Esta temporada de Cómo defender a un asesino está cada vez más y más interesante. En el capítulo de esta semana descubrimos a una nueva persona que no va a terminarla muerta, y mientras nuestra quiniela va disminuyendo también aumentan las expectativas por saber quién es. El recap del capítulo 5 está disponible aquí. ¡Alerta spoiler!
Is Somebody Really Dead?
Pero antes de ponernos manos a la obra con el episodio de esta semana vamos a ver qué fue lo más importante que supimos en el episodio anterior, el número 6:
– Primero el flash-forward: Asher no es el muerto del incendio. Una muy preocupada Michaela le encuentra en una fiesta bailando raro encima de una mesa.
– Bonnie es muy lista. Y de su encuentro con Frank no solo se llevó un importante achuchón en el suelo, sino que también grabó a su excompañero confesando que fue él quien mató al padre de Wes.
– El principal sospechoso de aquello, sin embargo, sigue siendo el propio Wes, que está en el punto de mira de la policía. Así que Annalise ordena a ambos que se queden en casa. Wes desaparece por un momento y justo ahí echan por la televisión que ya hay detenido oficial por el asesinato: el hijo. Pero no Wes, el otro, el reconocido, al que le han encontrado el arma homicida (Frank se encargó de esto).
– Asher y Michaela se sinceran del todo y #Masher ya es oficial. Wes decide dejar a Maggie, porque está harto de mentirle pero en realidad no es por eso. Minutos después se lía lo más grande con Laurel. #Waurel, sin embargo, empiezan a escondidas. Y Wes decide destruir la grabadora de Bonnie, así que ya no existe confesión de Frank.
– El encuentro de los #Waurel me hace preguntarme si el bebé que espera ella es de Frank al final del todo.
– Y Oliver tiene una primera cita con un tal Tom, por cierto. Esto es todo por aquí.
Y ahora sí que sí. Al lío.
Lo de la sábana
A ya solo pocas semanas vista del presente, una fuente anónima avisa a la policía de que el incendio dichoso lo ha provocado la propia Annalise, de ahí que la detengan con cargos de asesinato. Recordamos que a ella la detienen poco después de ver quién es el muerto debajo de la sábana. Parece que ella es la única que sabe quién es. Laurel, al menos, se despierta en el hospital y le apunta a Maggie en un papel el nombre de Wes.
¿Significa esto que estaba con ella en la casa cuando el incendio? ¿Que tienen que avisarle de algo? Sea como sea, Wes no es el muerto. Le vemos en comisaría a punto de firmar un documento que parece que le otorga inmunidad, mientras asegura que necesita algunos cambios si quieren que hable contra una mujer. ¿Annalise? Y si necesita inmunidad, ¿va a largarlo todo todo? Algo no cuadra.
A todo esto, la lista se acorta. Del Keating 5 ya solo queda desaparecido del mapa Connor, aunque todavía desconocemos el paradero esa noche de Frank o Nate, otros que pueden estar debajo de esa sábana. ¿En quién pensáis vosotros?
El caso de la semana
El caso de la semana es el que sigue: una mujer asegura que sus hijos le han intentado matar con anticongelante. Annalise y su equipo defienden a los hijos, que da la casualidad que bromeaban continuamente con matarla, pues no es precisamente la madre modelo: se metía con ellos, les humillaba contantemente, etc.
La profesora pone de recompensa un sobresaliente en su asignatura para el alumno que arroje algo de luz en el caso y, aunque es Asher el primero en intentarlo, el premio se lo lleva Laurel. ¿Por qué Laurel? Porque de todo el grupo parece ser la más capaz de empezar torpemente a propósito para que la señora se confíe y después conseguir que confiese sutilmente que se auto-envenenó para asustar a sus hijos.
Frank is back
Al final Wes se tiene que enfrentar a las sospechas de la policía sobre el asesinato de su padre. Ellos no saben que es su padre, así que tampoco hay mucho más problema allí. Sigue manteniendo que fue a preguntarle por una dirección, aleatoriamente a él, y cuando le enseñan una foto del sospechoso principal (su hermanastro Charles), él asegura que le vió allí también en la calle.
Su abogado, recomendado por Annalise, le dice antes que se calle, pero no hace caso. Y siempre hay que hacer caso, porque Charles NO estuvo allí y ahora Wes queda un poco muy mal. Jugada muy tonta de Wes, no caer en que el hijo reconocido podía tener coartada. Menos mal que Annalise le cuenta que lo único que tiene que hacer ahora es decir que la persona que vio se parecía a él. Y no tendría que pasar nada. Se supone.
Claro que Wes ahora tiene otras cosas en las que pensar, como pasarse todo el día en la cama con Laurel. Momento de tensión máxima cuando en el piso de Laurel les vemos entrando en faena y cambia la cámara y está Frank, todo muy serio, plantado en el salón. Frank está en la ciudad, algo que ya empieza a preocuparnos.
Por ahora la primera en enterarse es Bonnie, pues él se pasa de visita. El juego de Frank es confuso: todo lo que ha hecho es para proteger al grupo (a Bonnie de los recuerdos de su padre, ahora a Wes de lo del suyo, aunque fue él el culpable en primer lugar). Sin embargo a Bonnie no le sentó nada bien que la dejase tirada en aquel motel, está muy enfadada y no parece que le vaya a perdonar nunca.
Con Bonnie ya totalmente del bando Annalise, a Frank ya solo le queda Laurel, en cierto modo. Algo me dice que Laurel todavía siente por él, y lo de Wes es solo una tirita en la herida. Tal vez por eso su encuentro al final del capítulo es tan interesante, más por la cara de ella que la de él, a punto de quedarse solo del todo.
Reconciliaciones
Por último, creo que es de mención dos grandes reconciliaciones que han tenido lugar esta semana. La primera entre Annalise y su jefa, la presidenta Hargrove. Ser compañeras de charla en Alcohólicos Anónimos hace ver a Keating que su superiora tiene también sus propios problemas: tras un incidente por pararse con el agua con misterio, solo puede ver a sus hijos dos veces por semana, aunque da igual porque la odian. Annalise entierra el hacha de guerra y le pasa el número de la mejor abogada en temas familiares que conoce.
El segundo caso importante es el de #Coliver. A punto de acostarse con el tal Tom, Oliver le cuenta lo del VIH, lo que echa totalmente para atrás al otro. Afectado, Oliver termina bebido tocando a la puerta de Connor, que reprocha la actitud de Tom y le asegura a su ex que siempre podrá contar con él. Oliver, que sí que es verdad que actúa un poco egoísta, termina dejándose llevar. Y así pasan directos a la cama de Michaela, que cuando aparece se creían que no pero se da cuenta de su reconciliación.
Última actualización: 04/11/2016