Apenas hay un par de tiroteos breves en su agradecida hora y media de duración, pero Killing them softly es una película rápida y ágil desde sus créditos iniciales, donde ya se deja llevar entre los discursos electorales de los candidatos, detalle que resalta la comicidad de las situaciones protagonizadas por los trabajadores del pueblo norteamericano, tan dispuesto al todo por la pasta como sus mandamases, sea el que sea.
Plagada de un humor negro muy en la línea de los Coen, Mátalos Suavemente es un thriller de tintes cómicos ambientado en la precampaña electoral que enfrentó a John McCain con Barack Obama y que finalmente ganaría este último.
Y digo tintes cómicos porque la película, una vez digerida, se asienta en el interior del espectador como una de las propuestas más divertidas de la temporada, además de la más elegante del género desde la comentadísima Drive.
Con el thriller de Nicolas Winding Ref comparte su frialdad y su modernidad, envolviendo la película en un ambiente cool a pesar de unos personajes que son poco más –o menos- que ratas de cloaca.
La comedia, reflejada en unos diálogos disparatados, donde los personajes hablan de sus miserias personales y privadas, provocará más de una carcajada a base de ascopena, sobre todo en boca de James Gandolfini y el omnipresente Richard Jenkins, que mantiene, como el Soprano, las mejores conversaciones del film con el personaje de Brad Pitt, un apagafuegos de la mafia que debe solventar el robo a una partida de póquer a cargo de un par de desgraciados que no saben donde se meten y que no da crédito a lo que escucha.