La gente asegura que el capítulo anterior de Juego de Tronos era el mejor de todos. Al menos hasta que hayan visto el de esta semana, que para mí le quita totalmente ese primer puesto. La temporada cierra con un episodio sencillamente BRUTAL y que marca el inicio del fin. El capítulo más largo de su historia nos deja muchas sorpresas, aunque algunas no lo eran tanto, la verdad. ¡Alerta spoiler!
Los Gemelos
Hay MUCHAS cosas que tengo que contar, cada una con su sorpresa especial. Así que voy a empezar por una de las que NO me esperaba. En los Gemelos están de celebración: Jamie y Bronn han sido invitados para festejar que los Frey vuelven a tener en su poder Aguasdulces, después de lo ocurrido capítulos atrás con el Pez Negro. La conversación entre Jamie y Walder no termina muy bien, pues el Lannister da cuenta de la incapacidad de los Frey de mantener el castillo. Eso sí, al menos nos enteramos de que Edmure Tully sigue vivo, encerrado de nuevo en su celda.
Pero lo emocionante aquí ocurre después, mientras Walder se sienta a cenar: una sirvienta le entrega una tarta, pero el Frey no la reconoce y ella le cuenta que es nueva. También le cuenta, así como si nada, que sus hijos Black Walder y Lothar se encuentran DENTRO del pastel. Y así es. El señor se ha comido a sus hijos por obra y gracia de ARYA STARK, que es quien se esconde detrás de la cara de la sirvienta.
Así que todo el entrenamiento en Braavos nos lleva a este momento. Walder trata de escapar, pero no lo consigue y Arya disfruta un montón rebanándole la garganta. Eso sí que es una venganza de la Boda Roja, y lo demás son tonterías. La sorpresa es que Arya está en Poniente y con aquella lista de nombres rondando por la cabeza. ¿Se acordará la joven de rescatar de las mazmorras a su tío?
El Norte
Jon Snow ha ganado. Ha ganado y ha regresado a Invernalia. Se encuentra junto a Melisandre cuando reciben la visita de Davos en escena, muy enfadado con la Mujer Roja. Le lanza la figura de Shireen y le hace confesar que murió en la hoguera, porque su Dios así se lo comandó. Ella se excusa en que sus padres estuvieron de acuerdo con aquello, aunque admite que no sirvió de nada. Melisandre sigue confiando en el Dios de la Luz, que entre otras cosas ha traído a Jon a la vida de nuevo, dejando claro que es una pieza clave en el futuro de Snow, ya sea contra Caminantes o contra otros enemigos.
Aun esto, Jon le insta a marcharse y dejar el Norte, o la colgará por asesinato. Lo que personalmente me parece una nefasta decisión. Creo que Melisandre se convierte así en otra Jorah Mormont: desaparecerá por el momento, pero podemos decir ya que su vuelta será en el momento adecuado. La relación entre Jon y Sansa, por cierto, no se ha resentido tanto como me pensaba después de que ella ocultase sus contactos con Meñique. Él le pregunta si confía en Petyr, todos sabemos que no, y así contesta Sansa.
Meñique, por cierto, le confesará más tarde a la joven Stark que lo que quiere es sentarse en el Trono de Hierro, junto a ella. E intenta darle un beso pero no cuela (normal, que estuvo enamorado de su madre y luego se casó con su tía). Esa frase de Petyr es la típica que al final se hace realidad, por cierto. ¿Le veis vosotros en el Trono en Desembarco?
Hablando de Tronos, tenemos nuevo Guardián del Norte, y no es Sansa. Más que Guardián. Algunos de los señores del Norte se quejan de la presencia de los Salvajes, pero es nuestra diva Lyanna Mormont la que pone las cosas en su sitio, apuntando a todos aquellos que no apoyaron a Jon en el capítulo anterior, o desde la Boda Roja, y ahora están ahí sentados. Lyanna nombra a Jon su señor, aunque sea bastardo. Y entonces todos se suman, llamándole Jon el Lobo Blanco (por su lobo Fantasma, supongo), Rey del Norte. Aunque… ¿aceptará?
