Esta temporada de Homeland puede que no sea de las mejores de la serie, eso es cierto. Pero también es cierto que esta semana termina con un capítulo repleto de drama y tensión, una sorpresa inesperada y la promesa de una temporada por venir (que puede que sea la última) pero que ya avisan que no tendrá mucho que ver. El recap del episodio anterior aquí. ¡Alerta spoiler!
Berenson trata de salir de Rusia
El truco de las pelucas funciona a la perfección y el pobre Gromov se traga que en ese Mercedes que vuela por las calles de Moscú va su amada Simone. En realidad es Carrie, que acompañada por Anson tiene que hacer tiempo a que la verdadera agente rusa salga del país con Saul. Berenson levanta rápidamente el chiringuito, asegurando que con el cambio de Presidente en EEUU le han llamado para que vuelva.
El jefe de la delegación rusa, sin embargo, sospecha que algo está pasando y se apresura en parar el coche antes de que salgan hacia el aeropuerto, pero por suerte Gromov llama en ese preciso momento asegurando que tienen a Simone en pantalla y van a detenerla. Mathison, que ve como la policía rusa le corta el paso, deja a Anson y huye a pie por las calles y el metro moscovitas, terminando escondida y rodeada de agentes.
Todo para ganar tiempo, que Saul necesita de más porque les paran en la entrada al aeropuerto, pasándose la inmunidad diplomática de la delegación por las narices. Dicen que uno de los hombres de Berenson mató a alguien (que es posible), pero ya sería una lástima que fallase la misión después de que Simone, con la peluca rubia, pasase perfectamente por Carrie.
Berenson llama a la Casa Blanca, pidiendo al recién estrenado Presidente Warner que haga algo al respecto. Warner, que pide explicaciones de lo que está pasando en Rusia a Keane, está enterado de la verdadera misión, y tiene una decisión que tomar: como Paley le avisa, si ayuda a Berenson Simone testifica y Keane es otra vez Presidenta. Momentos de nervios hasta que vemos como Warner hace lo correcto y le pide soluciones al embajador ruso.
Mathison es apresada por Gromov
Funciona, y menos mal. En el preciso momento en el que el avión despega y Saul y los suyos están a salvo, Gromov apresa a Carrie y descubre que ha caído en una trampa y aquella no es su Simone, ni ninguna otra Simone. Así que la misión es un éxito y, días más tarde –en audiencia pública-, Martin admite que es una espía rusa y la naturaleza de su operación. Keane visita al equipo de Berenson para agradecerles su ayuda, y les dice que hace todo lo que puede por traer de vuelta a Carrie.
Porque Mathison fue detenida y está en una cárcel por ahí perdida. Los esfuerzos de Saul por intercambiarla por otros presos no dan resultado (el embajador ruso sabe que Carrie es valiosa) y nuestra protagonista, además, se niega a grabar un vídeo donde le eche la culpa de todo a EEUU. Ni siquiera las amenazas de Gromov de dejarla sin su medicación le hacen cambiar de opinión.
Mathison, por esas pastillas, es capaz de todo, y así se lo hace saber a uno de los agentes rusos de por allí, Aleksandr (Yosef Podolski). Le consigue una pastilla, que pronto descubrimos que lleva azúcar. Y que Carrie lo va a pasar mal, muy mal. Siete meses después, en la frontera entre Rusia y Estonia, Berenson espera al intercambio de prisioneros (al final sí), y entonces vemos a una Mathison completamente fuera de sí. Corre y pasa de Saul, hasta que tropieza y cae. No sabe ni dónde está ni qué está pasando. Y así nos dejan hasta la próxima temporada.
Keane quits
Pero pasa otra cosa imprevista esta semana. Después de todo el lío ruso, en la Casa Blanca reciben a Elizabeth Keane con aplausos. Una vez que ha vuelto a jurar su cargo como Presidenta, tiene una reunión con su Vicepresidente en el que Warner le plantea un cambio de táctica. Tiene pensadas un montón de sanciones a Rusia después de su plan para derrocarla, pero Warner le insta a hacerlas pasar por el Congreso, y no imponerlas a base de decretazos.
Keane le asegura que lo pensará, pero lo cierto es que piensa muchas cosas este final de temporada. Todo. Después de visitar a Paley en la especie de cárcel donde le tienen (porque le apresan por traidor) y pasarse por la tumba de su hijo a dejar una corona de flores (es el aniversario de su muerte), Elizabeth renuncia.
Lo hace por sorpresa y en un mensaje televisado desde el Despacho Oval. Deja de lado el discurso preparado e improvisa uno directo y sentido, en el que asegura que no ha hecho nada ilegal, pero sí cosas malas. Se va porque hay gente que no se la cree, y EEUU necesita un Presidente en el que confiar. Y me parece genial que hayan hecho al personaje volver y jurar y ser Presidenta y ya luego dejarlo. Con Keane no podía ser de otra forma.
Última actualización: 16/05/2020