Está claro que Juego de Tronos es la serie de las sorpresas, de la sangre y de las cosas raras. Este segundo episodio de la sexta temporada, sin duda, viene a demostrar exactamente eso. Si el capítulo anterior fue una introducción a la temporada en el que nos recordaban los muertos pasados (y ya empezábamos con las ausencias), en esta ocasión la serie se centra en los regresos. Algunos desde muy lejos. Y una gran ¿sorpresa? ¡Alerta spoiler!
All Bran
El primer regreso importante del episodio viene protagonizado por Bran Stark. Ya sabíamos que el personaje volvía esta temporada, después de no salir ni un poquito durante la anterior. Bastante cambiado (que es lo que tiene crecer), su historia se quedó cuando, junto al servil Hodor y Meera Reed, entraba en una cueva siguiendo a Leaf, una de los Niños del Bosque. Allí conocen al Cuervo de Tres Ojos, este señor mayor que le ayuda con sus visiones.
Precisamente el capítulo comienza con una de estas visiones, donde el Cuervo y Bran se encuentran en Invernalia, muchos años atrás. Su padre Ned y su tío Benjen son pequeños y están entrenando, mientras Lyanna se pasea a caballo por allí. Es la primera vez que vemos a tía Lyanna, interpretada aquí por Cordelia Hill, y también es la primera vez que vemos a los tres hermanos juntos.
Lyanna es, seguramente, la figura más importante de Juego de Tronos y de la que menos sabemos. Según nos han contado en la propia serie, fue secuestrada por el príncipe Rhaegar (hermano de Daenerys) y aquello provocó una guerra que terminó acabando con el reinado de su padre Aerys (aka el Loco). Así terminó Robert Baratheon en el Trono de Hierro, los Targaryen escampados, etc. Aunque según internet en este culebrón venezolano falta mucha información por conocer.
En la visión también vemos a un joven Hodor, que en realidad se llama Wyllis y puede hablar. Aquello no dura mucho y el Cuervo devuelve a Bran a la realidad. No pasa nada más, por ahora: Bran le pregunta a Hodor qué le pasó, a lo que él contesta “hodor”, cómo no; y Leaf anima a Meera a seguir al lado de Bran, pues le necesita. El Cuervo dice que se acerca una guerra, así que esta trama algún papel importante tendrá esta temporada. Espero.
I’m still breathing
Está claro, sin embargo, que el principal regreso de este episodio ocurre en Castillo Negro. Allí, el tiempo que Thorne le dio a Davos para salir de su cuarto (donde está encerrado con Fantasma, el cuerpo de Jon y algunos fieles) se ha terminado. Él asegura que nadie –más- tiene por qué morir, pero nadie se lo cree, así que allí todos desenvainan sus espadas. Cuando parece que aquello no tiene remedio y habrá sangre por doquier, Edd aparece por la puerta de Castillo Negro con los Salvajes, detrás todos de Wun Wun, el gigante.
Aquello funciona: la Guardia de la Noche se rinde y Thorne y demás colaboradores son apresados. ¿Qué fácil es tomar el lugar por ese lado, no? Tormund Giantsbane, que parece que ahora es líder de los Salvajes, empieza a preparar la pira para despedir a su antiguo aliado Jon. Pero Davos no quiere rendirse y le pide a Melisandre que intente revivir al Lord Comandante. La Mujer Roja fue protagonista absoluta la semana pasada y está pasando un bache muy serio de fe.
Al principio Melisandre es escéptica (es algo que nunca ha hecho, solo lo ha visto hacer), pero acepta intentarlo. Lava el cadáver de Snow y quema su pelo, mientras recita algunas palabras en Valyrio. Aquello no parece dar resultado, así que uno a uno todos terminan abandonando la estancia. En silencio y en soledad, Fantasma, que estaba durmiendo allí mismo, se despierta. Y, en este preciso momento, Jon Snow revive y empieza a respirar. Repito, JON SNOW REVIVE. Tantos meses especulando y al final todos teníamos razón: estaba muerto, sí, está muerto, no.
Desembarco del Rey
He pasado por alto la presencia en la serie de un personaje que ahora cobra algo de relevancia. Se trata de La Montaña, Gregor Clegane. Convertido por Qyburn en una especie de zombie, ahora es escolta personal de Cersei y pasa sus ratos libres matando a todo aquel que ensucia su nombre. La Montaña está dispuesto a batirse con media guardia real si es necesario para que Cersei pueda ir al funeral de su hija Myrcela, pero ésta hace caso a las órdenes de su hijo de que no debe de salir de la Fortaleza Roja.
Tommen se siente fatal por todo. Se siente totalmente sometido ante el Septón Supremo, y es que lo está. Siguiendo consejo de su tío/padre Jaime, visita a Cersei y le pide ayuda para poder ser fuerte, como un Rey debe de ser. Y ella se lo perdona todo y le abraza, al fin y al cabo es su único hijo vivo y, al fin y al cabo, cualquier plan que tenga en mente depende irremediablemente del Trono de Hierro en el que Tommen –todavía- se sienta.
