En el cine moderno el mercado doméstico, con DVDs, Blu Rays, videoclubs o alquileres digitales, ha adquirido una dimensión relevante en cuanto a amortizar presupuesto se refiere, con casos como El Último Desafío, Dredd o la película que dio origen a esta secuela, Kick-Ass.
Matthew Vaughn fue el encargado de traernos a la gran pantalla Kick-Ass: Listo para machacar, en el año 2010, pero con moderado éxito lo que hizo temer de inmediato por su continuación. Pero Kick-Ass encontró una ventana triunfal con la llamada del “boca a boca”, que aportó pingües beneficios con alquileres y ventas, lo que abrió la veda para esta Kick Ass 2: con un par.
Sin embargo parece que los fans que atrapó esta saga, no han respondido en la taquilla y la recaudación de Kick-Ass 2: Con un par, está convirtiéndose en un estrepitoso fracaso, aunque ya os avisamos de que es totalmente inmerecido teniendo en cuenta la calidad que atesora esta película. Volvemos a disfrutar de la gran pareja creada en la primera parte, con la sobresaliente Chloe Moretz (Hit-Girl), con algunos ramalazos de lo que podremos ver de ella en Carrie, y un renovado Aaron Johnson (Kick-Ass), al que veremos en la futura película de Los Vengadores como Mercurio.
El estudio no ha olvidado buscar sustituto para el más que carismático papel de Nicholas Cage como Big Pappy, y esta vez el personaje invitado es nada más y nada menos que Jim Carrey (Coronel Barras y Estrellas), impartiendo justicia a todo trapo al frente de su equipo de “superhéroes” caseros de medio pelo, al que se unirán Hit-Girl y Kick-Ass para vencer al equipo de villanos de El Hijo de Puta (Christopher Mintz-Plasse). Pese a todo tenemos que reconocer que un papel tan alejado de lo habitual y violento de Carrey, le hacen parecer a veces, fuera de contexto y con cierto desinterés.
Kick-Ass 2: Con un par, gana en todo a su primera parte, excepto, claro está, en el factor sorpresa. El ritmo es trepidante, la variedad de personajes y contextos se multiplica por diez, con un planteamiento, un lenguaje y un humor aún más canalla que en la película original.
Jeff Wadlow, quien ya dirigiera una buena cantidad de sopapos en Rompiendo las Reglas, demuestra su soltura a la hora de presentar escenas de acción, bien coreografiadas, con la exageración y falta de respeto a las leyes de la física que una adaptación al comic como ésta presenta.
Hora y media de puro divertimento, con una dirección redonda, sin altibajos y al grano, con la épica necesaria, la emoción y los disparatados personajes y engendros que podíamos esperar. Para aquellos que hayan leído los comics quizás no lo vean todo tan positivo, con un final que difiere bastante de la obra en papel, siendo mucho más cerrado en la película, cosa extraña con la pretensión de realizar en el futuro una tercera parte, aunque para eso medio planeta tenga que comprarse una copia en Blu-Ray y otra en DVD para amortizar presupuesto.