Papeles en el viento es un film que resalta los valores y los códigos que suelen existir en las relaciones de amistad construidas durante años. Se trata de vínculos afectivos que, pese a tropezones propios de la cotidianidad, perduran a través del tiempo. Para ello qué mejor acompañante que una pasión en común, en este caso el fútbol.
Argentina es un país muy futbolero, donde se vive con tanto fanatismo que muchas veces se sobrepasa la línea de tolerancia hacia quien simpatiza por un equipo contrario al de la otra persona. En este caso, en el de Papeles en el viento, su director, Juan Taratuto, se encarga, valiéndose de la rica y sentida prosa de Eduardo Sacheri (quien escribió la novela, también recordado por aquella obra en la que se basó Campanella para filmar El secreto de sus ojos), que es además un especialista en la temática, de sumergirnos de forma amena en esa relación que surge de la fusión entre amigos y el deporte más popular en el país.
La historia de tres compañeros de toda la vida (Pablo Echarri, Diego Peretti y Pablo Rago) que sufren la triste desaparición de quien completaba el grupo (Diego Torres), por lo que deciden ayudar a la pequeña hija de este. Es así que se les ocurre introducirse en el mundo del fútbol, más precisamente en el rol de representantes de un jugador que había comprado su fallecido amigo y que nunca terminó de explotar lo suficiente como para promocionarlo y sacar rédito de una futura venta.
Taratuto (conocido por cintas tales como Un novio para mi mujer o ¿Quién dice que es fácil?) intenta abordar la narración moviéndose entre lo sentimental y ciertos tonos picarescos que se desprenden de la complicidad entre los participantes. Por momentos la emotividad funciona, mientras que en otras instancias se siente levemente forzada, tal vez por la ligera percepción que pueda tener el espectador sobre algunos intentos de más en el afán de conmover.
Otro aspecto interesante del relato se da en todas esas triquiñuelas que surgen de quienes se encargan de elaborar la imagen positiva de un jugador de fútbol a fin de venderlo, resaltando con exageración las que se consideran las virtudes más apreciables de quien en este caso buscan insertar en el mercado exterior. Allí, y con algunos giros sencillos pero ingeniosos, se visualizan ciertas mañas que sacan alguna que otra leve sonrisa cómplice.
Papeles en el viento deja una agradable impresión, sobre todo para quienes estén más familiarizados con el fútbol y sepan tanto asociarlo como entenderlo en su acompañamiento con la amistad. No es una película que trascienda ni mucho menos, de hecho es factible que tal vez se podrían haber pulido un poco más determinados elementos, pero dentro de su premisa cumple.
3.5 / 5