La serie Cómo defender a un asesino vuelve una semana más para avanzar un poco en las tramas que nos ocupan en su segunda temporada. Bueno, y las que trae de la primera. Rememora el capítulo anterior aquí. ¿Qué ha pasado en el episodio de ayer? ¡Alerta spoiler!
La noche de la mansión
La “noche de la mansión” es la nueva “noche de la hoguera”. Poco a poco, nos van avanzando qué ocurre y cómo actúan nuestros protagonistas. Esta vez, podemos observar como los servicios médicos han llegado al lugar y están trasladando a Annalise en una ambulancia al hospital más cercano. Con la ayudante del fiscal Sinclair no hay nada que hacer, así que no tienen tanta prisa.
Mientras Annalise se debate entre la vida y la muerte, Nate y el Team Murder viajan en un coche a toda velocidad, alejándose de la mansión. En un momento dado, Michaella baja del coche -siguiendo un plan- y se dirige a su apartamento, donde se encuentra Caleb, quien le pregunta como está ella (alguien, no sabemos quién). Michaella responde que bien. ¿Pero quién es ella? ¿QUIÉN?
Quiero que me mates
La serie nos devuelve a su particular “presente”, ya solo cuatro semanas antes de la noche de la mansión. Mientras Annalise intenta ahogarse relajarse bajo el agua en la bañera, recibe una llamada de Nia Lahey, la mujer enferma y hospitalizada de Nate. El encuentro entre ambas es tenso, y más cuando Nia asegura que ha pensado mucho en Annalise, en “cómo una mujer puede acostarse con alguien cuya esposa se está muriendo”.
Sin embargo, Nia ha requerido su presencia allí porque quiere pedirle un favor, un favor vital: quiera que la ayude a morir. Para Nia, aquello no es vida (ni para ella misma ni para Nate), así que le pide unas pastillas, algo a lo que Annalise parece reticente, pero Nia le argumenta que se lo debe. Por eso se tirarse a su marido y hacerle sospechoso de asesinato.
Con la inestimable ayuda de Frank, Annalise consigue las pastillas, sin embargo decide no continuar con el plan. Aunque después de que Nia asegurase que Annalise ya había matado antes, a Sam, yo le hubiese desconectado las máquinas, por mala.
El caso de la semana
El caso de la semana nos deja algunas sorpresas. Zoey Mitchell (Sammi Hanratty) es la defendida de Annalise, una buena chica cuyos padres han querido siempre lo mejor para ella, pero que un día le asestó a su mejor amiga 52 puñaladas en un bosque. La defensa del equipo viene a basarse en que es muy influenciable, echándoles la culpa a otras dos chicas.
Laurel, siempre haciendo algo magistral, decide robarle el móvil a Zoey y allí encuentran un vídeo de las chicas recreando entre risas la muerte de la otra joven. Y hablan de matar a más gente, como quien planea unas vacaciones. Está claro que la chica es culpable, del todo. Pero Annalise es su defensa y deciden borrar el vídeo.
Sin embargo, alguien del grupo decide que no pueden dejar suelta a Zoey, pues es un peligro público. Alguien que se da cuenta de que Annalise nunca pierde y que empieza a lidiar con ciertos conflictos morales que te deben de surgir a la hora de defender a asesinos que de verdad lo son. Y ese no es otro que Connor. ¡Sorpresa! Detrás de toda esa sassy-fachada de irreverencia y amor propio, resulta que se esconde un fondo de abnegada conciencia.
Frank recibe órdenes de borrar toda copia de ese video que exista, “incluida la nube, el peor invento de la historia”. Sin embargo, Connor les traiciona. Se deja llevar y el día siguiente resulta que la fiscal tiene una copia. Por supuesto, aquello complica las cosas: Zoey enloquece y se la llevan presa.
¿Es el primer caso que pierde Annalise? Por supuesto, Connor se lleva una buena bronca por parte de Annalise, la que le recuerda que seguro que quedan restos de sangre de Sam por todo su coche. ¿No se lo robaron? Y que si sigue libre es gracias a ella.
Y porque tienes tetas
Sí, sin duda, es la frase del capítulo. Annalise necesita saber si los creepy-hermanos que (supuestamente) mataron a sus padres están liados o no. Y para ello manda a Michaella a hablar con uno de ellos, Caleb, porque –a palabras de su profesora- es muy lista y tiene tetas. Caleb continúa asegurando que ambos hermanos son inocentes y que se quieren, y quieren estar juntos. Y Michaella le cree, al menos a él. Aunque asegura que no le gusta, que ella está con Levi.
Porque a la muchacha le entran dudas con la hermana, Catherine. Sin embargo, Cat asegura que es virgen, y se demuestra (prueba del pañuelo a la americana). ¿Pero qué demuestra esto? ¿Qué no han hecho nada? ¿Al menos por ahí? ¿Qué son inocentes por ello? No, yo creo que alguno tiene que ver, aunque sea solo uno. Y que a Michaella un poco Caleb sí que le gusta, aunque sea solo un poco.
La caída de Asher
Si la traición de Connor nos ha parecido muy fuerte, la de Asher parece que sigue su curso y puede desencadenar una catástrofe. A Bonnie le cuenta por teléfono que está enfermo, sin embargo, lo que está es junto a su padre, en la puerta del despacho de Sinclair. Mal asunto.
Pero Bonnie es muy lista, y sabe que allí está pasando algo. Va en su busca y le pregunta directamente. Asher confiesa que sabe qué paso con Sam (no muy bien), parece que va a testificar contra Annalise, y es entonces cuando ella le suelta que fue ella la que le mató (lo cual es mentira, recordemos). ¿Qué hará ahora Asher? ¿Continuará o se retractará? ¿Qué le ha contado a Sinclair? ¿Dónde entra en todo esto Tiffany, aquella rubia de los selfies?
La verdad de Wes
Que Michaella diga que está con Levi no le gusta nada a Wes: Levi le prometió que dejaría en paz a Michaella. Wes está jugando entre dos aguas, por un lado con Levi investigando por su cuenta, y por otro con Nate, sacándole información. Nate, por lo pronto, le cuenta que la noche que Rebecca desapareció Frank llamó a un tal Bruno, compañero del colegio, de profesión enterrador. Y la cosa se pone muy, muy interesante a partir de ahora.
Mucho más cuando Annalise pilla, a lo lejos, a Wes hablando con Nate, al final del episodio.
Última actualización: 16/10/2015