Rob Marshall vuelve a ponerse al mando de otro musical. Así como ya había demostrado sus dotes en la materia con Chicago o Nine, aquí le toca el turno de sacar a flote a Into the Woods, valiéndose de un reparto realmente imponente y de una producción destacable. Son estos dos componentes los que mejor funcionan en un film que, pese a su esfuerzo, da la sensación de quedarse a mitad de camino y sonar más repetitivo de lo que el espectador pueda aceptar. Visualmente irreprochable, pero sin el toque de frescura necesario para mantener a la historia con la fortaleza requerida para conectar de lleno al público.
Lo interesante radica en la mezcla de diferentes cuentos de los hermanos Grimm (Caperucita Roja, Rapunzel, Cenicienta) y cómo los personajes se cruzan unos con otros a razón de sus deseos. En los anhelos de estos se dan los puntos de inflexión que operan como motor de la narración, derivándose en problemáticas que se van tornando más difíciles de resolver a medida que avanza la cinta.
Más allá del espíritu rebelde que posee la adaptación del musical de Broadway, se puede percibir cierto toque edulcorado proveniente de Walt Disney Pictures. Algunos de los pasajes que apelan a inclinarse hacia lo humorístico, carecen de la sutileza o picardía necesaria para suscitar risas, aunque esto no sea una responsabilidad neta de los integrantes del elenco; Meryl Streep (nominada a Mejor Actriz de Reparto de cara a los Oscar 2015) cumple con creces, como suele ser habitual en ella. Lo mismo ocurre con Emily Blunt, Anna Kendrick y compañía.
La dificultad principal de Into the Woods no se halla en las interpretaciones ni en la producción (de gran factura y despliegue técnico), sino en todo lo que concierne al desarrollo del relato en sí. Lo que aparentaba ser prometedor desde un inicio dinámico, ágil y envolvente, poco a poco comienza a diluirse. La fantasía propia que se le pide a la proyección pierde magia conforme la duración se extiende de manera innecesaria. Es aquí donde cabe mencionar que el metraje (algo más de dos horas) es otro de los puntos que juega en contra de la obra dirigida por Marshall.
Into the Woods vira en oportunidades varias, proporcionando una buena cantidad de giros en su trama y en las resoluciones en las que se ven inmersos sus participantes. El aspecto musical va de mayor a menor por su carácter monótono, redundante, y también por su incapacidad a la hora de saber cortar a tiempo el número de cada personaje en las diversas secuencias que tienen lugar en el film. Un producto que podría haber acabado con un resultado mejor y que desaprovecha la oportunidad de satisfacer por su reiteración y por sus intermitencias.
2 / 5