Gotham ha vuelto. Tras el parón navideño tan habitual en tierras americanas, la serie continúa su andadura contándonos las aventuras y desventuras de un jovencísimo Batman y un Gordon que estrena nuevo empleo y tiene que vérselas con los internos de Arhkam. Si no te acuerdas de cómo terminó allí, puedes leer el recap del último capítulo aquí. ¡Alerta spoiler!
La tempestad
El invitado especial de este episodio de vuelta no es otro que Shakespeare. Mientras en la ciudad diluvia –algo bastante habitual- en Arkham tiene lugar una obra teatral, La tempestad. Jim observa cauteloso. Ahora no es más que un simple guarda de seguridad, cuando todos sabemos que debería de estar fuera, apatrullando la ciudad. Pero es lo que tiene meterse con el alcalde y su colega de fatigas, el mafioso.
Fuera de Arkham las cosas parece que no han cambiado mucho. Mientras Selina sigue merodeando por las calles de Gotham a su gusto, Bullock sigue bebiendo y Barbara continúa en la cama de Montoya. Los problemas, como era de esperar, están dentro. Uno de los internos ataca a los actores de la obra, así que Gordon tiene que intervenir. El problema es que ya es el cuarto altercado desde que el agente está allí y el director (el doctor Lang) está molesto con él y amenaza con echarle.
El atacante necesita atención médica, pero Lang no está dispuesto a acercarse demasiado a ninguno, así que manda a Leslie Thompkins, que hace acto de presencia y corrobora que el paciente está bien. Leslie no deja pasar la oportunidad de flirtear con Jim, cosa de la que nos damos cuenta nosotros, ellos e incluso el interno. Barbara 1 – Gordon 1.
Tasa mafiosa
Por las calles, Selina se encuentra con Ivy, que ahora vive en una caja y parece enferma. A la chica no le gustan los médicos y Cat decide llevarla a un lugar más cómodo, como la casa de Barbara. Otro que hace acto de presencia es Pingüino, que se encuentra en el muelle hablando con unos pescadores a los que acaba de subir la “tasa mafiosa”. “La inflación”. Los pescadores han llamado a la policía, pero un confiado Pingüino sabe que la policía está de su parte. Pues no, nada más bajarse del coche, un agente le pega un puñetazo en toda la cara.
Gordon va a visitar su asaltante de la obra de Shakespeare, Jones, y se lo encuentra en estado catatónico. Según la doctora Thompkins, alguien le ha aplicado electroshocks y eso ha alterado su cerebro. Cuando Lang se entera, decide que el asunto se quede en casa y Gordon investigue, total “respira, sigue vivo, ¿no?”. Jim decide empezar por el principio: alguien tiene un juego de llaves de las celdas. Aunque encuentra al guarda que las perdió, sigue sin saber quién las tiene.
Estaba tardando en aparecer Fish. La mala peor de la serie está reunida con dos lugartenientes de Falcone, uno de ellos un tal Jimmy, su segundo. Mooney deja volar su imaginación y les pregunta quién se encargaría de liderar la Familia si, en un suponer, al Jefe le pasase algo. Ambos lo tienen claro, Jimmy es el que más antigüedad tiene y así es como funcionan las cosas. Eso sí, Fish aboga por el cambio, y deja caer muy sutilmente su candidatura a mafiosa mayor de Gotham.
Gordon comienza una ronda de interrogatorios para averiguar quién cogió las llaves. El que más le inquieta es un sociópata culpable de asesinato llamado Gruber. Él dirigía la obra de teatro, y eso le convierte en sospechoso número uno.
Caballo ganador
En el club de Fish, la mujer ya ha puesto en marcha su particular campaña para hacerse con el control. El principal problema que tiene es Jimmy Saviano, pero su mano derecha Butch le conoce de muchos años atrás y sabe que no tiene ninguna posibilidad, solo que no puede admitirlo. Le propone a Mooney que él hablará con Jimmy, sin embargo Fish se da cuenta que está metida en un juego peligroso y se pregunta si Butch la traicionaría. El hombre niega en rotundo, Fish es el caballo ganador. Aunque su cara no dice lo mismo.
En Arkham otro interno es víctima de los electroshocks, esta vez se trata del hombre que cantaba cuando el atacante interrumpió la obra. Lo único que puede hacer ahora es repetir la escena una y otra vez. Cuango Leslie se pregunta qué gana un enfermo haciéndole eso a otro, Jim cae en la cuenta que tal vez sea cosa de algún trabajador del lugar y decide llamar a la policía.
Barbara, por fin, de despierta. Seguía aún en la cama de Montoya, y lo hace porque ésta le ha traído café. Con extra de azúcar. La agente se siente celosa de Gordon, aunque creo que me he perdido, ¿ella no es la amante? Una amante celosa. Barbara asegura que eso está superado. ¡Si fuiste tú quién dejaste tirado a Jim! Aunque parece que les va a durar poco, pues Montoya cree que ha sido un error volver. No puede volver a ese oscuro pasado de desenfreno y drogas que llevaban.
