Desafío Total, una de las cumbres de la ciencia ficción de los noventa y probablemente del género, se presenta con un lavado de cara y alguna novedad destacable.
Afrontar un remake de una obra cumbre es siempre un reto, y, en este caso, supone un doble riesgo porque la película original estaba dirigida por Paul Verhoeven, uno de los pocos directores que supo combinar la violencia extrema con el cine comercial.
Len Wiseman, el hombre que perpetró La jungla 4.0, nos regala sesenta minutos de persecución implacable y violencia moderada por unas calles del futuro que podrían ser las de Blade Runner. Y durante ese tramo de película ya se aprecia hasta el último centavo invertido, además de un gusto exquisito por la planificación, llena de planos imposibles y mucha adrenalina.
El planeta rojo deja paso a la crisis global, y el film sigue anotando puntos positivos con detalles como “la catarata”, el transporte para los trabajadores, pero llegado el ecuador, las conversaciones se vuelven más largas de lo que deberían y la historia va perdiendo pegada a medida que se acerca al desenlace.
Ni Cohaagen ni el nuevo líder de la resistencia aportan nada destacable y ahí la historia también se resiente, sin un villano en condiciones y, claro está, sin un Kuato de esperanza.
Aún así, Desafío Total es un producto desenfadado y espectacular, lleno de guiños al original, ideal para terminar la temporada estival más floja de los últimos años.