Sinopsis
María (Naomi Watts), Henry (Ewan McGregor) y sus tres hijos empiezan sus vacaciones de invierno en Tailandia. Pero una mañana, un rugido terrible se eleva desde el centro de la tierra. María queda paralizada por el miedo, mientras un enorme muro de agua negro recorre todo el recinto del hotel hacia ella.
Henry trata de coger a sus hijos más pequeños, Simon y Thomas, pero es demasiado tarde. María es empujada bajo el agua, se golpea y queda al borde de la muerte. Jadea al respirar mientras trata de entender lo que acaba de suceder, convencida de que su familia ha sido borrada en un abrir y cerrar de ojos. Entonces, su hijo mayor, Lucas (Tom Holland), sale a la superficie.
Increíblemente bien hecha.
Hace aflorar todos los sentimientos que uno pueda llevar dentro. Para mí ha sido una angustia constante, pero merece la pena.