Better Call Saul sigue a su ritmo y cada semana nos muestra una cara distinta de Jimmy McGill, que intenta de todo para seguir adelante. El recap del episodio anterior aquí. ¡Alerta spoiler!
Jimmy
Uno no puede llevar a sus espaldas un negocio de anuncios mientras tiene que hacer servicios a la comunidad recogiendo basura de cualquier bancal. Es que no se puede. Pero Jimmy lo intenta, y no deja de coger el teléfono y, disimuladamente, intentar convencer a nuevos clientes de que lo que necesitan es un anuncio de televisión -más bien cutre- entre reposiciones de series de ayer (y de antes de ayer). Después se da cuenta de que su paga se ve seriamente mermada por el tiempo en el móvil, lo que no hace nada más que complicarle la vida.
Y tampoco tiene mucho tiempo para quejarse: se cambia en pleno aparcamiento y a grabar otro anuncio. Pero, si a eso le sumamos que ya no le queda dinero ni para coger el autobús (su flamante coche amarillo decide dejar de funcionar), nos queda un buen drama de capítulo ensalzado por un posible despegue -ya del todo- del Saul que queremos ver.
Porque con tal de sacar dinero de donde sea pide a su aseguradora que le devuelvan la parte del seguro profesional que ya no va a necesitar: pagó un año pero le sobran meses cuyo dinero quiere de vuelta. Por política de empresa (y posibles clientes rebotados), no se lo permiten. Además, la mujer le asegura que su cuota subirá con creces debido a su inhabilitación. Y ahí es cuando McGill rompe a llorar y todo, superado por la situación.
O, al menos, eso creemos. No, en realidad no. Jimmy empieza a resumir su situación, y el problema con su hermano, y su problema con lo suyo. Y da la casualidad que Chuck tiene su seguro en esa misma compañía, lo que no pasa desapercibido por la mujer, que coge un papel y empieza a apuntar. Jimmy reacciona rápidamente asegurando que no quiere que aquello suponga ningún problema para su hermano: tal vez haya hablado demasiado, COMO QUERÍA. Porque nada más salir vemos su cara de rabia y venganza. ¿Y satisfacción?
Si a esto le sumamos la “ronda” de posibles timados que tanto Jimmy como Kim hacen en un bar, está claro que hay un cambio en el ambiente. Kim, por cierto, se siente culpable por lo de Chuck, y lo vemos cada vez más a menudo. ¿Cómo terminará esta historia?
Nacho
Nacho también da un importante paso esta semana: decide hacer algo con las pastillas de Don Hector y sabe quién le puede ayudar. Reaparece en pantalla Daniel, AKA Pryce (Mark Proksch), el señor de los cromos, que se da un susto de muerte al verse a Nacho allí mismo sentado en su sofá en plena oscuridad. A cambio de algunas cápsulas de esa medicina, se puede llevar 20.000 dólares, una oferta que no puede rechazar.
Pryce decide contactar con Mike, como asesor/guardaespaldas, que aunque al principio niega el ofrecimiento, termina aceptando. Mike acompaña en este episodio (en el anterior igual) a su hija a un grupo de apoyo de personas que han perdido a alguien cercano y necesitan pues eso, apoyo. Tal vez en su cambio de planes haya influido la historia de Anita (Tamara Tunie), cuyo marido desapareció sin dejar rastro. Anita participa en la reconstrucción de un parque del barrio, y está claro que hace buenas migas con Mike. Él, más tarde, le pide un favor desconocido a Nacho. ¿Encontrar al marido de Anita?
Última actualización: 16/05/2020