Triple 9 empieza bien, con brío. Una secuencia de un atraco y posterior fuga de un banco que engancha y hace concebir la esperanza de que nos encontremos ante un buen thriller policiaco en la línea de The Town o Los amos de Brooklyn, por citar algunos ejemplos recientes. Por supuesto en ningún momento se me pasa por la cabeza que pueda acercarse a la obra maestra de Michael Mann, Heat. Pero tras ese buen inicio, Triple 9 se derrumba casi minuto a minuto.
El problema de las películas con pretensiones es que si la cosa sale mal la decepción es doble y el cabreo también. Y Triple 9 contaba con elementos para haber salido bien. Su director, el australiano John Hillcoat, había combinado hasta ahora su carrera como director de vídeos musicales para artistas del calibre de Bob Dylan o Nick Cave con tres buenas películas como La propuesta, La carretera —la más floja— y Sin ley. En el reparto, varias caras conocidas como Casey Affleck, Chiwetel Ejiofor, Woody Harrelson, Aaron Paul o Kate Winslet.
Pero la mezcla no funciona, los actores están desubicados. Cuesta encontrar una mala actuación de Kate Winslet, pero aquí interpreta un papel con acento ruso que roza la caricatura. Woody Harrelson parece estar más concentrado en imitar la forma de hablar de Mathew McConaughey en True Detective que en enterarse de qué va su papel. Y Aaron Paul desperdicia su talento en un papel que parece una versión del Jesse Pickman más perdido que le dio la popularidad en Breaking Bad. Solo Casey Affleck se salva un poco de la quema demostrando, una vez más, que es mejor actor que su hermano Ben —excelente director—.
El mayor problema de Triple 9 es su guion. No se pueden hacer milagros sin un guion decente, y el de esta película es confuso y con ínfulas de seguir la estela de maestros del género como James Ellroy.
Tiene alguna escena de acción bien rodada, eso hay que reconocérselo, pero insertadas en medio de un maremágnum de diálogos pesados, caras graves y un tono solemne por parte de Hillcoat que trata de dotar a la película de una altura de la que carece. Triple 9 es una película fallida y deshonesta. Va de lo que no es y es lo que no quiere ser. No contentará ni a los amantes de la acción, que se aburrirán, ni a los del policiaco, que se aburrirán, ni a los del buen cine en general, que ¿adivinen qué? se aburrirán.