Alexander Payne ya cuenta con dos estatuillas en su haber, ambas como adaptador de guiones, por Entre Copas y Los Descendientes. Este año Payne cuenta con una nominación al mejor director por Nebraska, su tercera candidatura a mejor director de Hollywood. Repasaremos brevemente su trayectoria industrial.
Citizen Ruth (1996), se convirtió rápido en cult movie (abortos y ex-drogadictas), al igual que su primera obra maestra, la cruel Election (1999), donde recuperaba al gran Matthew Broderick en lo que vendría a ser la primera novela adaptada del director. Negrísima, cruel y terriblemente divertida y dolorosa, la pesadilla de instituto del viejo Ferris caló hondo en nuestra generación y se instaló en nuestras vidas como nuestro inamovible Top Payne.
Tres años después llegaría otra adaptación: A propósito de Schmidt (2002), una de esas pelis de ancianos con problemas mentales que tan bien se le dan a Hollywood y a su director. Bien, pero se alejaba demasiado de la mala uva previa y por eso nos gusta menos.
Otra novela para su siguiente peli, Entre Copas (2004), brindó el primer premio de la Academia. Simpática road movie sobre perdedores pecadores, su tono de comedia pocha a la Coen conquistó a los espectadores de todo el mundo.
Tras un segmento de la peli Paris, je t’aime y un episodio para Hung, Payne ganaría su siguiente premio adaptando Los Descendientes (2011), una gozosa dramedia de altísimo nivel y mejores camisas.
Este año la crítica se ha rendido ante Nebraska, una de sus películas más elegantes, lastrada por una banda sonora terrible y por la feroz competencia de un Scorsese rejuvenecido.
Que dios reparta suerte.
Última actualización: 27/02/2014