La cuarta entrega de Mindhunter, la nueva serie de Netflix, nos deja un susto importante y significativos avances para nuestro grupo de protagonistas. El recap del episodio tercero aquí. ¡Alerta spoiler!
Holden y Bill con Monte Rissel
El asesino de este capítulo que llama nuestra atención no es Ed Kemper, que no sale pero siempre va a quedar ahí como referencia. Esta vez Holden y Bill tratan con Monte Rissel (Sam Strike), violador y asesino de algunas mujeres que se muestra receloso –al principio- de charlar con ellos. Monte no parece que tenga un método claro: a unas mujeres las apuñaló, a otras las mató a golpes. Pero para eso están ahí nuestros protagonistas, para averiguar qué hay detrás de eso.
Aunque al principio Monte no resulta muy comunicativo, pronto se suelta cuando le llevan unas latas de bebida que allí dentro no tiene. Como pasase con Kemper, y también con Dwight el episodio anterior, la madre de Rissel resulta protagonista en su historia.
También tenemos un nuevo trozo de nuestro hombre misterioso de ADT. El señor con bigote se encuentra inspeccionando una casa por dentro, buscando puntos flacos, y aparece en la cocina con el presupuesto tan silencioso que asusta a la mujer que vive allí. Esta trama creo que podría ir un poco más rápido: ya sabemos que es un poco creepy, ahora tambien silencioso. Qué más.
Altoona
En esta ocasión Ford y Tench también se enfrentan a un caso en vivo, con otra chica muerta. Se trata de la joven niñera Beberly, cuyo cuerpo aparece en un vertedero en Altoona (Pennsylvania). El cadaver, que sufre amputaciones, fue dejado allí días después del asesinato, junto a una tabla de plancha con algunos mechones de su pelo. El agente que pide la ayuda de Bill y Holden, el detective Ocasek (Alex Morf), no termina de creerse que eso haya pasado en su pueblo, y piensa que el asesino debe de ser un forastero.
La verdad es que la policía del lugar no está muy entrenada en estas cosas: dejaron que el prometido de la victima se fuese a casa de su familia a recuperarse del trauma, y el señor que encontró el cuerpo ni siquiera fue considerado sospechoso porque, como apunta Ocasek, ¿quién iba a descubrirse a sí mismo? Bueno, aquí hemos visto tantas series que está claro que el propio asesino.
No en esta ocasión, al menos por ahora. El señor que encontró el cuerpo, Alvin Moran (Hamilton Clancy), dice que fue por casualidad paseando al perro, pero no lo dijo en seguida por no ser considerado sospechoso: tiene algunos antecedentes por ahí, y conocía a la víctima. De hecho, sentía cierta fijación por Beberly, hasta el punto de ser rechazado por ella en varias ocasiones.
Nuestro radar de sospechosos, sin embargo, se apaga en seguida. No solo parece demasiado evidente con todo lo que nos cuenta Alvin, sino que ya sería la segunda vez en cuatro capítulos que los agentes atrapan al culpable a la primera (y estas cosas no son tan fáciles nunca). Además, la esposa de Alvin, Ruth (Amelia Campbell), asegura que estuvo con él toda la noche en la que sucedieron los hechos. Así, el crimen queda todavía por resolver.
Psico-criminal
Pero una de las cosas más interesantes que pasan en este capítulo es que empezamos a conocer un poco más a Bill Tench, aunque sea después de un pequeño susto: después de un accidente de tráfico en el que no ve un coche venir, el miedo totalmente racional a perderlo todo se cuela en su cabeza, y lo deja salir con su compañero Ford, que –afortunadamente- también resulta ileso del golpe.
Bill está casado con Nancy (Stacey Roca), con la que adoptó hace un tiempo a un niño, Brian (Zachary Scott Ross), que aunque puede hablar ha decidido no hacerlo, lo que trae de cabeza a sus padres. El drama se contagia por aire, porque Holden también tiene lo propio con Debbie, que decide no ir a recogerles de inmediato a uno de los pueblos que visitan pues tiene que estudiar.
Más tarde, Ford y Debbie comparten velada con Wendy y, aunque es curiosa la sintonía entre ambas debido a sus conocimientos sociológicos, queda implícita una conexión latente entre Carr y Holden que aún desconocemos si figura entre admiración y/o atracción. Pero muy interesante.
El caso es que gracias a Wendy les empieza a llover el dinero al equipo de investigación psico-criminal que están montando. Carr decide ayudar hablando a conocidos del proyecto, cosa que se supone que no puede hacer; pero lo hecho está hecho y, lo que parece una reprimenda de Shepard, se convierte en buenas noticias: han conseguido financiación por todos lados. Más de 300.000 dólares que les vendrán genial de aquí en adelante.
Última actualización: 16/05/2020