En plena digestión navideña llega el momento de repasar las películas de las que, a falta de una semana para terminar el año, guardo en mi memoria como benditos minutos de placer y desconexión con la realidad.
Tampoco le hagas mucho caso al orden, ¿vale?
Contra todo pronóstico, Prometheus es un ejemplo ideal de lo que hemos perdido: el cine-espectáculo adulto que desapareció con la generación del aborregamiento y del .avi. A pesar de los conocidos agujeros y de un tono que deambula entre el reseteo, el precuelismo y la extensión, en Prometheus hay suficiente emoción, salvajismo y plástico como para ganarse un hueco en el corazón de todos los amantes de la ciencia ficción.
Pasan los meses tras mi –segundo- visionado de la gigantesca epopeya marvelita de Whedon y cuando cierro los ojos todavía puedo ver esa secuencia/desplegable donde cada vengador hace lo que mejor sabe. Esa secuencia justifica la existencia de una película como Los Vengadores, una celebración desenfadada de un universo demasiado acomodado en la corrección. Entretenimiento superlujoso de primera.
Smith ha tardado más de diez años en vengarse de todos los que se manifestaron, pancarta en mano, cuando estrenó Dogma en 1999. Y lo ha hecho a lo grande, dando un patadón en los huevos del señor. Con su frenesí apocalíptico y crítico, el director purga sus pecados volviendo a hacer lo que mejor sabe: películas pequeñas que hablan de cosas muy grandes.
Como en Starsky & Hutch, aquí estamos antes una visión desmitificadora y bastante idiota de una serie de televisión que no era especialmente divertida. Comedia descerebrada y muy actual, al igual que Superfumados se vuelve hiperviolenta en su último tramo. Dos protagonistas fabulosos y mucho cachondeo hacen de esta historia de polis una de las comedias más divertidas del año.
- El señor
Cuarenta y dos minutos es lo que dura la última joya marciana de uno de mis creadores favoritos, Juan Cavestany. Rodada sin guión sobre la marcha, la película sitúa a Luis Bermejo en la estratosfera de la interpretación de la soledad, provoca al espectador que espera que pase algo que pueda asimilar y, encima, me divierte.
Ay, el found footage. Josh Trank y Max Landis oxigenan el género y de paso nos regalan otra historia de superhéroes y supervillanos como hiciera el desaparecido Shyamalan con El Protegido. Y lo hacen acercándose más a Jackass que a la grandilocuencia. Y con cuatro duros que parecen cuatrocientos millones. Lo mejor de Chronicle es que además de ser una pequeña película sobre la marginación y la pérdida de la inocencia es también una historia sobre gente que juega al fútbol entre las nubes.
Una comedia romántica de enredo muy poco nacional, a pesar de las desiertas callejuelas madrileñas que toma impulso en la ciencia ficción para reforzar la idea de la intrusión. Película que alaba el valor de la renuncia, que aplaude la retirada honrosa y que termina por volverse amarga en el momento más dulce. Extraterrestrerefleja lo peor que llevamos dentro. Al final, con o sin marcianos, lo que más miedo nos da es la posibilidad de quedarnos solos. Extraterrestre es la historia de una invasión y de una conquista exitosa: la del corazón.
La perspectiva inicial es oscura y adulta: los personajes de trapo han roto relaciones (pocas cosas más tristes verás en tu vida que algún pasaje de la primera media hora de película), tanto profesionales como personales, y se encuentran condenados al olvido por parte de un público que ya no es el que era y que se conforma con una programación televisiva chusca y de tres al cuarto en la que ya no hay hueco para las buenas intenciones y la magia de antaño. Demos las gracias a estos ases del humor por regalarnos este musical a todo color sobre la importancia de los pequeños detalles.
Young Adult, con una galáctica Charlize Theron a la cabeza, se muestra como el reverso tenebroso de Beautiful Girls, aquella agradable y blanquísima epopeya sobre el regreso a casa que nos regaló el tristemente desaparecido Ted Demme hace más de quince años. Si algo comparten las dos películas, además del regreso de algún hijo pródigo que ha triunfado más o menos (salir de los pueblos de de ambas películas ya supone un triunfo personal para cualquiera de los personajes), es una banda sonora acertada, plagada de himnos generacionales que pueden decir tanto como las afiladas palabras de su protagonista. Demasiado triste para ser una comedia desternillante y demasiado divertida para ser un melodrama de cuidado, Young Adult resulta indiespensable.
