Trece años después de Náufrago, el añorado Robert Zemeckis vuelve a rodar películas protagonizadas por seres humanos. El Vuelo (Flight), escrita por John Gatins, guionista de dudosa reputación, está protagonizada por un contenido Denzel Washington, que, por primera vez en años, no luce son sonrisa socarrona de superioridad.
Hace unos meses destacaba una película protagonizada por un personaje asqueroso, El fraude, que lograba la empatía del público a pesar de tratarse de un tipo asqueroso que representa todo lo malo del mundo. Bien, las intenciones de Flight son parecidas, con un protagonista que se gana al público con sus argucias y que, a pesar de las apariencias, nunca camina por la línea que separa el bien del mal: está lleno de mierda hasta el cuello.
El director de Quién engañó a Roger Rabbit se empeña en demostrar desde la primera secuencia que ha vuelto al cine “adulto”. A lo largo de sus más de dos horas, rodadas con pulso firme y con una primera media hora magistral, parece que guionista y director nos llevan de cabeza a un final retorcido, sobre todo a partir de la última aparición de John Goodman, para, justo al mostrar unas cartas ganadoras, descubrir que han engañado tanto como el personaje protagonista.
Una pena esos últimos quince minutos, donde se tira por tierra una declaración de principios divertida y ácida que nos había hecho creer que Flight iba a ser una película valiente.
Al final, lo único valiente es el personaje de Washington, pero no en las maneras que nosotros queríamos y muy alejados de lo que habían prometido poco antes.
Con todo, los fans de Me llamo Earl aplaudirán el desnudo integral de Nadine Velazquez.