Esta semana en Homeland tenemos un episodio un poco alocado que no nos deja demasiado a gusto, la verdad. Y aquí abajo vamos a intentar explicar por qué. El recap del capítulo anterior aquí. ¡Alerta spoiler!
Carrie abandona la casa de su hermana
La semana pasada Carrie y compañía drogaban a Dante y se colaban en su casa para registrarla de arriba abajo, lo que ya me contaréis qué necesidad pudiendo entrar cuando no estuviese. Pero se lo concedemos a una serie de espías, porque nos gusta así. Esta semana empezamos en ese punto, cuando de repente Dante despierta momentáneamente y el #teamcarrie se queda quieto en seco, como si aquello les hiciese invisibles. La droga sigue con sus efectos, y Allen vuelve a caer al sofá dormido.
No seguros del tiempo que les pueda quedar, deciden marcharse a desayunar, aunque Mathison recuerda que tiene una familia: corre a casa sabiendo que le espera una buena regañina de su hermana, que efectivamente le cae. La tensión entre ambas es insostenible, y Carrie decide dejar la casa con su hija de la mano, camino a un motel. Allí no consigue habitación, pues una tarjeta es rechazada y la otra va a otro nombre, lo que es altamente sospechoso, como menos.
Mathison se ve sin salida, o entradas a ningún lado, hasta que Dante le llama preguntando sobre lo que pasó la noche anterior, si pasó algo. No pasó nada (al menos que él recuerde), pero cuando se entera de la riña entre las hermanas ofrece su apartamento a Carrie y Franny. Supongo que la alarma de “no lleves a tu hija al apartamento de un posible espía ruso” Mathison la tendría desconectada, porque allí que se presentan a desayunar.
Saul incorpora a Max a su equipo
Lo mejor de este episodio, y de muchos otros, es Saul. Berenson se pone 100% con lo de la interferencia rusa en los últimos acontecimientos de la temporada, sorprendentemente contándoselo todo al principal afectado: David Wellington. La cara de David es la que se te queda cuando te cuentan que tu novia/amante/amiga especial es una espía rusa que va a traicionarte jurando que ordenaste matar a un general. Para evitar la caída del Gobierno, Saul necesita que le cuenta todo lo que sepa sobre ella.
El siguiente paso de Berenson es ir a por Max. Ya le vemos buscar las cámaras cuando entraba en casa de David, y la verdad es que al pobre Max no le queda más remedio que admitirlo, después de que Carrie se lo confesase al nuevo asesor de la Presidenta. Cuando Saul se entera de su boca que consiguió descargar algunos archivos del disco duro de Dante, Berenson le lleva a su cuartel general para que busque algo interesante, todo a sombra de Mathison, claro.
Saul no consigue que le dejen interrogar a Simone, pero al menos parece que el equipo encuentra una conexión entre la mujer y los archivos de Dante: una serie de lugares y países bastante lejos entre sí en los que –casualmente- coincidieron. No tienen mucho tiempo hasta que Simone hable y haga tambalear el país, así que pasan a la acción.
Berenson detiene a Dante
Yo ya he empezado a sospechar que Dante sabía más de lo que decía saber cuando decide irse del apartamento y dejar a Carrie con Franny allí solas. Y con una frase lapidaria de “seguro que podrás encontrar cualquier cosa que necesites”. Es la hija de Mathison la que va a topar con el álbum de su boda, que lleva a Carrie a encontrarse con la ex de Allen en busca de información extra.
La ex, Audrey (Tricia Paoluccio), sirve a Carrie para descubrir varias cosas: la primera es que Dante ha mentido mucho (no lo dejaron porque él bebiese, por ejemplo), la segunda es que lo mismo está un poco obsesionado con ella desde hace ya bastante tiempo.
Pero lo bueno viene cuando vemos que Dante, en ese rato que las deja solas, se presenta en casa de Maggie, la hermana, con la excusa de recoger algunas cosas de Franny. Descubre en la habitación de Mathison que le ha estado investigando. Me ha parecido un poco demasiado fácil para Allen poder llegar allí. Maggie, tu hermana era espía y obviamente está metida en algo, un poco de cuidado con las visitas.
El final del capítulo evidencia que hemos llegado a ese punto de la temporada en el que todo se precipita. Ya en su apartamento y con Franny dormida, Carrie y Dante tienen un encuentro primero informativo (él comenta que ha ido a casa de Maggie, ella que ha hablado con su ex), que da pie a una confesión de amor/obsesión que sí que venía de lejos después de todo; y que se transforma en un apasionado momento en el sofá. Un momento interrumpido abruptamente por Saul, que organiza un operativo para detener a Dante.
Wellington presenta su dimisión
Hay una cosa que me ha hecho mucha gracia de este episodio, y es ver como la Presidenta Elizabeth huye de alguien que llevaba días intentando hablar con ella, y descubrir que no es otro que su vicepresidente (Beau Bridges). Es una figura que conocemos ahora, y que no despierta las simpatías de Kean, precisamente. Quiere saber sobre el asunto de Wellington y la declaración de Simone, pero ella intuye algo más y le asegura que no se sentará en la silla presidencial en breve.
Ni Elizabeth sabe qué pasa con David, al menos hasta que le llega una carta del mismo en el que presenta su renuncia. La Presidenta, sin embargo, parece más confundida por el tono declarativo de sus palabras, asegurando que su relación con Simone “no significó nada”. Que Wellington esté enamorado de su jefa es algo con lo que Keane puede vivir, pero no puede seguir sola, así que termina no aceptando su renuncia.
Última actualización: 16/05/2020