Seguramente el momento tenso del episodio lo protagonicen el Septón y Jaime, que se enfrentan duramente. El Lannister hace un recorrido por su curriculum (entre lo que destaca cuando mató a Aerys) y parece que va a sumar a la lista al propio Septón, pero a éste ni parece importarle ni se siente amenazado. Además, aparecen un montón de sus seguidores armados, y Jaime tiene que mantener su espada envainada.
Estoy aquí para ayudar
En Meeren se toman decisiones importantes. En reunión, los que mandan en la ciudad (al menos, teóricamente) debaten sobre su delicada situación: Dany está desaparecida, se han quedado sin flota ni nada por el estilo, las demás ciudades de la Bahía de los Esclavos han vuelto a manos de los esclavistas y los dragones están deprimidos y no quieren comer.
Aquello es todo drama: aislados, solos, amenazados y con dos dragones a dieta. Tyrion es el que da un paso adelante y decide actuar, sabiendo que los dragones no sobreviven demasiado en cautividad. ¿La solución? Soltarlos. O, al menos, quitarles sus cadenas. Tyrion se la juega mucho acercándose a ellos para hacerlo, pero parece que le conocen (y les cae bien). “Estoy aquí para ayudar, no os comáis la ayuda”.
También pasan cosas en Braavos, donde La Huérfana ha vuelto para pegarle a Arya con un palo. Parece que no parará hasta que la joven Stark se convierta de verdad en “nadie”. Otra gran reaparición del capítulo es la de Jaqen H’ghar, que incluso tienta a Arya asegurando que le devolverá la vista a cambio de que diga su nombre. Arya dice que no tiene nombre y Jaqen sonríe y le pide que le acompañe: ya no es mendiga. ¿Y ahora qué? Es curiosa esta serie: de un episodio a otro los Stark vuelven a ocupar muchas de las tramas y la de Arya parece la más floja.
Prefiero ser hijo único
Otro gran shock en Invernalia. Han llegado las noticias de que Sansa ha escapado, y tanto Roose como su hijo Ramsay están preocupados porque en su plan falta un heredero. Ramsay piensa que la chica se dirige a Castillo Negro, donde su hermano la protegería. Los Bolton no se han llegado a enterar de que Jon estaba muerto y ahora ya para qué. Roose desecha su idea loca de tomar Castillo Negro.
En ese preciso instante recibe buenas noticias: su mujer Walda ha dado a luz a un varón. Ramsay no está contento con la situación: él es bastardo, así que aunque su padre le asegura que siempre será su primogénito, Ramsay le apuñala. Además, también mata a Walda y a su hermanastro. “Prefiero ser hijo único”. Vamos, que ahora Ramsay se ha convertido en Guardián del Norte.
No muy lejos de allí, Sansa y compañía siguen en los bosques. Brienne le cuenta a la joven que su hermana Arya está viva. Pero no todo son buenas noticias: Theon decide marcharse por su cuenta, porque no se puede perdonar todo lo que les ha hecho a los Stark. A casa dice que se va. Y de ahí el título del episodio que me ha tenido intrigado tres días.
Islas del Hierro
¿Pero de dónde venía Theon? ¿Cuál es su casa? Desde dos temporadas atrás no veíamos con claridad nada que tuviese mucho que ver con las Islas del Hierro, el hogar de los Greyjoy. Pero en este capítulo nos retoman esta trama, con sorpresas. Balon Greyjoy y su hija Yara discuten en la capital, Pyke, sobre lo mal que les va en la guerra.
Porque hay una guerra, la de los Cinco Reinos. Recapitulemos. Al morir Robert todo el mundo quería el Trono de Hierro: el propio Balon, Stannis Baratheon (muerto), Renly Baratheon (muerto), Robb Stark (muerto) y el que se lo quedó, Joffrey (muerto también). Vamos, que él es el único que queda vivo pero nadie parece acordarse. Me encanta. Y le echa la culpa de ello a su hija, por malgastar hombres en tratar de rescatar a su otro hijo Theon.
Pyke está compuesta por una serie de torres conectadas por puentes de madera sobre el abismo. Y en uno de estos Balon se encuentra, en plena tormenta (siempre hay tormenta en las Islas del Hierro) con su hermano Euron (Pilou Asbæk). Las intenciones de Euron se ven desde el primer segundo que aparece en pantalla: se enzarza con Balon, que intenta apuñalarle, y éste termina cayendo al vacío. Y ya no queda ninguno de los cinco reyes vivos.
Sabemos que Balon muere porque vemos su funeral, donde su hija promete vengar su muerte. En los demás reinos, sería quién mandase ahora, pero no es las Islas, que tienen un sistema electoral. Como Aeron (otro hermano de Balon) le cuenta, podría ser reina o podría no serlo. ¿Quién será el afortunado? ¿Yara? ¿Euron? ¿Theon?
Última actualización: 28/03/2017