How to get away with murder lleva ya 12 episodios en los que no ha dejado de sorprenderme. Y debe de ser difícil complicar tanto la trama principal de la serie para hacerla todavía más interesante. Terminamos el capítulo anterior con la noticia del hallazgo del cuerpo –a trozos- de Sam Keating. Pues atentos, porque vienen curvas. ¡Alerta spoiler!
Deténganla
La noticia del paradero de su marido (de lo que queda de él) encuentra a Annalise en casa, junto a su cuñada. La policía se persona allí y les da una noticia que les pilla, ciertamente, muy por desigual. Mientras la abogada parece aguantar el tipo (claro, qué fácil sabiéndolo ya), la hermana de Sam rompe en llanto. Eso sí, tremendamente disgustada, Hannah empieza a acusar a Annalise del asesinato y trata de que sea arrestada. Menuda familia política, hijos.
¿Y el Keating 5? Pues más nerviosos que un perro en una barca, claro. Se reúnen, como siempre, en el apartamento de Wes (que es el más cutre de todos, misterios de la vida). Supongo que, aunque todos piensan por un segundo que les van a pillar, es Connor el que siempre da el toque de humor y drama diciendo que está seguro de que, al final, Annalise va a hablar lo más grande y van a terminar en la cárcel.
Es más, Connor parece razonar bajo presión a un ritmo incontrolable. “Nadie encuentra por casualidad un cuerpo a trozos en un vertedero. No sin que nadie te diga dónde buscar”. El grupo no está de acuerdo, aunque yo sí que me pregunto cómo, casualmente, un desaparecido presunto asesino aparece estando calcinado tan deprisa. Como pollos sin cabeza, tratan de tranquilizarse, hasta que aparece Laurel: ha hablado con Frank y, a partir de ahora, todo lo que hagan será mirado con lupa por la policía.
Quinta Enmienda
¿Eso implica que están solos? Bueno, Annalise tiene en casa a Hannah que trata de hacer todo lo posible para demostrar que la abogada tiene algo que ver en el asunto. Los movimientos que hace durante el capítulo son poco entendibles, sobre todo al final. Por ahora, lo primero que hace al “enterarse” de que su marido está muerto, es llamar a su amante/policía Nate y le ordena que no hable con nadie. La mujer tiene encima a la detective Claire Bryce (April Parker-Jones), que la quiere interrogar pero como no está acusada de nada, Annalise se niega.
De hecho de eso trata la clase que se dispone a dar ese mismo día. Les pregunta a sus alumnos si saben qué es la Quinta Enmienda, es decir, el derecho a cerrar la boca y no decir ni pio a la policía hasta que no sea preciso. Puede ser, en un mensaje muy poco sutil para el Keating 5 allí presente, la diferencia entre la culpabilidad y la inocencia.
Esta semana también hay caso, claro, aunque siempre pasa a un segundo plano. En esta ocasión, Annalise convence a un mafioso cliente suyo llamado Leo Lombardo para ser su abogada. 15 años de defensa y ahora, con la sombra del asesinato de su marido, un mafioso cree que les puede dejar tirados. La situación es hasta cómica. Leo confía en ella, una vez más, y Keating coge el caso con fuerza, seguramente para aparentar normalidad. Un cargamento de droga de Lombardo ha sido incautado en el puerto, y ella tiene que defenderle. No será fácil, claro.
¡Sorpresa!
Todo el grupo empieza a trabajar en el caso, menos Connor que sigue en shock inculpatorio y Wes, que trata de averiguar más cosas sobre el anterior inquilino de su apartamento, el que destrozó la habitación, Rudy. ¡Sorpresa! A Rudy se lo llevó la policía porque, ¡sorpresa!, tu novia les llamó. Y di tú que Rebecca le había comentado algo en esos meses que llevamos ya de serie. Ella no le dio más importancia, pero yo sí que se la doy, porque Wes delante de ella se amansa cual corderito y yo aquí veo un lio muy raro que ya veréis, ya. Como el tal Rudy ese fuese quien mató a Lila o algo así, exploto.