No, no voy a hablar de la actual situación del Real Madrid. The Grey es cine de autor, es cine minimalista y cine de aventuras y grandes paisajes, cuando la ventisca lo permite. Pero también es la cinta menos complaciente con el espectador que hayamos visto en mucho tiempo. En el infierno blanco no hay piedad con los personajes ni tampoco para el patio de butacas, que asiste tan impotente como los propios personajes a la cacería humana que lleva a cabo una manada de lobos salvajes made in Gregory Nicotero, que sigue participando en todas las películas que nos vuelven locos, menudo ojo.Más cerca de Tiburón que de la última de Peter Weir, más parecida a un torture porn que a ¡Viven!, es la experiencia más extrema que presentará una major en mucho tiempo.
Ted es una especie de biografía de juguete roto -casi literal-, de estrella olvidada pero muy feliz y orgullosa de su condición. Un oso de peluche que cobra vida y pasa el tiempo fumando porros y revisando el Flash Gordon de Dino de Laurentiis mientras bebe mil cervezas con su dueño sin nada mejor que hacer. ¿Pero es que hay algo mejor?
- Diamond Flash
Un puzle venenoso alrededor de un puñado de personajes con secretos muy oscuros y existencias muy jodidas. Una aproximación muy personal al universo de los enmascarados y una de las películas más inclasificables, personales y valientes que ha dado nuestro cine en muchos años.
Un ejemplo perfecto de seso y comercio ideal para salir a cenar con los amigotes al salir del cine y comentar la jugada. Además de todo el recuerdo a la literatura de ciencia ficción que más nos gusta, Joseph Gordon-Levit nos regala un ejercicio de imitación apabullante, camiseta de tirantes incluida. Una película hecha para aguantar en el tiempo.
Adam Sandler vuelve a lo grande haciendo lo que mejor sabe hacer: el gañán. Desmadre de padre es su mejor comedia desde Zohan. Con un prólogo ochentero protagonizado por un clon de la estrella y un punto de partida brillante y zafio como pocos, Desmadre de padre no pierde velocidad en ningún momento y, aunque la dirección de Sean Anders no sea precisamente académica, por aquí nos morimos de ganas de ver su próxima comedia, donde repite Sandler junto a Will Ferrell.
- Mi loco erasmus
Los Pioneros del siglo XXI heredan el honor de Vermut a la hora de torcernos el culo. Carlo Padial, Carlos de Diego y Didac Alcaraz consiguen lo que se proponen al arrancar el proyecto: rodar una película pero que no sea una película ni nada que se le parezca. Mi loco erasmus, libre adaptación de la novela del mismo título, también de Padial, es un ejercicio inexplicable, una petada cerebral divertidísima y muy pocha que se merece la mejor de las suertes. ¿De qué va la peli? Mejor la ves y te metes en la cabeza de ese monstruo que es Didac Alcaraz.
El fin del mundo o la locura de un tipo con la cabeza quebrada. A eso juega Jeff Nichols con la potente Take Shelter, una de esas películas que perturban el interior del espectador mientras disfruta de una golosina que, en parte, podría ser el Donnie Darko de esta nueva década.
Acertada aproximación a uno de los personajes más interesantes del cómic que ojalá tenga una vida rentable en las salas y poder pasarse a saludar de vez en cuando. Será un placer. La película no es ningún ejemplo de belleza arrebatadora ni de planificación ejemplar: es una peli macarra y sucia con dos grandísimos cojones un par de narices.
Una gozada y nuestro título de animación favorito de este año, demostrando que no hace falta ser un gañán histriónico -¿verdad, Jack Sparrow?- para ser un pirata con carisma: con un poco de plastilina basta.
Apenas hay un par de tiroteos breves en su agradecida hora y media de duración, pero Killing them softly es una película rápida y ágil desde sus créditos iniciales, donde ya se deja llevar entre los discursos electorales de los candidatos, detalle que resalta la comicidad de las situaciones protagonizadas por los trabajadores del pueblo norteamericano, tan dispuesto al todo por la pasta como sus mandamases, sea el que sea. Plagada de un humor negro muy en la línea de los Coen, es un thriller de tintes cómicos ambientado en la precampaña electoral que enfrentó a John McCain con Barack Obama.
