La semana pasada en Velvet fuimos testigos de un final abrumador: la radio anunciaba que uno de los vuelos de Airsa dirección a Cuba había sufrido un accidente. Rápidamente todos pensamos en Alberto, ¿viajaba en ese avión? ¿Estará muerto? Con la cara de Ana desencajada nos dejaron en un mar de dudas. Con tanta incertidumbre la semana ha pasado bastante lenta pero, por fin, tenemos las respuestas a estas incógnitas.
En este duodécimo capítulo de la tercera temporada de Velvet titulado “En vilo”, los trabajadores de las galerías estarán preocupados por el accidente de avión en el que supuestamente viajaba Alberto. En especial, tanto Ana como Mateo estarán en un sin vivir intentando buscar pistas que les den una esperanza de que sigue vivo. Además, Rita y Pedro por fin descubrirán cuál es el motivo por el que les está costando tanto quedarse embarazados. Si quieres saber al detalle lo sucedido, sigue leyendo pero ¡¡alerta spoiler!!
Incertidumbre y tensión
Comenzamos el capítulo justo donde lo dejamos la semana pasada, con Ana enterándose del trágico suceso del avión siniestrado. Ante la falta de más noticias radiofónicas, Ana telefonea a Mateo, que se dirige camino al aeropuerto en busca de más información. Angustiada por no saber nada sobre Alberto, Ana espera la llegada de Mateo pero éste sólo puede contarle que desde el aeropuerto todo es un caos y todavía no saben nada más de lo ocurrido.
Aunque consolada por los suyos, ninguna palabra o abrazo puede evitar el sentimiento de desesperación de Ana que, ante la sugerencia de Rita, decide llamar a la única persona que podría ayudarle, a Sara, la dueña de la compañía del avión en el que viajaba Alberto. Ajetreada por lo sucedido, Sara atiende la llamada y se queda helada cuando Ana le comunica quién iba en el avión. Sara le explica que todavía no tienen confirmado que el vuelo fuera de Airsa porque hay otras compañías que también efectúan el mismo trayecto, por lo que tienen que esperar un poco más.
Tras pasar la noche en vela esperando la llamada de Sara y con la esperanza puesta de que el avión siniestrado no fuera el de Airsa, Ana continúa preocupada y evitando los comentarios y cotilleos de todo el mundo, que ya se han enterado de la terrible noticia. Finalmente, Sara se presenta en las galerías Velvet para comunicar la noticia que nadie quería escuchar: el avión del accidente pertenecía a su compañía y cubría el trayecto Madrid-Cuba.
Completamente desconsolada, Ana se derrumba en brazos de su tío, que intenta animarla pero sabiendo que nada podrá hacer por ayudar a su sobrina. Desesperada por encontrar a Alberto con vida, Ana llama a la otra persona que podría ayudarle: Carlos. Aunque las cosas no terminaron bien entre ellos y ante la negativa de sus amigas para que quede con él, Ana está dispuesta a hacer lo que sea por el amor de su vida y acepta verse con Carlos.
El piloto regresa a las galerías con nuevas noticias. Tras hacer varias llamadas, Carlos ha conseguido la lista de pasajeros que embarcaron en el vuelo y, desgraciadamente, el nombre de Alberto está escrito en el papel. Después de esta noticia se terminó toda esperanza para Ana, que se desploma en el suelo abatida. Al mismo tiempo, Mateo llama a Cafiero para contarle lo ocurrido y declarar luto oficial en las galerías y celebrar el funeral de Alberto.
Malas noticias y gratas sorpresas
Sabiendo que Pedro está muy nervioso y preocupado por los resultados médicos, Rita opta por acudir sola a recogerlos, aunque Lucía se ofrece a acompañarle (la hija de Esteban entró con desconfianza pero, poco a poco, ha sabido ganarse el cariño y respeto de sus compañeros). Al llegar al médico, Rita se alegra cuando el doctor le cuenta que Pedro es perfectamente fértil, sin embargo, tiene una mala noticia: Rita tiene útero hostil y las posibilidades de quedarse embarazada se reducen considerablemente.