Desembarco del Rey
EL DRAMA. En Desembarco del Rey ha llegado el día del juicio a Loras Tyrell y Cersei Lannister. En el Septo de Baelor está media ciudad esperándoles, acompañando al Gorrión Supremo, el resto de septos y algunas personalidades importantes como la Reina Margaery, su padre Mace y la Mano del Rey Kevan. Loras aparece y confiesa sus pecados, diciendo que quiere unirse a la Fe, lo que conlleva renunciar a su apellido y su posición como heredero de Altojardín. Así se hace y así le marcan en la frente el símbolo de la Fe. Y allí se quedan todos esperando a que aparezca Cersei, que no aparece.
Ahora es cuando entran en escena LOS NIÑOS. En primer lugar vemos a uno de estos niños susurrarle algo al Maestre Pycelle, que sigue sus indicaciones y termina en una sala con Qyburn; éste se disculpa con él antes de que un montón de niños le apuñalen hasta morir. Con esto ya podemos intuir que algo está pasando. Además, el Rey Tommen trata de salir de su cuarto para asistir al juicio de su madre, pero Gregor Clegane no le deja salir de la Fortaleza Roja. Definitivamente, algo está pasando.
Hartos de esperar a Cersei, el Gorrión manda a sus hombres a buscarla, pero Lancel se da cuenta de la presencia sospechosa de otro niño y le sigue hasta los sótanos del Septo. En plena oscuridad, el niño apuñala también a Lancel, aunque no muere, al menos no entonces. Le da tiempo a descubrir la gran revelación: toda la sala está repleta de fuego valyrio y unas velas a punto de incendiarlo. Margaery, arriba, se da cuenta de la trampa. Algo va a pasar porque ni Cersei ni Tommen están allí y ella es lo suficiente lista para darse cuenta, sin embargo, no le hacen caso y abajo Lancel no consigue apagar las velas a tiempo.
El Septo de Baelor salta por los aires matando a todo el mundo en su interior (y algunos que pasaban por allí), mientras Cersei sonríe en la lejanía. Tommen también observa la extensa columna de humo, horrorizado. Tal es su horror que decide tirarse por la ventana. Lo del fuego valyrio ya lo veníamos diciendo desde la semana pasada y no ha sido mucha sorpresa. Sí lo ha sido que en el proceso Cersei se cargase a medio reparto: muy importantes ahí la muerte de media familia Tyrell, que se queda completamente coja. Mace era, por cierto, el único cabeza de las grandes familias que quedaba vivo de los que comenzaron la serie. Tampoco me esperaba lo de Tommen, la verdad.
Cersei sufre del revés de su victoria. Por un lado está contenta de haber terminado con el Gorrión Supremo, y de hecho se divierte ahora mandando a Gregor a torturar a la Septa Unella, su gran enemiga y con cuyo sufrimiento va a disfrutar (ahora es ella la que le grita ese ya famoso “Shame!”). Por otra parte, encontrar a su hijo muerto no entraba en sus planes y hace que su rostro mute notablemente de alegría a desencanto. Y aquí es cuando viene mi gran sorpresa en esta trama: Qyburn proclama a Cersei Reina y la mujer se convierte en la primera en sentarse en el Trono de Hierro, bajo la atenta mirada de su hermano Jamie, que acaba de llegar.
En realidad Cersei no tiene ningún derecho al trono, y a lo mejor por eso no la aplaude nadie, aunque lo puede legitimar fácilmente: ante el vacío de poder ella es la única allí con tropas, las de los Lannister. Da igual, en realidad, porque el panorama ha cambiado por completo. Jon es Rey del Norte y tiene de aliado al Valle, los Frey se han quedado sin cabeza gracias a Arya y los Tyrell, bueno, los ha quemado vivos. Cersei gobierna siete reinos que no le van a hacer ningún caso. Y a la espera de visita.
Fuego y Sangre
Yo hoy solo dos gracias por una cosa, y es que mi queridísima Olenna Tyrell, nuestra Reina de Espinas, no estaba en Desembarco. Ya era la cabeza de facto de su casa, pero ahora, con la muerte de su hijo y nietos, casi se ha quedado sola en Altojardín. De luto, se desplaza a Dorne a hablar con Ellaria y las Serpientes de la Arena que, recordemos, desde el primer episodio de la temporada son quienes mandan ahora allí.
