Homeland Temporada 5 Capítulo 10 Recap: New Normal

Ya tenemos disponible un nuevo capítulo de Homeland. La semana pasada nos dejaban con Quinn sucumbiendo a los efectos del gas sarín. Y, aunque suponíamos que gracias a uno de los terroristas podía sobrevivir, no nos quedaba del todo claro. En la entrega de esta semana salimos de dudas. ¡Alerta spoiler!

Estabamos en Homeland inmersos en el asunto de Allison. La agente doble salió la semana pasada por la tangente asegurando que la espía doble no era ella, sino Ivan. No tiene lógica -entonces- que para protegerle huyese a su “guarida”, sin embargo, la posibilidad está ahí y la duda ya está sembrada en los pensamientos de Dar Adal. El ruso, por su parte, confirma que fueron ellos quienes hicieron explotar el avión del señor sirio aquel.

Vamos, que mini-punto para Saul, que vuelve a ganarse –un poco- la confianza de sus jefes. En el asunto de Allison, sin embargo, la cosa es mucho más complicada: de ser cierto sería un escándalo sin precedentes, y la verdad es que la mujer es firme en su postura de inocencia; e incluso asegura que tiene un testigo, eso sí, ahora muerto. El interrogatorio de Saul con Carr termina abruptamente cuando él se abalanza sobre Allison preso de la ira. Sin embargo, este asunto pasa a un segundo plano enseguida.

Vemos una cosa curiosa, eso sí. En cierto momento del episodio, fuera de la oficina de la CIA en Berlín, Allison mira a una señora que pasea el perro por la calle, que le devuelve la mirada mientras se toca un pie. La agente está custodiada por un señor, por si intenta escapar, pero es un detalle del que leo por ahí mucha gente ya ha opinado. ¿La señora mayor trabaja para los rusos? ¿Qué le ha querido transmitir? ¿O el que trabaja para ellos es el perro? Qué intrigas, qué trama.

Los informativos recogen el vídeo que Bibi y el resto de terroristas acaban de filtrar a los medios. A Carrie, en un bar, le da un vahído cuando sale en pantalla Quinn sufriendo los efectos del gas sarín. La célula terrorista da de plazo un día para que Naciones Unidas reconozca las pretensiones de DAESH, o una ciudad europea será ferozmente atacada.

Alemanes y estadounidenses unen fuerzas para identificar al locutor de la cinta y poder capturarle antes de que lleve a cabo sus planes. Adal entonces aparca sus sospechas sobre Allison y la pone a trabajar en el asunto, e incluso se entrevista con Krupin, que tiene información sobre los materiales que pueden tener en su poder los terroristas.

Carrie une fuerzas con Astrid y visionan el vídeo de Quinn, en el que vemos al agente tremendamente perjudicado y por los suelos. Carrie llora, ambas se cogen de la mano. Puede que Quinn haya hecho alguna señal que puedan reconocer, sin embargo en lo que se fijan es en el suelo, en unos adoquines muy característicos.

El plan de los terroristas es esparcir el gas sarín en el metro. Lo que pasa es que a Bibi le sale un problema cuando uno de ellos encuentra uno de esos botes con el antídoto al gas usado y vacío. Comprueba a Quinn, que resulta que está vivo, y hace saber a su jefe que tienen un traidor que se lo suministró para que no muriese.

Bibi reúne a todos sus secuaces para comprobar a cuál de ellos les falta su antídoto. Y cuando parece que van a cazar a Qasim (Alireza Bayram), el que salvó a Quinn, resulta que él tiene su dosis. Es al de al lado al que le falta, así que Bibi opta por dispararle en la cabeza, por traición. Después nos enteramos que fue el propio Bibi el que hizo el cambio, cuando le confiesa a Qasim que sabe que fue él. Lo que pasa es que es de la familia, y el otro no.

Una de los personajes que más me intrigan de esta temporada de Homeland es la figura de Otto Düring. Está ahí, intuimos algo más en su historia, pero no lo vemos. Laura y Jonas trabajan ahora con Faisal Marwan (Ercan Durmaz), uno de los señores que salió de la cárcel episodios atrás junto a Zayd (al que mató Quinn). La Fundación quiere su testimonio para apoyar su particular cruzada por la libertad que lleva a cabo contra su país y Estados Unidos.

El señor tenía una tienda y vendió móviles a radicales, pero él asegura que es inocente y Jonas le defenderá en juicio para demostrarlo. Marwan trata de alejarse de Zayd, asegurando que estaba con él, pero no le escuchaba ni le hacía caso. A veces oía cosas, sí, como un ataque en Berlín. Pero él iba a su rollo.

Por supuesto, aquello no pasa desapercibido para Jonas y Laura, que discuten con su jefe sobre qué hacer con Faisal: Jonas quiere entregarlo a las autoridades para que le interroguen sobre ese plan que escuchó, pero Laura opina que no se pueden fiar de nadie y que le dieron su palabra de protección. Otto termina llamando a Saul y contándole el asunto, y aunque Berenson le promete que no le arrestaran, nada más salir del edificio aparecen unos agentes y se llevan a Marwan.

La inteligencia alemana consigue encontrar algunas localizaciones que cuentan con los azulejos que aparecen en el vídeo de Quinn. Las cruzan con los últimos movimientos conocidos de Bibi, y aquello da un total de 39 lugares que se apresuran a registrar. Por supuesto, Carrie y Astrid van al lugar correcto, y aunque al principio piensan que han encontrado el cadáver de Quinn, pronto empieza a mover un dedo y todo es alegría y esperanza.

El episodio termina con Quinn en la cama de un hospital, con Mathison y Saul sentados frente a su cama. Los terroristas se dirigen al lugar de su futuro atentado. Düring se siente furioso con Saul por no cumplir con su palabra. Y Allison, bueno, Allison no sabemos muy bien qué hace. Pero parece que por ahora se está librando y tal vez ya tenga en marcha su -nueva- huida.

Última actualización: 08/12/2015