Aunque la noticia no quiere decir que no pueda ser madres, el porcentaje para ello es muy escaso, aunque el doctor no quiere desanimarla y le explica que existen tratamientos que aumentarán las posibilidades de quedarse embarazada. Rita asiste a las indicaciones del doctor pero en realidad sólo piensa en la parte negativa. Lucía intenta animarla pero Rita le pide una cosa: no contarle nada a Pedro porque no quiere que su marido lo sepa, se limitarán a decirle que todo está bien y sólo es cuestión de tiempo y paciencia.
El pequeño se presenta en las galerías con una gran sonrisa y no tarda en contarle a su padre que su madre tiene un nuevo novio, pero a Manolito no le gusta el hombre y le califica como “un mamurriano”. Todos se alegran de ver al niño, incluso don Emilio, que al principio reprochaba a Pedro que hubiera llevado a las galerías a su hijo en unos momentos tan complicados pero, sin embargo, termina dándole la razón puesto que un niño sólo puede llevar alegrías y aire fresco.
Otra de las razones por las que Pedro accedió a la llegada de Manolito fue por dar una sorpresa a su esposa. Nada más ver al pequeño, Rita se alegra como nunca, pero no puede evitar ocultar la tristeza de saber que no pueden ser padres por su culpa. Decidida a no contarle la verdad a Pedro, Rita le comunica que ha ido a por los resultados al ginecólogo y que todo está bien, diciéndole una mentirijilla a su marido con tal de no preocuparlo pero, ¿estará haciendo lo correcto?
El principio del fin
Después de su noche de bodas, Valentín tiene que viajar hasta las minas de Guinea para resolver los problemas e intentar que el negocio familiar no se vaya a pique. De momento Patricia ha logrado esquivar a su marido y evitar hacer uso del matrimonio alegando un enfado descomunal por el engaño. Pero ahora los problemas de Patricia son otros: la muerte de su hermano le deja al cargo del proyecto de las joyas. Con el apoyo de Enrique consigue que la idea de Alberto sea el eje central de la nueva colección.
Mientras tanto, todos se preparan para el funeral de Alberto, excepto Mateo, que ha decido emborracharse para ahogar las penas. Clara intenta ayudarle para que deje de beber, se duche y se vista para acudir a dar el último adiós a su amigo, pero sólo consigue que Mateo entre en cólera y le eche de malas maneras de su casa. Raúl De la Riva se entera de lo sucedido y se presenta en la casa y consigue que Mateo se arregle y llegue a tiempo al funeral para decir unas palabras al que más que un amigo fue su hermano.
Ya en la iglesia para el sepelio, Ana acude arropada por su tío y sus compañeros de las galerías. Por su parte, Cristina también tiene la cara dura de presentarse en el funeral aparentando estar completamente destrozada, puede que sí esté abatida porque estaba enamorada de Alberto, pero después de todo lo ocurrido su presencia no es bien recibida por nadie e incluso se ve humillada por las palabras que Mateo le dedica a su amigo en las que afirma que Ana fue su único y verdadero amor.
Tras ayudarle y mostrarle su apoyo, Carlos acude al funeral de Alberto donde recibe una notificación que le confirma que Alberto cogió otro vuelo en el último momento, por lo que está vivo. Sin embargo, en lugar de dar la buena noticia a Ana, el piloto decide guardarse la nota y se limita a dar el pésame a Ana, dejándola completamente sumida en un dolor que lo único que hace es destrozarla. Sabemos que Carlos sigue enamorado de ella y ha visto la oportunidad para reconquistarla pero a un alto precio. ¿Descubrirá Ana algún día que Alberto sigue vivo?
Las últimas escenas del capítulo nos muestran a un Alberto disfrutando de las playas de Estambul, donde se encuentra relajándose e intentando despejar la mente para afrontar el futuro con las energías renovadas. Desde allí le escribe una carta a Ana comunicándole su destino y que, tarde o temprano, regresará a Madrid para recuperarla y entonces nadie podrá separarles. ¿Llegará la carta a manos de Ana? ¿Qué pasará cuando Alberto regrese y todos descubran que no falleció en el accidente?
Última actualización: 27/11/2015