En este capítulo trece de El Ministerio del Tiempo (el quinto de la segunda temporada), titulado “Un virus de otro tiempo”, Irene viaja al siglo XX donde cae enferma por culpa de la gripe española. A pesar de los riesgos, Susana ordena el traslado de vuelta al Ministerio. Rápidamente el virus se propaga y el Ministerio entra en cuarentena, pero las vidas de los funcionarios no son las únicas que corren peligro… Si quieres saber al detalle lo sucedido, sigue leyendo pero ¡¡alerta spoiler!!
La gripe española llega al 2016
Irene viaja al año 1918 para asistir al nacimiento de Carmen Amaya, parece una misión sencilla pero todo se complica cuando Irene contrae la gripe española. El doctor Morales, el encargado de acompañarla, decide volver al Ministerios sin su compañera para evitar que el virus se propague y cumpliendo el protocolo ante este tipo de situaciones. Sin embargo, cuando Susana Torres se entera, ordena el traslado urgente de Irene hasta el Ministerio.
El doctor se niega en rotundo porque pondrían en peligro a todos los funcionarios y a España en general, ya que el virus ocasionó millones de muertos en su día y no tiene vacuna. A pesar de todo, la nueva subsecretaria sigue en sus trece e Irene llega bajo protección para evitar la propagación del virus. Aunque aíslan una zona del Ministerio, una imprudencia de uno de los enfermeros hace que la gripe comience a extenderse entre los funcionarios.
Velázquez, Alonso y otros funcionarios no tardan en caer enfermos al igual que Irene, por lo que Susana no tiene más remedio que proclamar la cuarentena, sellar las puertas e impedir que nadie entre o salga del Ministerio. Cierto es que ahora cuentan con medicinas más avanzadas pero la vida de los enfermos corre grave peligro. Tanto es así que Alonso y Velázquez, fruto de los delirios de la fiebre, comienzan a recordar su vida pasada.
El pintor regresa a sus inicios en el mundo del arte, cuando casi decide darse por vencido ya que su mentor no aprobaba ninguna de sus obras. Al despertar de sus recuerdos, en un ataque de pánico por si muere antes de pintar sus más famosos cuadros, Velázquez pide que le lleven unos lienzos para desarrollar sus obras y dejar constancia de su arte, ese que ahora inunda los museos de todo el mundo, ¿morirá antes de haber pintado Las Meninas?
Por su parte, Alonso recuerda el día en el que tuvo que despedirse de su amada Blanca cuando tan solo eran unos críos. Ambos se despidieron con la promesa de que se volvería a encontrar y justo así fue muchos años después, cuando ella regresó tras el fallecimiento de su padre y él era un soldado. La gripe ha hecho florecer el lado sentimental de Alonso, tanto que hasta declara el profundo amor que siente por la que dice ser su familia, esto es, Pacino, Amelia, Ernesto y hasta Angustias.
Las reglas son las reglas
Mientras tanto, Pacino comienza a sospechar del doctor Morales. El médico no sólo ha tomado una muestra de sangre de uno de los enfermos, también está viajando por las puertas con una nevera en la que dice va a meter las vacunas que unos laboratorios alemanes desarrollaron. No obstante, a Pacino no le cuadra la historia y decide comentarles sus dudas a Amelia y a Ernesto.
Dispuesto a aclarar las dudas, Ernesto acude a hablar con el médico, que no niega haber vendido una cepa del virus a los laboratorios alemanes a cambio de un porcentaje del dinero que ganen con la vacuna. Sabe que probablemente utilicen el virus para contagiar a mucha gente y así poder vender un gran número de vacunas con las que hacerse millonarios, pero el Morales ha preferido el dinero a la ética profesional. En el Ministerio se juega la vida por un mísero sueldo y no le importa.
Cumpliendo las órdenes de Ernesto y desobedeciendo al mismo tiempo las normas de Susana Torres, Pacino y Amelia viajan hasta Alemania para encontrar el virus y destruirlo para evitar su propagación y que negocien con una enfermedad. Localizan la sala pero necesitan una huella dactilar para poder abrir la puerta. Una vez dentro, sacan el virus y lo dejan fuera de la cámara frigorífica para que con el calor el virus muera. Con la misión cumplida, Pacino se lanza y besa a Amelia, pero ella le pega un bofetón dejando a Pacino con las ganas de celebración.
Finalmente, poco a poco los enfermos se han ido recuperando y sólo han tenido que lamentar la muerte del enfermero que se contagió de Irene. Además, Ernesto ha decidido darle una oportunidad al doctor Morales y, en lugar de enviarlo al castillo medieval, ha dejado que elija su propio destino por haber ayudado a los enfermos a salir de una muerte que parecía más que segura. Dicho y hecho el doctor emprende viaje a través de una puerta para conocer a los mejores médicos de siglos pasados.
Última actualización: 15/03/2016