Jordan Peele se consolida como uno de los directores más relevantes de Hollywood con su segunda película, Nosotros, que repite muchas de las virtudes de Déjame salir, como son el compromiso con la representación de los afroamericanos, el riesgo y la transgresión al mezclar elementos de comedia y evitar las estructuras más manidas del cine de terror. No obstante, agujeros en el guión y un desafortunado giro final malogran en parte los resultados.
NOSOTROS de Jordan Peele
La segunda película de un director, después de una opera prima de éxito, es un momento muy delicado en el que el autor se está jugando consagrarse o quedarse como promesa incumplida, arriesgándose a la decepción tanto si su nuevo trabajo se parece mucho al anterior como si se aleja demasiado de este. Déjame salir (Get Out) es una de las películas más sobresalientes de la producción de Hollywood de los últimos años; triunfó al lograr un equilibrio muy complicado y casi inédito entre la comedia y el terror, así como el aplauso tanto de los amantes de este último género como de quienes no lo son. Era casi imposible que Nosotros, la nueva propuesta de Jordan Peele, estuviera a la misma altura, y efectivamente no lo está, lo cual no quiere decir que no merezca la pena y que no tenga muchos elementos de interés.
Madre coraje afroamericana
El punto fuerte más obvio es el compromiso activista de Peele con la representación de las personas negras en el cine comercial, que se mantiene firme pese a la fama y el éxito alcanzados; aquí el conflicto racial no está en primer plano como en Déjame salir, pero resulta evidente que la familia blanca está haciendo el papel secundario y más bien intrascendente que sirve para el lucimiento y para reforzar el conflicto de la familia negra estrella de la historia, exactamente al contrario de lo que suele ocurrir en el cine de Hollywood. Tomando además consciencia de la doble discriminación que suelen sufrir las actrices negras, en Nosotros, que en inglés significa también Nosotras, un matiz que va cogiendo relevancia hacia el final de la película, los roles de género tradicionales están igual de invertidos que los raciales. La madre, una excelente Lupita Nyong’o, es la heroina de la historia, aunque hay que reconocer que su liderazgo a veces se explicita con guiños al movimiento feminista que rozan el oportunismo.
Una apuesta arriesgada y valiente, lograda solo en parte
Pero, al margen de subtextos sociopolíticos, en lo estrictamente narrativo la película es igualmente transgresora al introducir momentos de humor en las escenas más tensas, algo chocante y polémico para parte del público, consiguiendo no romper con ellos el ritmo de una historia claramente de terror, aunque evite la truculencia. Probablemente no tarde en surgirle algún imitador, pero esta habilidad identifica también al director como uno de los más personales y a tener en cuenta en el panorama hollywoodiense actual. A ello se suma un excelente empleo de la música, y sobre todoel desafío a la estructura tradicional de la película de género; aunque lo pueda parecer al principio, no vamos a asistir al tradicional crescendo de sucesos extraños y de entes malignos que se van acercando y acorralando a los protagonistas hasta su materialización en el clímax final, ni tampoco a una muestra más del subgénero de la home invasion, el secuestro de los personajes en su propio hogar, sino que la propuesta es mucho más arriesgada.
No obstante, no todo es positivo en Nosotros y el resultado de ese riesgo asumido al romper las convenciones de las historias de terror no es totalmente satisfactorio; las deficiencias del guión se hacen muy patentes en el desenlace, en el que la antagonista explica verbalmente y de manera muy forzada la razón de ser de la historia, algo que debería haberse ido deduciendo durante todo el metraje. A eso se añade un giro final tan atrevido como tremendamente fallido, puesto que no lleva a una reinterpretación del relato sino a destapar nuevas y grandes lagunas e incoherencias en este. El sexto sentido ha hecho mucho daño.
Tráiler de Nosotros (Us) en Español
