Lo comentó Alphonse de Lamartine en plena época del Romanticismo: “La guerra no es más que un asesinato en masa, y el asesinato no es progreso”. Sorprendió mucho su victoria en el Festival de Cannes, ‘Dheepan’ consiguió alzarse con la Palma de Oro para Jacques Audiard tras haberlo intentado con películas más aplaudidas como ‘Un héroe muy discreto’, ‘Un profeta’ y ‘De óxido y hueso’.
Sivadhasan es un soldado de los Tigres Tamiles en los últimos días de la Guerra Civil en Sri Lanka. Debido a que su bando pierde, se ve obligado a acabar en un campo de refugiados. Es en ese momento cuando decide que debe huir del país y si quiere seguir con vida. Pero poder escapar, necesitará algo más. Para facilitar el asilo político en Francia, decidirá suplantar la identidad de un padre de familia recientemente muerto, Dheepan, de esa forma, él y su supuesta familia saldrán rápidamente del país.
Ya en Francia, él y su aparente esposa Yalini y su supuesta hija de 9 años, Illayaal, saben guardar las apariencias y todo el mundo cree que son familia. En un barrio suburbial en las afueras de París, Sivadhasan trabaja como guardián de un edificio, Yalini cuida a un anciano e Illayaal va a la escuela y aprende francés. Todo parece ir poco a poco hacia mejor. Sin embargo, ese barrio es un lugar muy problemático y el narcotráfico hará que el ex soldado de los Tigres Tamiles tenga que salir de su aislamiento para proteger lo que ha podido reconstruir en su vida y en la de su nueva familia.
Audiard ha sabido crear un relato equilibrado sobre un drama de, muy tristemente, actualidad. La crisis de los refugiados, aunque acentuado ahora, es un problema que lleva tiempo pendiente en la Europa del bienestar. El realizador francés ha sabido combinar la angustia del thriller con un trasfondo social que consigue acercar este drama social a ‘Un profeta’ y que recuerda vagamente a ‘El silencio de Lorna’ de los Hermanos Dardenne. Su primera parte ahonda en la tragedia tanto del protagonista como de su falsa familia, y se compone como si un documental se tratase, el modo de escapar, elegir suplantar una identidad.
Es cuando Dheepan y “su familia” residen en París cuando empieza en el auténtico thriller, los engaños y el instinto de supervivencia salen a la luz. Una paradoja fehaciente al retratar cómo ese paraíso del mundo occidental no es de color de rosa, cuando, pese que es mediamente posible subsistir y salir hacia delante, el sistema no logra funcionar gracias a esas grietas de los guetos, los suburbios, las drogas, el silencio para que evitar problemas. Ahí está la otra realidad, la que Jacques Audiard sabe plasmar y sacar su mejor huella.
Qué decir de sus interpretaciones, es imposible pensar que los intérpretes que encarna a esta familia improvisada no hayan sido actores profesionales hasta ahora. Antonythasan Jesuthasan ya había tenido un papel en una película en 2011 pero es esta película donde se puede ver su verdadero potencial. No sólo porque sea una realidad que este escritor reconvertido en actor haya padecido, sino porque ha sabido mostrar cada situación con una veracidad que asusta.
Es verdad que pese a ser una excepcional producción y evitar en maniqueísmo irreverentes, ‘Dheepan’ peca relativamente de ser un poco autoindulgente en los dramas personales de la “familia” protagonista. Eso hace que, aunque sea una película brillante, no logre estar al nivel de ‘De latir mi corazón se ha parado’, ‘Lee mis labios’ o ‘Un profeta’, que hasta ahora la obra más lograda de Audiard. Pero eso no quiere decir que se esté ante una película menor, ni mucho menos. ‘Dheepan’ es una interesante aproximación a la realidad de los refugiados, un filme que ahonda en dramas reales y lo hace con respeto y buen cine.
4 / 5