A falta de dos capítulos para terminar temporada, Juego de Tronos vuelve con una nueva entrega con luces y sombras, sin mucha acción ni demasiado drama. Eso sí, el tablero de juego se mueve y las piezas comienzan a tomar posiciones de cara al final. Hoy nos movemos entre un encuentro muy esperado y una gran revelación en una trama algo marchita. Recuerda releer qué pasó en el anterior episodio aquí. ¡Alerta spoiler!
Desembarco del Rey
Voy a empezar por la capital, cuya trama en este episodio ha dado un vuelco interesante y ha permitido el resurgir de una teoría que llevábamos algunas semanas leyendo por ahí. La Corona y la Fe son uno, como ya informaba algunos episodios atrás Tommen. Y el Septón, que posee un poder ilimitado en influencia sobre los quehaceres de Su Majestad, ordena a sus secuaces monjes que vayan en busca de su enemiga favorita, Cersei.
Comandados por el primo de ésta, Lancel, aterriza un grupo de seguidores del Gorrión en la Fortaleza Roja, con toda la intención de sacar de allí a la reina madre y presentarla ante su líder. Cersei, sin embargo, se niega a abandonarla. El encuentro entre ellos supone un punto de inflexión en esta trama: nuestra Lannister favorita se niega a colaborar y su guardaespaldas Gregor se encarga de arrancarle la cabeza a uno de los Gorriones, dejando claro que su protegida no se moverá de allí. Lancel, sin más opción, se va por donde ha venido.
La sonrisa se le borra poco después a la madre del Rey: su hijo convoca a la Corte y declara que en breve tanto ella como su cuñado Loras Tyrell serán juzgados en breve, pero por un consejo de siete septones (y no mediante juicio por combate, que quedan prohibidos desde ese momento). Por supuesto, Cersei contaba con ese combate, para así ganarse su libertad sin mucho esfuerzo gracias a Gregor.
Cersei parece abatida, sin embargo el maester Qyburn le trae buenas noticias. Sus “pajaritos” le han contado que unos rumores han resultado ser ciertos. ¿Qué rumores? No lo sabemos. ¿Que Daenerys tiene un nuevo ejército y nuevos planes? ¿Qué en el Norte está a punto de estallar una gran batalla (prueba de ello es el ya disponible avance del próximo episodio)?
Es aquí es cuando aparecen ‘las teorías del intenec’: en ‘Sangre de Mi Sangre’ vimos un montón de visiones condensadas de Bran, una de las cuales se trataba de una gran explosión de fuego valyrio en alguna galería subterránea. El Rey Loco parece que escondió mucha de esta sustancia por todo Desembarco del Rey (y bajo el Septo de Baelor, templo que ocupa ahora el Gorrión). ¿Es este el rumor del que habla Qyburn? ¿Quiere acaso Cersei escapar de la Fortaleza Roja incendiando la capital? A tiempo para Hogueras, por cierto. Unas palabras de su hermano Jaime que ahora comentaremos podrían darnos alguna pista sobre esto.
La Tierra de los Rios
Gran parte de lo que pasa en este capítulo número ocho (siempre tan prometedores) ocurre en la Tierra de los Rios. En Aguasdulces, Brienne y su escudero Pod han llegado -al fin- y se han encontrado con el sitio que Jamie Lannister tiene montado junto a los Frey. La caballero pide audiencia con Jamie, tiene un mensaje y un objeto que entregarle. Mientras Pod se entretiene “entrenando” con Bronn, el esperado encuentro entre ambos caballeros tiene lugar.
Brienne ha encontrado a Sansa, y le explica a Jamie que viene a por la ayuda de Brynden para que ésta retome Invernalia. Jamie se muestra a la defensiva: primero, Sansa sigue siendo sospechosa de la muerte de su “sobrino” Joffrey; además, Brynden ha ocupado un castillo que ya no le pertenece. Así que no piensa ponerle las cosas fáciles. Al menos, Jamie le da a Brienne unas horas para negociar con el Pez Negro y, si consigue que abandonen Aguasdulces, él les dejará paso hacia el Norte.
La caballero, además, trata de devolverle su espada, Guardajuramentos. Cómo es esta serie: él se la entregó bajo promesa de que Brienne encontrase y protegiese a Sansa, y sin embargo ahora es el principal escollo en los planes de la Stark. Jamie, por supuesto, no la acepta de vuelta y le dice que es suya. Brienne se da cuenta entonces de que, si no convence al Pez Negro, su juramento le obliga a combatir a Jamie. Y ambos se despiden, con una tensión en el ambiente claramente patente.
Como era de esperar, Bryden se niega a abandonar Aguasdulces. Le gustaría ayudar a su sobrina, sí, pero no va a renunciar a perder su hogar otra vez. Así que Brienne se prepara para la batalla, mientras manda a Pod a enviar un cuervo a Sansa contándole sobre su fracaso. Pero no hay batalla, por que pasa algo. Después de una conversación entre Jamie y su prisionero Edmure, todo cambia.
Jamie trata de poner de su parte a Edmure, recordándole que tiene un hijo con Roslin Frey. Un niño que podría vivir bien y llegar a ser alguien algún día, y lo único que tiene que hacer es convencer a su tío de que entregue el castillo. Aunque Edmure no ha visto nunca a su hijo, el Lannister es muy convincente: si no lo hace, catapultará al niño y matará a todo Tully que se encuentre.
