¿Pueden las películas de super héroes llevar a la quiebra a los estudios que las producen?, las adaptaciones al cine de los cómics de Marvel y DC se están demostrando como prácticamente infalibles, especialmente en el caso de Marvel. Cada nuevo estreno destroza las taquillas de todo el planeta y establece o se queda cerca de anteriores récords en el box office. Pero los costes no paran de aumentar título tras título y podríamos estar metiéndonos en una especie de cuello de botella en el que, por mucho que recaude una película Marvel o DC, la ganancia para el estudio productor no compense el riesgo de asumir tales presupuestos.
No olvidemos que el cine es un arte pero también un negocio, especialmente cuando nos movemos en niveles presupuestarios como los que Disney y Warner manejan para sus películas de super héroes. Y cuando algo es un negocio y además necesita imperiosamente renovar constantemente el favor del público para ser rentable, e incluso seguir sumando más y más espectadores aunque pueda sonar cada vez más imposible, el margen de error aumenta exponencialmente. No hay nada más caprichoso que un comprador. Y el público que acude al cine es si lo reducimos a términos mercantiles simples eso, un comprador. Hollywood ha sido muy dado históricamente a sobreexplotar géneros, franquicias y temáticas. Aquello que funciona se copia, versiona y retuerce hasta que deja de funcionar.
Steven Spielberg habló hace poco sobre el peligro de que la moda de las películas de super héroes fuese pasajera, como la del western. Y aunque enseguida muchos fans de Marvel o DC se lanzaron contra el director de Tiburón, lo cierto es que Spielberg no da puntada sin hilo y sabe de lo que habla. A mediados de los 90, y tras el éxito tanto en taquilla como a nivel de premios de Bailando con lobos y Sin perdón, todos los estudios de Hollywood se lanzaron a producir Westerns uno detrás de otro y cada vez de mayor presupuesto. ¿Que sucedió al final?, que el público se cansó de tanta “película de vaqueros” y se produjeron varias catástrofes a nivel de taquilla. Ahí tenemos el caso de Rápida y Mortal, con Gene Hackman, un jovencísimo Leonardo DiCaprio, un Russell Crowe que todavía no era una estrella y la que pretendía ser el gran reclamo del film, una Sharon Stone en la cresta de su popularidad. Al final la película de Sam Raimi no recuperó ni la mitad de su presupuesto, lo que provocó ceses de directivos en TriStar.
Otro caso sonado fue el de Tombstone y Wyatt Earp. Ambas producciones se basaban en la misma historia y las dos fracasaron en taquilla, si bien con el paso del tiempo los cinéfilos han sabido apreciar las cualidades cinematográficas de cada una. La moda del western de mediados de los 90 dejó algunos cadáveres en Hollywood, pero nada excesivamente grave más allá de volver a enterrar uno de los géneros más míticos de la historia del cine, para algunos el género total. Pero, ¿que pasaría ahora si sucediese lo mismo con la moda de las películas de super héroes?. Los presupuestos que se están manejando en cada nueva película de Marvel o en cada nuevo proyecto de DC, no paran de aumentar de forma exponencial. Los directivos de Disney y Warner, estudios que colaboran con las dos editoras de cómics en la producción de las películas, creen haber encontrado la gallina de los huevos de oro. Hace pocos días el gran Antonio Orrán informaba sobre el desmesurado presupuesto que Los Vengadores 3 iba a tener, imaginemos por un momento que pasaría si los espectadores se saturasen de tanta película de cómic y Vengadores: Infinity War fracasase en taquilla.
Antiguamente, los estudios contenían más el gasto y en caso de fracaso se perdían decenas de millones de dólares (que ya es mucho), pero ahora, con estos presupuestos, las perdidas podrían ser de varios cientos de millones. De ahí que pensemos que Disney y Warner deberían andarse con ojo y no hacer planes a 5 o 6 años vista como están haciendo ahora, cegados en la guerra que están librando por posicionar el universo Marvel y DC respectivamente. Un Waterworld de una película Marvel o de la Liga de la Justicia en el caso de Dc, podrían situar a Disney y Warner en una tesitura muy complicada.
Bien es cierto que Disney y Warner son dos de los estudios de Hollywood con mejor músculo financiero, pero grandes productoras han caído ya en el pasado. Ahí tenemos el caso de MGM, que sobrevive actualmente gracias a la venta que hizo de su catalogo de clásicos y a la franquicia de Bond. O el de Carolco, que tras sonados éxitos como Terminator I y II, Instinto Básico, la saga de Rambo o Desafío Total por citar solo unas pocas, fue directa a la quiebra tras obcecarse en meter más y más millones en La isla de las cabezas cortadas.
Por tanto, no nos tomemos tan a la ligera las palabras de Spielberg. Nosotros por supuesto no queremos aguaros la fiesta, y os seguiremos informando de todas las novedades que surjan tanto en Marvel como en DC. Pero también creemos que es bueno tener un ángulo de visión más amplio y no dejarse llevar por la euforia de los planesde las productoras, que ya hablan de la fase 4 de Marvel antes de haberse estrenado siquiera la primera película de la fase 3. Aunque tal vez vosotros no estéis de acuerdo con mi opinión, y penséis que sea cual sea el presupuesto que Disney y Warner otorguen a sus proyectos, siempre habrá ganancia para todos. El tiempo dictará sentencia.
Última actualización: 14/05/2020