Alguien con un protagonismo especial en este episodio es Bonnie. Evil Bonnie. Yo sé que tiene algo oculto y en este capítulo demuestra varias cosas. Por ahora la vemos llorar. No hay que olvidar que –supuestamente- no sabía que Sam estaba muerto y claro, le pilla por sorpresa porque además poco antes de morir se besaron. La mujer es gafe, pobre Asher a ver si va a ser el siguiente. Pero Bonnie no es tonta, no. Y se da cuenta de que su compañero Frank parece muy tranquilo trabajando codo con codo con Annalise, una sospechosa de asesinato. Así que le da por investigar por su cuenta, ¿por qué no? Además, que del ambiente raruno del Keating 5 se daría cuenta cualquiera.
La policía irrumpe en la casa-despacho de Annalise y lo pone todo patas arriba, con un fondo musical propio de CSI, pasan luces ultravioleta, mueven cada mueble y tratan de encontrar algo que demuestre que allí (efectivamente) murió alguien. No encuentran nada, salvo los platillos del trofeo (el arma del crimen), que no puede indicar otra cosa que simplemente se cayeron –cuando Wes se lo estampó a Sam en la nuca, por ejemplo-. Pero algo tan ínfimo es lo que hace que Bonnie habrá los ojos, y vea la luz.
Dímelo a la cara
Bonnie sabe dos cosas: A, a Sam le mataron cuando le golpearon con algo y B, en sus restos mortales había fibras de una alfombra (supongo que chamuscadas, claro). Y entonces, en un ejercicio de regresión mental, se da cuenta de que la noche que Sam desapareció, cuando llegó a la casa, la alfombra que allí pisa no estaba. Allí pasó algo, Frank lo sabe y Annalise también.
Una de las mejores escenas del capítulo viene ahora. Connor sigue pensando que llegará el momento en el que su profesora les traicione y, sencillamente, Annalise le escucha expresando sus opiniones; así que le manda a su despacho para una conversación. Siempre han sido con Wes, pero con Connor Annalise parece más sincera. “Lo que tengas que decirme, dímelo a la cara”. Connor no se calla. No sabe si confiar en ella, no puede. Les dijo que les protegería, lo ha dicho una y otra vez, y ahora les sigue la policía los talones.
La respuesta de Annalise también es clara: confiar en ella es su única opción. Le cuenta que fue el primero que tuvo el trofeo porque se ve reflejada en él, los dos se preocupan por todo, lo que es agotador. Y por eso sabe que no puede confiar en ella del todo, porque no es algo propio de su naturaleza, de la de ambos. Pero su única opción de get away with todo el lío es ella. Connor es mi Keating favorito por eso mismo, porque está siempre al borde del colapso mental y yo auguro que sería el primero en traicionarles a todos. Y porque es un poco sassy, también.
¿Crees que seguiría vivo?
Me ha gustado mucho otra conversación del episodio. Annalise descubre que la policía sabía, en lo del caso de la mafia, que en ese contenedor iba droga y lo esperaron, dirigiéndose a él directamente a abrirlo. Así que la abogada le comenta a su defendido que seguro que tienen un topo que avisó a la policía.
- ¿Sabes quién puede ser? – dice uno de la banda de Leo.
- No, ¿pero crees que seguiría vivo? – contesta el mafioso.
- Por favor, no habléis de esas cosas en mi presencia. – afirma Annalise.
15 años de abogada de un mafioso y claro, te pilla semejante frase por en medio… Al final, Annalise consigue por medio de un declarante sorpresa que sean retirados los cargos de Lombardo. Supongo porque parece que la droga la metiesen dentro los policías. La verdad es que ya sabéis que el caso da igual, lo importante siempre viene ahora.
No vas a librarte de esto
A Bonnie se le ha quedado una cara pues imaginaos, como a nosotros, y más cuando descubre, el Señor sabe cómo, que fueron los Keating 5 quienes mataron a Sam. Tampoco sabe los detalles pero le dan igual: va a hablar directa con Annalise, con el trofeo en la mano. Lo que le dice es, no sé ni cómo es. “No vas a librarte de esto Annalise. No si sigues negándote a colaborar con la policía. Hannah es muy inteligente y quería demasiado a Sam como para dejarlo estar. Sé que quieres protegerles, pero alguno va a escabullirse y hablar. Tú no lo hiciste, fueron ellos. No dejes que te arruinen la vida.”
