Nunca antes como ahora esa eterna y apocalíptica sentencia de El Amanecer de los Muertos que nos avisaba de “cuando no haya sitio en el infierno los muertos caminarán sobre la tierra”, se había sentido tan latente. La horda zombi se ha desatado como una nueva plaga de la Caja de Pandora, en series de éxito (The Walking Dead), megalíticas producciones (Guerra Mundial Z), símiles de gran hermano (Dead Set) o el manga (I Am a Hero).
En plena vorágine de mordiscos hasta las cejas, el director español Manuel Carballo nos trae Retornados, una nueva propuesta sencilla en apariencia pero posiblemente con el planteamiento más fresco en el género del año. Vuelve el virus letal que devuelve a los muertos a la vida con infinita sed de sangre pero esta vez con posibilidad de cura inmediata a través de una proteína cuyo consumo diario paraliza el desarrollo de la encima zombi. Tal y como la propia película se encarga de definir se puede traducir como lo que hoy en día es un enfermo de diabetes, aunque cambiando aquí el azúcar por frescas mollejas humanas.
Pese al concepto zombi, estamos más cercanos a Contagio de Steven Soderbergh o A Ciegas de Fernando Meirelles, lo cual es de todo menos malo. Aunque los momentos más crudos, tensos y sangrientos, que no son muchos pero si suficientes, nos traerán a la memoria al mejor Danny Boyle en 28 Días Después. Pueden parecer palabras mayores, pero el trabajo realizado por Carballo aquí es el pináculo de su carrera hasta el momento, en un género donde es tan fácil hacerlo mal como tan inmensamente difícil hacerlo bien por lo trillado y hastiado del asunto.
La pareja formada por Emily Hampshire y Kris Holden-Ried como enfermera y maestro de música respectivamente, pareja sentimental y siendo él un retornado con la complicación progresiva a la hora de encontrar suministros de proteína para su transformación, roza el sobresaliente. Su labor en todo este entramado es la más importante ya que nos acompaña una historia con un mensaje social profundo y palpable como ya hiciera el maestro Romero en su época de gloria. Con estos infectados como despojos sociales, jorobados de Notre Dame sin rumbo y personas non gratas para el floripondio de la sociedad cosmopolita.
La fotografía de Javier Salmones llama la atención por su apagado tono acompañando al devenir de las acciones que vemos en pantalla y cargándose de fuerza y potencia cuando la ocasión lo requiere. Un trabajo general muy por encima del corto presupuesto de la película que habla por si solo del excepcional equipo técnico y de trabajo que gira alrededor de Retornados.
Clichés y tópicos haberlos los hay, pero tratados con eficacia y acierto no molestan sino que incluso agradan. Abstenerse amantes de las tripas salchicheras y los cerebros en conserva, porque lo que aquí se nos ofrece va más allá de eso, dirigiéndonos hacía una reflexión moral sobre los límites del amor, la amistad y quizás hacia donde nos estamos dirigiendo con nuestros actos.
3.5 / 5
Este es un film de Zombies atípico. Creo que en toda la peli salen unos 2 o 3, a lo sumo.
Pero que nadie se engañe, porque el argumento es innovador y original, algo muy de agradecer hoy día con tanto refrito.
Sin embargo y pese a eso, la trama de la película decae algo al final y según mi opinión le falta algo de consistencia en la história y sobre todo en relación a los personajes secundarios.