Hirokazu Kore-eda acierta en su cambio de registro con un profundo y reflexivo drama judicial en el que nada parece lo que es y en el que la búsqueda de la verdad se tornará como un anhelo imposible de cumplir. Una nueva maravilla tras ‘Nuestra hermana pequeña‘ y ‘Después de la tormenta‘.
Los diferentes rostros de la verdad
El escritor francés François de La Rochefoucauld dijo: “La verdad no hace tanto bien en el mundo como el daño que hacen sus apariencias”. No hay duda de que Hirokazu Kore-eda se ha erigido como uno de los cineastas más prominentes del cine japonés actual. Heredero del costumbrismo del cine de Yasujiro Ozu y Mikio Naruse, el realizador cambia de registro con ‘El tercer asesinato’, que pudo verse en la Selección Oficial del 74º Festival de Venecia.
Tomaki Shigemori es abogado e hijo de un prestigioso juez. El letrado se enfrentará a un caso que parece bastante evidente. Shigemori deberá defender a Takashi Misumi, un hombre que ha confesado ser el culpable de haber asesinado a su jefe en un descampado y, después, de haber prendido fuego a su cuerpo. Misumi acababa de salir de prisión, ha estado 30 años preso por otro asesinato. Al reincidir, Misumi se enfrenta ya no a la cadena perpetua, sino a la pena de muerte. Shigemori hará todo lo posible para lograr que su cliente no acabe en el corredor de la muere. Conforme se van investigando los hechos, las declaraciones del presunto culpable se vuelven cada vez más contradictorias, provocando que el abogado empiece a obsesionarse con descubrir la verdad.
Las incómodas realidades de la sociedad japonesa
Con ‘El tercer asesinato’, Kore-eda da un cambio de registro, aparentemente, radical a sus últimas películas, las aplaudidas ‘De tal padre, tal hijo’, ‘Nuestra hermana pequeña’ y ‘Después de la tormenta’. Sin embargo, en el fondo, el cineasta vuelve a hacer un profundo análisis de las relaciones familiares aunque llevándolo al complicado y enrevesado mundo judicial. Kore-eda coge los cánones propios del drama judicial de Hollywood para crear un filme en el que la hipocresía de la sociedad japonesa sale a relucir. Porque, en el fondo, el largometraje es un ensayo sobre el significado de la verdad y si se desea realmente conocerla.
Kore-eda, muy dado a tener de referencia a los ya citados Ozu y Naruse, esta vez toma su inspiración en ‘Rashômon’, la obra maestra de Akira Kurosawa, al mostrar diferentes versiones de la posible verdad: El asesinato del señor Yamanaka. El culpable confeso cambia tantas veces su declaración que, finalmente, el público entrará en una hipnótica atmósfera de medias verdades, intrigas, sentimientos de culpa y anhelos de justicia. Con la niebla de la isla de Hokkaido como escenario, la intriga criminal se aleja de cualquier efecto propio del thriller para acercarse al drama nórdico.
Un magnífico cambio de registro del maestro Kore-eda
Ese ritmo pausado no hace al filme muy accesible, precisamente, pero conviene guardar cierta paciencia, sobre todo al llegar a la resolución del caso, en el que el espectador más avezado sacará sus propias conclusiones, que van en sintonía con la reflexión sobre la verdad de Kore-eda. En esa búsqueda de la sinceridad, se puede ver el magnífico duelo interpretativo entre Masaharu Fukuyama, el abogado defensor, y Kôji Yakusho, el culpable confeso. El abogado, que inicialmente sólo quiere resolver el caso cuanto antes, irá obsesionando con saber lo que realmente sucedió, más de allá de encontrar culpables. Es ahí cuando se pone de manifiesto que, quitando a Shigemori, nadie quiere saber realmente lo que sucedió. “Todos mienten”, llega a decir Sakie, la hija de la víctima, poniendo en evidencia que la sociedad japonesa es muy dada a guardar la suciedad debajo de la alfombra.
En clave de drama judicial, ‘El tercer asesinato’ es un níveo ensayo sobre el valor real de la verdad y la culpa, con una fuerte crítica social de por medio y un calculado retrato de las relaciones familiares. Quizás, el filme más complejo de Kore-eda hasta el momento, alejado de cualquier vena costumbrista. Sin duda, un cambio de registro acertado que se convierte en uno de los filmes más redondos de este 2017.