Posesión Infernal, de Sam Raimi (1981)
Cinco amigos, una cabaña en el bosque y un libro maldito. Ahora que empieza a presentarse el remake, que algunos tachan de serio y de no tener toques de humor, me gustaría aclarar que Evil Dead no era una comedia, y eso ya lo advertía Stephen King en la frase promocional de la misma. Que nos provocase risa nerviosa siendo niños, sobre todo al soltar tensión y adrenalina cada diez minutos, no hace de Posesión Infernal una comedia. Para nada. Sería la continuación-autoremake, Terroríficamente muertos, la que tiraba de algo más de cachondeo y autoreferencias disparatadas. Bailarinas espantosas y violaciones forestales quedarán en el recuerdo de varias generaciones. Bendito vhs.
Un Raimi veinteañero y con amistades tan ilustres como los Coen, movían la cámara de un lado a otro del bosque maldito creando, además de un clásico que contaría con dos secuelas y un remake punto de caramelo, otro icono popular: Ash / Bruce Campbell.
Y un musical.
Última actualización: 09/12/2018