Es difícil cumplir las expectativas cuando llevas meses escuchando que estamos ante la mejor película de los últimos años, pero más difícil aún es conseguir superar dichas expectativas y esa es la forma más rápida y sencilla de definir lo logrado por Steve McQueen.
“12 años de esclavitud” no es un plato fácil de digerir para estómagos sensibles. Lejos de productos de misma temática pero edulcorados quizás para no limitar su público a la mayoría de edad, léase “El Mayordomo”, aquí se nos muestra la crueldad, miseria, abusos y torturas sufridas por los esclavos en 1800 de forma aplastante y contundente. No serán pocos los momentos donde la dureza reflejada en la pantalla te hará sentir más que incomodo y donde los sentimientos aflorarán en forma de lágrima en tu piel, radicando aquí el mayor de sus valores, su visceral sinceridad.
Se nos cuentan momentos de injusticias extremas, familias y personas inocentes que ponen en juego sus vidas desde el simple hecho de mirar a sus superiores de forma equivocada. Para algunos, el explícito estilo de McQueen a la hora de reflejar estos hechos sobrepasará los límites, acostumbrados a ver en este tipo de productos a películas que se mueven entre grises o claroscuros, pero sin contarnos la auténtica crudeza de la realidad que aquí si que supera a la mayor de las ficciones y es necesario trasmitirlo sin rodeos.
Pero “12 años de esclavitud” es tan grande, tan compleja, intrínseca y completa que habrá momento para toda la amalgama de sentimientos habidos y por haber. Viviremos momentos de tensión, tristeza, amor e incluso pinceladas de humor magistralmente utilizadas para aligerar en los momentos oportunos y necesarios el sobrecargado dramatismo del metraje.
Hablar de la actuación aquí daría para un manual de escuela de cine de postín. Todo un festival bajo la batuta de un inconmensurable Chiwetel Ejiofor como Solomon Northup y rodeado de un elenco incontable, algunos con pocos minutos en pantalla pero todos igualmente grandes, con Michael Fassbender, Paul Giamatti, Benedict Cumberbatch o Lupita N´Yongo entre otros muchos participantes de esta oda al cine más puro.
Muchas y celebradas películas, han llegado desde Hollywood bajo la premisa de la segregación. Pero posiblemente desde “La lista de Shindler”, ninguna ha conseguido llegar tanto a lo más profundo de nuestro ser y nos ha calado tan hondo en el corazón como la aquí presente.
Bajo una técnica cinematográfica magistral, un desarrollo de la narrativa sin paliativos que convertirán sus más de dos horas de metraje en un mero suspiro o una banda sonora que te disparará el alma al cielo o al infierno a su antojo, compuesta por el maestro Hans Zimmer. “12 años de esclavitud” no sólo se merece cada uno de los piropos habidos y por haber otorgados por la crítica mundial, sino que también entra directamente como una de las grandes obras maestras de la historia del cine.
Steve McQueen consigue hacer de lo más zafio de la humanidad y de lo más mugriento de las entrañas del ser humano, arte con mayúsculas. Atrevido, directo y alejándose del “mainstream” que tanto gusta entre los hombres de traje y corbata de seda tras los galardones en la gala de los Oscars. Posiblemente por eso mismo, por contar las cosas tal y como son, esta “12 años de esclavitud” no llegue a ser el escándalo de premios que por justicia debería ser en la próxima ceremonia de las estatuillas.
Una vez vista, ya no podremos decir más que ésta es la película favorita para el Oscar, porque es la ganadora de dicho galardón. Que se lo den o no ya es otra historia, pero esa no nos interesa, Steve McQueen ya nos ha regalado todo el cine que necesitábamos.
5 / 5