Título: El invitado (Safe House)
Año: 2012
País: EEUU
Duración: 115 min.
DIRECTOR: Daniel Espinosa
GUIONISTA: David Guggenheim
REPARTO: Brendan Gleeson, Denzel Washington, Joel Kinnaman, Liam Cunningham, Robert Patrick, Ryan Reynolds, Sam Shepard, Vera Farmiga
Tu valoración
Matt Weston es un joven oficial de la CIA encargado de la aburrida tarea de vigilar un piso franco en la exótica Sudáfrica. Pero todo cambia cuando un grupo de agentes lleva allí a un prisionero muy especial: Tobin Frost, el traidor más astuto y peligroso al que se ha enfrentado la Agencia. Pero cuando un misterioso enemigo común ataca el piso franco por sorpresa, Weston y Frost se verán obligados a escapar… y aliarse para sobrevivir.
Paco - domingo, 10 de junio de 2012
Dani (El Crítico) - lunes, 11 de junio de 2012
Aburrida con ganas y sin interés alguno. La “historia”, si es que se la puede llamar así, no es más que una mera excusa para mostrar muchas persecuciones y escenas de acción pretendidamente trepidantes, que bién podrían estar filmadas por un Tony Scott resacoso. De estilo videoclipero-mareante (regla nº1 del director “modenno”: la camara no debe estar quieta NI UN SOLO SEGUNDO), parece más un anuncio de dos horas que una película, y tiene más o menos el mismo contenido.
Los personajes, estereotipos puros y duros, no ayudan a meterte en la trama; lo sabes TODO sobre ellos desde el momento en que los conoces, incluido el como van a actuar en cualquier tipo de situación, con lo cual es factor sorpresa se pierde por completo. Ryan Reinolds, que tan bién lo hizo en Buried, se hace un flaco favor aceptando papeles como este, mientras que Denzel Washington repite el mismo papel que ya hizo en Día de entrenamiento y en otras cuantas. El plantel de buenos secundarios está aún más desaprovechado si cabe.
En fin, dos horas de mi vida desperdiciadas.
Thriller de espionaje bastante entretenido, cumple muy bien su función, con unas actuaciones correctas, Denzel bien como siempre, pero quizas a visto.
En general la peli funciona, pero no sorprende, casi todas las situaciones que parecen que van a ocurrir, terminan ocurriendo, por lo cual las sorpresas son más bien pocas.
Para una tarde de domingo tranquila.