Afortunadamente, los tertulianos de las mañanas de cuatro no llegaron a enterarse del pase de Martyrs en el festival de Sitges de hace unos años. La segunda película de Pascal Laugier, tras la aburridísima El internado, era una irregular montaña rusa del horror granguiñolesco cargada de unas connotaciones divinas que alegraban el tramo final.
Tras el éxito del culto y el boca a boca, el director francés no ha dudado en dar el salto a Hollywood y poner su arte al servicio de una (medio) estrella como Jessica Biel, protagonista y productora ejecutiva de El hombre de las sombras. La historia es una revisión en clave de suspense del mito del hombre del saco, ambientada en un pueblucho de mala muerte habitado únicamente por white trash, que arranca cuando tras una serie de desapariciones infantiles, el hijo de una joven enfermera (la medio estrella Biel) también desaparece en brazos del hombre alto. Entonces, la valiente enfermera emprenderá la búsqueda de su hijo y del resto de menores.
El hombre de las sombras entrega la dosis justa de suspense y misterio necesaria para cautivar a los espectadores que disfrutan de películas como la reciente El cuerpo o la exitosa El orfanato, pero no para quien espera las emociones fuertes y la hemoglobina de uno de los supuestos nuevos titanes del horror europeo, alejándose de los terrenos ásperos cultivados por Bustillo & Maury, Xavier Gens o Alexandre Aja.
Un nuevo concepto de suspense: el thriller de suspense para padres con mensaje.