noventa el fantasma de Sadako aniquilara de éxito el mundillo de los fantasmas japoneses. Poco más que un telefilm que ni asusta ni tampoco inquieta y donde por momentos hay que aguantarse la risa.

Conjuring

El broche a una semana de sobresaltos, cortometrajes y salvajismo lo puso la esperada The Conjuring, la esperada penúltima película de James Wan, pero de la que, por desgracia, no puedo contar nada hasta mediados del mes que viene. Ése ha sido, probablemente, el mayor fallo del festival, y es algo de lo que no se puede culpar al festival al ciento por ciento. Warner Bros es quien decide los embargos y siempre hemos respetado los suyos y los de las demás distribuidoras, pero lo que no es lógico es empezar una proyección con casi dos horas de retraso debido a las medidas de seguridad ni embargar a los asistentes acreditados en una sala repleta de público que había pagado por su entrada y que podrá explicar libremente su opinión desde el mismo momento en el que pone los pies fuera de la sala… y recupera su teléfono.

En resumen, Nocturna pasa con nota su primer examen, el nivel de las películas ha sido mejor de lo esperado y ha habido hueco para algún descubrimiento de nivel. Si el público responde, algo que ha sufrido altibajos durante la semana, pero que por desgracia es nuestro día a día, ojalá tengamos Nocturna para ratos, que no sólo de Sitges vive el fan.

Enhorabuena a la organización, lo hemos pasado de miedo.

Última actualización: 10/06/2013

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