Nos enteramos por su conversación de que Cersei ha declarado la guerra a sus dos reinos, así que Ellaria le propone una alianza estratégica contra ella. Olenna busca venganza, por supuesto, y Ellaria sabe perfectamente cómo convencerla del todo: allí aparece Varys y ambos declaran que habrá venganza, justicia, Fuego y Sangre. Fuego y Sangre es el lema de los Targaryen. Es de suponer entonces que gracias a Varys Dorne se ha unido a la causa de Daenerys, y parece que se van a sumar los Tyrell también. El equipo Dany ya es numeroso.
Daenerys, por cierto, está cruzando el Mar Angosto junto a la armada Greyjoy. Antes, sin embargo, se despide de su amante Daario, al que emplaza a quedarse con su ejército de Segundos Hijos en Meereen. Además, nombra a Tyrion su Mano de la Reina oficialmente, aunque yo ya apuntaba el episodio anterior que lo venía siendo desde hace tiempo. Vemos todos sus barcos, repletos de Inmaculados y Dothraki, mientras los dragones surcan el cielo. ¿Cómo reaccionarán en Poniente ante su regreso?
Antigua
También pasa otras cosa que hay que escribir, aunque de menor interés. Sam, Gilly y Sam Junior llegan a Antigua, y es la primera vez que vemos la ciudad en pantalla. Observan su característica torre (más alta que el Muro), mientras un montón de cuervos blancos alzan el vuelo. He tenido que buscarlo: parece ser que se trata de unos cuervos especiales y que sólo se usan para notificaciones importantes, en este caso preciso la llegada del invierno.
Ya en la Ciudadela, Sam le asegura al recepcionista que le envía Jon Snow a convertirse en maestre, lo que pasa es que allí andan algo desactualizados: Mormont sigue siendo Lord Comandante en sus registros, y Aemon es su maestre. En realidad ha cambiado tanto todo que incluso lo que le explica Sam al señor está ya obsoleto totalmente. A Gilly y a Sam Junior no les dejan pasar, pero a Sam ese detalle se le olvida cuando llega a la gran biblioteca del lugar, donde queda extasiado ante su enorme tamaño.
De bastardo a bastardo
Por último, tenemos a Bran y Meera, junto a Tío Benjen, al norte del Muro. Aunque llegando a él: el Muro es mágico y los no-muertos –supuestamente- no lo pueden cruzar, así que aquí es donde se despiden. Bran entiende que debe de continuar con sus visiones para poder hacer frente al invierno que se acerca (y los Caminantes). Y así se revela uno de los grandes misterios de la serie. Con el joven tocando el tronco de un árbol.
Bran vuelve a su visión de la Torre de la Alegría, junto a su padre Ned, y consigue entrar en el castillo tras él. Allí descubrimos a su tía Lyanna, rodeada de sangre y alguna que otra mujer misteriosa. Una de ellas le entrega a Ned un bebé que Lyanna acaba de tener. La tía de Bran le susurra a su hermano quién es el padre, pero nosotros no lo escuchamos: da igual, ese bebé resulta ser Jon, que no es bastardo de Ned SINO SU SOBRINO.
El padre vamos a intuir que es Rhaegar Targaryen, que en realidad no secuestraría a Lyanna, sino que se fugaría con ella. Lo intuimos porque Lyanna asegura que la vida del bebé corre peligro (Robert Baratheon le mataría de saber su apellido). Es una gran revelación, pero que llevaba rondando internet mucho tiempo. Así que Jon es un Stark, pero primo y no hermano de Sansa y Bran. Y si se confirma que Rhaegar es su padre, sería además Targaryen y sobrino de Daenerys. ¿Supone esto que estaría por delante de ella en las aspiraciones al Trono de Hierro? ¿Entrará en la lucha por él?
Rhaegar era mayor que Dany, pero no sabemos si se casó con Lyanna en secreto, por lo que Jon pasaría de ser bastardo Stark a bastardo Targaryen. Además, Rhaegar estaba casado, con una Martell. Lo mejor de todo esto es que si Jon no es hijo de Ned, el señor del Norte no es otro que el propio Bran, como hijo varón mayor de Eddard (y único vivo, por cierto). Todo esto se sabrá si Bran consigue llegar a Invernalia, por supuesto. Algo para lo que tendremos que esperar, en el mejor de los casos, hasta abril del año que viene.
Última actualización: 28/03/2017