Yo ya sabía que Bonnie la iba a liar por algún lado, y mira por dónde ha conseguido dar con la clave ella sola mientras la policía nada de nada. Pero eso deja en un aprieto a Annalise. ¿Bonnie quería a Sam? Ciertamente se besaron. ¿Hay algo de amenaza en sus palabras? ¿Está dejando margen a Annalise para que escurra el bulto antes de hablar ella con la policía? La abogada marca un número y llama a una persona, solo le dice que le necesita ahora mismo. ¿Keating tiene un plan?
En el cuerpo de Sam, en los trozos del cuerpo de Sam, no solo había alfombra sino también “restos de bosque”. Que no sé yo muy bien cómo puedes intuir que es un bosque pero bueno, la policía termina encontrando el lugar en el que quemaron a Sam y van a decírselo a Annalise. En ese momento, la abogada parece cambiar de idea y acepta someterse a un interrogatorio por parte de la detective Bryce. Ella cuenta, otra vez, lo que ya dijo en un principio: la pelea, el encuentro con Nate, la llamada a Bonnie. En ese momento, la policía le enseña una foto de algo que encontró en el lugar.
Un anillo para inculparlos a todos
En el apartamento de Wes, donde parece que viven todos juntos se ve, Rebecca tiene malas noticias. La joven tiene un amigo policía que le ha chivado que han encontrado algo en el bosque, y es un anillo. ¡AJÁ! Y seguro que muchos exclamáis un “lo sabía” mientras la cara de Michaela se convierte en El grito de Munch. Pero no tan deprisa. Porque el anillo no es el de Michaela (que sigue perdido, por cierto), ¡se trata del anillo de Sam! ¿Y cómo llegó allí?
¡Pues porque Frank lo puso allí! ¡Porque se lo dio la propia Annalise! Y os preguntaréis, ¿para qué? Resulta que el anillo tiene una huella –a saber en un anillo cómo pueden encontrar una huella- y resulta ser de Nate. ¡De Nate! Porque Frank entró en su apartamento, con métodos de policía científica copió la huella de Nate que había en un vaso y la plantó en el anillo.
Pero qué locura todo. ¿Llamó Annalise a Frank para que encerrasen a Nate culpable de asesinato? Eso es lo que aparenta a todas luces, pero ¿y si a quién llamó Annalise fue al propio Nate, para ganar tiempo? Aunque eso supusiese en su arresto y posterior descrédito profesional de por vida. El Keating 5 parece aliviado: su profesora ha cumplido, les ha protegido, aunque para ello tuviese que culpar a su amante del asesinato de su marido.
Annalise termina destrozada. Parece que ciertas decisiones son demasiado difíciles de tomar. Decide volver a coger el teléfono para pedir ayuda, aunque esta vez esperemos que no termine nadie arrestado, a quien llama es a su madre.
Opinión
Este capítulo de Cómo defender a un asesino ha sido, como todos, sorprendente. Y, como todos, me plantea muchas más dudas de las que puede resolver. ¿Qué tiene Rebecca que ver con ese tal Rudy? ¿Qué va a hacer Bonnie? ¿Cómo reaccionará ante los nuevos sucesos Hannah? ¿Se unirán contra Annalise?
¿Será Asher el único pringado que no sepa todavía quién mató a Sam? Y Annalise, ¿cómo manda encerrar a Nate si es su coartada? A todo esto, seguimos sin saber quién mató a Lila a ciencia cierta, que no se nos olvide. Y el anillo de Michaela que todavía sigue por ahí, y la visita a aquella tienda que hicieron el día de los hechos. Y la parejita que había en el bosque que casi les descubre con el muerto a cuestas. Hay tanto por descubrir.
Puntuación: 9
Y en el próximo episodio:
Última actualización: 13/02/2015