En esta conversación, Jamie hace referencia a como la hermana de Edmure, Catelyn, cuidaba de sus hijos; igual que Cersei lo ha hecho de los suyos. Él quiere a su hermana, y si es tan agresivo ahora es porque la única manera de volver a su lado es recuperando Aguasdulces para los Frey. Siente admiración por esas madres que harían lo que fuese por sus hijos, incluso “reducir ciudades a cenizas”. Cuidado, Jamie, porque puede que Cersei es en lo que esté pensando.
Como os digo, Edmure finalmente parece que se pasa al lado de Jamie: ordena que le dejen entrar en Aguasdulces, y puesto que él es el Señor de Aguasdulces, le hacen caso en detrimento del Pez Negro. Una vez dentro, ordena que se rinda el castillo y las tropas de los Frey entran en él. También ordena, por supuesto, la captura de su tío.
Brynden, que en cierto momento se percata de cómo ha cambiado la situación, ayuda a Brienne y Pod a escapar mediante un bote. La caballero insiste en que les acompañe, pero el Pez Negro se niega a huir otra vez (ya escapó por los pelos de la Boda Roja). En la siguiente escena, un soldado informa de su muerte en combate. Jamie se asoma afuera del castillo y observa el bote en el que Brienne escapa. Ambos se miran y todos nuestros deseos de que pasase algo más se desvanecen. Es lo que tiene jugar en equipos totalmente opuestos, supongo.
Hermandad sin Estandartes
También en la Tierra de los Rios tenemos a Sandor Clegane. El señor anda muy enfadado después de que masacraran a su comunidad y a su nuevo amigo septón, así que no deja títere con cabeza (literalmente) cuando se encuentra en un bosque a parte de aquellos integrantes de la Hermandad sin Estandartes que perpetraron la masacre.
Poco después encuentra a más, incluido su líder Beric Dondarrion (al que no vemos desde la temporada número 3), ajusticiando a tres de los restantes que mataron a todos aquellos aldeanos. La Hermandad condena sus actos y les van a colgar: le dejan a Sandor que se encargue de dos de ellos, aunque le prohíben usar el hacha. Después, le invitan a unirse a la Hermandad, aparentemente preparados para una nueva amenaza (los Caminantes Blancos).
Meereen
En Essos también pasan cosas, como siempre. Empiezo por Meereen, donde el plan de Tyrion parece que ha dado resultado: los Hijos de la Arpía no han vuelto a atacar (porque en apariencia sí estaban financiados por los amos de las otras ciudades) y, además, la gente se encuentra esperanzada gracias a lo que cuentan los sacerdotes sobre Daenerys, que es una enviada de su dios para terminar con la esclavitud.
Tyrion, por cierto, se despide de su amigo Varys, que marcha a Poniente a tantear el terreno y buscar posibles apoyos para cuando Dany regrese. Mientras el Lannister toma unos vinos y se cuenta unos chistes junto a Gusano Gris y Missandei, una fuerte explosión los levanta de las sillas: se trata de los amos de Astapor, Volantis y Yunkai, que han decidido romper su pacto con ellos y están bombardeando la ciudad desde sus barcos, causando el pánico.
Poco después, otro fuerte ruido sacude la Gran Pirámide, pero en esta ocasión no se trata de ellos. Es Daenerys, que acaba de aparcar a Drogon en la azotea y entra en escena con cara de “no se os puede dejar solos, ¿qué está pasando en mi ciudad?”. Mirad, ojalá Yara, Theon y su flota lleguen a tiempo y ayuden a Dany contra los amos esclavistas y se alíen y se conviertan en el equipo preferido de nuestros corazones.
Mi nombre es Arya Stark
Por último, tenemos a Arya en Braavos, cuya trama parece tomar un interesante punto y seguido. AL FIN. Herida por la puñalada de la Huérfana, Arya se esconde en el camerino de Lady Crane, la actriz a la que tenía que haber matado. Vemos de nuevo su monólogo tras la muerte de Joffrey, cambiado con las ideas que Arya le dio. Y queda mejor. Crane cura sus heridas, mientras le cuenta que se vengó de Bianca y le propone que se una a ellos como actriz.
La pobre no dura demasiado, pues es asesinada por la Huérfana, que quiere hacer lo mismo con Arya, pero ésta salta por la ventana. Comienza entonces una persecución vertiginosa por las calles de la ciudad, durante la cual sus heridas se abren y comienza a sangrar. Siguiendo este rastro, la Huérfana la acorrala en una habitación iluminada por una vela. Preparada para la lucha, Arya corta con su espada la vela y el cuarto queda a oscuras.
En la siguiente escena, en la Sala de las Caras de la Casa de Blanco y Negro, Jaqen H’ghar encuentra un rastro de sangre que le lleva a descubrir un nuevo rostro, el de la Huérfana. Vamos, que Arya ha ganado y la ha matado y ha ido allí a dejar su cara. Jaqen se gira y la encuentra allí, y le dice que por fin se ha convertido en ‘nadie’. Ella, sin embargo, le contesta que su nombre es Arya Stark, y que vuelve a casa. Y yo que me alegro, nunca es tarde para ello.
Última actualización: 28/03/2017