Un duro y frío retrato sobre el amor, sobre los deseos y sentimientos de cuatro níveas mujeres que sirven de sinónimo de la opresión sufrida en Polonia durante el comunismo. Cuatro personajes extraordinarios, escritos en clave femenina y feminista.
El dolor de la irracional pasión
El cine polaco tiene una fibra social con una esencia muy propia, como se pudo ver en los filmes de Andrzej Wajda o Krzysztof Kieslowski. Precisamente al realizador de ‘Tres colores’ parece haberle salido un pupilo, puesto que Tomasz Wasilewski parece haberse inspirado su ‘Decálogo’ para su tercer filme, ‘Estados Unidos del Amor’, ganador del premio al mejor guion en el 66º Festival de Berlín.
Año 1990, el Telón de Acero acaba de caer y Polonia empieza a abrirse al capitalismo. Cuatro mujeres viven en un edificio de un barrio a las afueras de una ciudad obrera. La nueva situación social, política y económica ha provocado que su vida cambie drásticamente, provocando que muchos fantasmas guardados en el desván empiece a salir a la luz. Las cuatro son Agata, casada con un hombre al que hace tiempo que dejó de amar y que se siente atraída sexualmente con el joven sacerdote de la parroquia, tanto que empieza a tener sueños lascivos con el religioso; Iza, directora de un colegio de primaria que tiene una aventura con un viudo que es padre de una de sus alumnas; Renata, profesora de mediana edad que trabaja en el colegio que dirige Iza y que se siente atraída por su vecina, Marzena, hermana pequeña de Iza y que lleva seis años esperando a reencontrarse con su marido, que vive en la Alemania Occidental. Son cuatro mujeres, cuatro destinos, cuatro formas diferentes de amar.
Aséptico y frío retrato del deshielo del telón de acero
Sin duda, es muy curioso el título que Wasilewski, que también firma el guion. No obstante, realmente no da pie a confusión, puesto que se trata de una interesante reflexión sobre lo que significa el amor tanto para el otro como para uno mismo. No es casualidad que se haga ese símil entre el nombre del país norteamericano, puesto que el cineasta hace un níveo retrato del inicio del capitalismo tras el telón de acero. Las cuatro mujeres son ejemplos ideales de la ruptura con el anterior sistema.
Y ahí reside su principal interés, en que Wasilewski no hace un cine “de mujeres” sino que dichos personajes femeninos sirven como el propio reflejo de la sociedad polaca, en la que se ha vivido una fuerte represión de deseos, voluntades, devenires y anhelos. De hecho, las cuatro mujeres, extraordinariamente interpretadas por Julia Kijowska, Magdalena Cielecka, Dorota Kolak y Marta Nieradkiewicz, se dan cuenta de su propia insatisfacción justo al llegar el capitalismo al país, como de si hubiesen tenido una venda en los ojos hasta ese momento.
Cuatro mujeres, sus amores, sus obsesiones…
Esa insatisfacción, esos deseos reprimidos es la particular oda al amor que Wasilewski retrata. Amores imposibles, amargos, obsesivos, en la distancia, amores al fin y al cabo. Todo retratado con una fotografía lívida, tonos apagados que recuerdan a esos duros años de yugo socialista. De hecho, esa forma de tener en mente el amor recuerda a ‘Tres colores: Blanco’, de Kieslowski, en la que el aclamado cineasta hablaba de su particular forma de entender la igualdad.
‘Estados Unidos del Amor’ no sólo es un ejemplo de la buena salud de la que goza el cine polaco, películas como ‘Ida’ o ‘Cuerpo’ ya lo demostraron, sino también que muestra cómo aún existe el interés por ese cine de la semidesconocida Europa del Este que sabe retratar con invernal frialdad unas sociedades en las que el comunismo ha creado un sistema corrupto. Wasileswki se muestra como heredero de directores como el rumano Cristian Mungiu y su ‘Estados Unidos del Amor’ es un poderoso testimonio de una época que aún sigue latente en buena parte de la sociedad. Magnífico retrato social, filmado en clave femenina y también feminista.