Hemos llegado a la mitad de nuestro repaso a la primera temporada de Mindhunter. En esta ocasión, la serie se centra en resolver el caso que nos presentaba en el capítulo anterior. En dirección el danés Tobias Lindholm (Borgen, A War). ¡Alerta spoiler!
Altoona
En Altoona, el asesinato de Beberly Jean ha conmocionado al pueblo. Holden y Bill, con ayuda del detective Ocasek, se ponen manos a la obra a resolver el atroz crimen deduciendo sobre la marcha conforme van pasando por delante suya conocidos y casi familiares de la joven. Por supuesto, el principal sospechoso es su prometido Benji (Joseph Cross), aunque gracias a Ocasek el factor sorpresa se pierde, pues le llama y todo avisando que van a hablar con él.
El joven les recibe con donuts en la mesa y pronto aparecen las lágrimas en sus ojos, aunque Tench no se las cree. Ford en principio sí, pero tras una charla con Wendy, se da cuenta de que no sentía pena por él sino rechazo, y ella le recomienda que –en esas ocasiones- siga a su instinto.
El caso parece que vuelca cuando aparece la figura de Frank (Jesse C. Boyd), cuñado de Benji y que pasó un tiempo encerrado en una clínica psiquiátrica por atacar a una chica con una llave inglesa. Creáis que no, es un dato a tener en cuenta, aunque él asegure que fue sin querer. Frank se atreve a asegurar que Benji quería más a Beberly que al contrario, y que eso de que era su prometida… ni siquiera tenían fecha para la boda. Frank asegura que pasó la noche con su mujer, aunque salió unos minutos a comprar la cena.
Beverly Jean
Rose (Jackie Renee Robinson), hermana mayor de Benji y mujer de Frank, corrobora la historia de su marido. Acaba de tener un bebé, se muestra nerviosa cuando habla con nuestros protagonistas, y está claro que oculta. Mientras habla con ella, Ford imita su postura, uno de los trucos que le enseñó Debbie episodios atrás. Incluso Ocasek nota algo extraño, y le advierte que más le vale contarlo todo, por su bebé.
La última pieza de la familia parece ser la madre de Benji y Rose, Ruth (Catherine Curtin). En esta serie las madres tienen un papel importante: nos cuenta que la marcha de su marido afectó mucho a Benji, que se pasó parte de su juventud al cuidado de Rose. Sí, Benji compró una casa para ambos, pero parece que ella no estaba tan segura de aquello.
No tardamos mucho en descubrir qué pasó, aunque con un dato importante por saber. La que habla es Rose que, preocupada por su el futuro de su bebé, cuenta qué pasó esa noche. Frank no salió a comprar la cena, sino que salió después de recibir una llamada de Benji. Horas después, él mismo llamo a su mujer pidiéndole que se dirigiese a casa de su hermano, y que llevase productos de limpieza con ella.
Rose, a unas semanas de dar a luz, se presentó en la casa y su marido le contó que algo malo había pasado: Benji si había enfadado con Beverly y le había golpeado. En un aseo encontró a su hermano llorando junto al cadáver de la joven, semidesnudo, dentro de la bañera. Ellos se llevaron el cuerpo de allí, y Rose limpió el aseo, que estaba repleto de sangre. Porque siempre había cuidado de su hermano. Y entonces también. Pero no nos acabamos de enterar de quién fue la mano ejecutora que terminó con la vida de Beverly. Por ahora.
Más
Este episodio empieza, como otros, con nuestro señor misterioso del bigote, esta vez echando a un buzón una carta CON GUANTES. Que podría ser un detalle sin importancia pero esto es Mindhunter.
Sin embargo, queremos ahondar en algo, a lo que dedican muy pocos minutos hasta el momento: la vida de Ford. Es el protagonista, y sabemos que –hasta cierto punto- disfruta en su trabajo. Pero el terreno personal de Holden ha pasado por la pantalla escasamente. Ahora, al menos, vemos cierto cambio en su actitud frente a Debbie, y no en signo positivo. Todo lo contrario pasa con Carr, con quien le vemos atento y pendiente. Interesante.
Última actualización: 16/05/2020