No es fácil defender una película hecha para provocar a base de piezas colocadas al antojo de su creador, es más fácil dormirse o salir despavorido de la proyección, pero hay que dar una oportunidad a esta muestra inclasificable de imaginería visual portentosa que, sin duda alguna, convierten la película en una de las experiencias más extremas de este año. Absolutamente recomendable y también todo lo contrario.
Producida por George Clooney, Argo no pasará a la historia del cine ni será excesivamente recordada en el futuro, en parte por los todavía existentes prejuicios sobre su director, pero es una excelente demostración de cómo el thriller político y el drama realista pueden ser emocionantes y divertidos. Te dejará sin uñas.
Si en Paso de ti, Stoller y Jason Segel (co-guionista de las tres y estrella de dos de ellas) se basaban en la idea de la ruptura, ahora dan la vuelta a la tortilla para centrarse en la idea de la unión, que, claro que sí, puede dar los mismos quebraderos de cabeza a los protagonistas y provocar en el espectador las mismas carcajadas que antes.
Lo mejor de la película, los melancólicos paseos de un chico al que solo saludan los fantasmas del pasado, que marcan el tono agridulce desde el principio. Puede que algo más de marcha no le sentara mal, pero tampoco vamos a pedirle más a un juguete como Paranorman.
- [REC]3 Génesis
¿No son divertidas las películas de terror? ¿No había demonios batiendo huevos en la segunda parte? ¿No aplaudimos hace cuatro días a Ti West por The Innkeepers?Probablemente haya quién eche en cara a la película ciertas ausencias claves en la trama de la saga, pero no sería justo porque aquí está todo, pero está fuera de campo. Nunca el Chup Chup de Australian Blonde o el Eloise de Tino Casal sonaron mejor ni más certeros que aquí.
A pesar de cierto tufillo new age, La vida de Pi merece ser vista en todo su esplendor, en la pantalla más grande posible y con las gafas puestas, porque el cine en 3D sí merece la pena cuando se trata de una película con tanta magia y vitalidad. Absolutamente recomendable.
Tomar decisiones chungas y acatar lo que no te imaginabas que deberías tragar. Unir a los tuyos y hacer frente al más difícil todavía. Grandísimos personajes, actores maravillosos. Camisas alucinantes. Lo mejor de su director desde Election.
Rob Zombie ya contaba con una filmografía ejemplar y había adelantado a la mayoría de sus contemporáneos, serios, si es que hay alguno. The Lords of Salem, que con un poco de suerte caerá por nuestras estanterías en lugar de por nuestros cines, es un ejemplo de terror serio, adulto y seco como una hostia con la mano abierta. Una película que pone a prueba nuestra fe a través de una dolorosa violación de nuestro cuerpo y alma. Imprescindible.
- Berberian Sound Studio
Más fantástico inédito pero disfrutado en Sitges. Sonidista de la campiña británica se traslada a Italia para trabajar, en plenos setentas, en el estudio más emblemático del giallo. Allí se incorporará al rodaje del nuevo film del maestro Santini, El vórtice ecuestre. Berberian Sound Studio debería ser ya una película de culto. Peter Strickland, su director, se ha confesado fan del giallo y del terror europeo de entonces, pero solo de sus atmósferas. Todo eso queda claro cuando saboreamos este delicioso giallo sensorial.
- The cabin in the woods
La película de Drew Goddard y Joss Whedon es una reinvención creada para volatilizar un género utilizando el amor extremo como arma de destrucción masiva. En algún momento de este año se editará en dvd, un año después de su paso por las carteleras del resto del mundo. Si aún no la has visto no veas la envidia que me das.
- Sightseers
Sightseers es una comedia tan divertida como incómoda firmada por el director de Kill List, Ben Wheatley. Una especia de honeymoon killers con la flema británica dura y seca, negra como el culo de un bigfoot. Perversa, emocional, emocionante y con una gran ambientación musical.
- John dies at the end
John dies at the end es una aventura trepidante protagonizada por dos drogatas que se dedican, más o menos, a cazar fantasmas. Un canto de amor a la droga y la chanza llena de detalles de otras épocas y que se convierte por momentos en una puesta al día de Las alucinantes aventuras de Bill y Ted. Y nosotros no tenemos nada en contra del bilitedismo, claro.
Última actualización: 26/12/2012