Bullock llega a Arkham y se muestra muy contento al ver a Gordon de nuevo. Lang no está de acuerdo con su presencia allí y vuelve a amenazar a Jim con tirarle a la calle, pero su antiguo compañero va en su ayuda. Bullock se pregunta si no habrá sido el propio director el culpable de todo aquello, es médico y tiene los conocimientos, y las llaves. Lang asegura que es algo absurdo, ¿pero entonces por qué mantenerlo en secreto? Se lo lleva a comisaría para dejar a Gordon investigar a gusto.
Como un bonsái
Butch se reúne con Jimmy, que realmente va detrás del asiento de Falcone. Le ofrece a Butch que se cambie de equipo, que se una a su bando y deje a Mooney. Sin él y su gente la mujer no tiene nada, y él le ofrecerá lo que quiera a cambio: el club, los negocios de Fish, todo. Butch asegura que se lo pensará. Pingüino está en comisaría, donde Bullock le asegura que está porque ha enfadado a alguien importante. Oswald le pide un teléfono con el que llamar a Maroni, pero Bullock se lo niega. “Me gusta sentarme en mi mesa y mirarte, es relajante, como un bonsái”.
Gordon encuentra un sótano oculto mientras estudiaba un mapa de Arkham, le pregunta a la enfermera Duncan si sabe cómo llegar hasta él y le pide que le guíe. Allí aparece Leslie, que saluda a Duncan y esta le cuenta que “van de aventuras”. Justo en ese momento Lang, que está siendo interrogado por Bullock cae en la cuenta. La enfermera Duncan no es parte del personal de Arkham, es una interna. La mujer trata de escapar, no sin antes soltar a todos los demás enfermos. Gordon y Thompkins logran escapar por los pelos, dejando a los internos encerrados.
Barbara, que ahora está sola del todo, llama a casa y el teléfono lo coge Ivy. Pregunta por Gordon, pero la chica le cuenta que, aunque sí que está allí, no está disponible. Y que si quiere dejarle un mensaje. Se hace pasar por amiga de Jim y, obviamente, Barbara piensa que es lo que parece. Barbara 1 – Gordon 2.
La “enfermera” Duncan muere aplastada por los demás internos de Arkham. ¿Pero era ella la culpable de los electroshocks? La mujer era feliz allí, ya que podría haberse marchado como si nada, pero no lo hizo. Resulta que también era víctima de los electroshocks.
Yo soy el cuidador del zoo
Pingüino descubre, con la visita de Maroni, por qué está en el calabozo: por su culpa. Se atrevió a subir el impuesto mafioso a aquellos pescadores sin su permiso, sin consultarle, y su arrogancia de segundón le ha llevado allí. Menos mal, ya pensábamos que había descubierto algo más profundo. Sin nada más que añadir, le pide a un policía que le saque. “Que esto te sirva de lección. Eres un mono listo, pero un mono. Yo soy el cuidador del zoo”.
Aaron, un interno interrogado por Jim que no sabía mentir, mata a uno de los guardas; tiene las llaves. Se suponía que no sabía mentir, pero claro, eso lo había dicho Duncan. Ambos formaban parte del plan de fuga de Gruber. Se encuentran en medio de un pasillo con Lang y el sociópata no duda en matarle y dejarle en la mano una carta para Gordon, antes de escapar.
En el muelle, Butch se encuentra con Saviano y le cuenta que sí, que cambia de bando y está en su equipo. En el coche, le confiesa que cuando eran niños y robaban carne, una vez robaron una más cara y esa se la quedó toda para él. Quería disculparse, le había estado rondando todo el tiempo. Después, le pega un tiro en la cabeza. Es lo que tiene la mafia, you never know.
Opinión
Una de las series revelación de la temporada ha vuelto por todo lo alto con un caso bastante sorprendente. Gordon fuera de Arkham se encargaba de meter a gente en la cárcel, lo intentó con el alcalde y ahora no solo está él dentro de una sino que –encima- se le escapan. Además, cuando vuelve a casa, la ve vacía, sin Barbara pero con el rastro que Selina e Ivy han dejado.
Un capítulo sin Bruce ni Alfred, sin Falcone y con un Pingüino que, aunque sale poco, lo único que hace es sumar y sumar puntos a su lista de venganzas personales. Nos queda claro que Butch ha sabido elegir bien y ahora Fish es más fuerte que nunca. A este ritmo, se va a quedar sin competencia para hacerse con el control de Gotham.
Puntuación: 8
Y en el próximo episodio:
Última actualización: 06/01/2015