Lo que podría haber sido una ácida sátira social sobre un sistema económico injusto con perdedores de protagonistas se convierte en una comedia vulgar, absurda y facilona. Su estupendo reparto está completamente desaprovechado.
Comedia absurda y vulgar basada en hechos reales
Hace poco se estrenó el thriller ‘Infiltrado’, una película de espías basada en hechos reales, que, pese a ser algo que sucedió, resultaba bastante increíble. Ahora, en tono de comedia, sale otra cinta que toma de referencia la propia vida real, se trata de ‘De-mentes criminales’, una cinta destroyer protagonizada por Zach Galifianakis, Owen Wilson, Kristen Wiig, Leslie Jones y Jason Sudeikis y que dirige Jared Hess.
David Scott Ghantt trabaja como conductor de vehículos blindados, actualmente su empresa se encarga de trasladar millones de dólares a distintos bancos. Su vida es monótona y aburrida, aunque está a punto de contraer matrimonio con la absorbente Jandice. Todo cambia cuando Kelly, su antigua compañera de trabajo, le propone un plan: Robar el dinero transportado y darse la vida padre. Ese robo lo liderará Steve, antiguo amigo de Kelly y cerebro del plan. Sin embargo, el equipo será tan inexperto que las pistas que dejen serán tan sumamente evidentes que será muy sencillo para la agente del FBI Scanlon, dar con su paradero.
Humor slapstick y escatológico con poco sentido
La cinta parte del robo que ocurrió el 4 de octubre de 1997 en Charlotte, en el estado de Carolina del Norte, al banco Loomis Fargo. En ese sentido, el filme tenía una oportunidad de oro para crear una auténtica comedia de atracos por parte de verdaderos perdedores. Sin embargo, Hess, que en otro tiempo dirigió películas más acertadas como ‘Napoleon Dynamite’, parece crear una comedia plana, vulgar y absurda donde el humor slapstick y escatológico campan a sus anchas y se desaprovecha a un reparto de lujo. No obstante, lo que también duele es que el guion, obra de Chris Bowman, Hubbel Palmer y Emily Spivery, tenga entre sus fila a una de los guionistas del aclamado ‘Saturday Night Live’.
Y es que ‘De-mentes criminales’ parece una parodia de una ácida comedia de los Hermanos Coen o, incluso, la versión mala de ‘La gran apuesta’ de Adam McKay. Hess pierde la gran oportunidad de contar, en vis cómica, una historia sobre el feroz sistema estadounidense y de cómo los perdedores del juego son capaces de cometer las más increíbles locuras siendo meros aficionados y apostando todo a una carta. En ese sentido, la cinta hubiera funcionado estupendamente, además de tener en su haber un reparto excepcional.
Un reparto excepcional completamente desaprovechado
He ahí otro problema, da la sensación de que las estrellas de ‘Saturday Night Live’ no están hechas para enfrentarse a un largometraje. En la cinta están las magníficas Kate McKinnon, Kristen Wiig y Leslie Jones, tres de las mejores humoristas que tienen actualmente los Estados Unidos. Restando Wiig en ‘La boda de mi mejor amiga’, ninguna ha logrado tener una cinta que esté a la altura de su capacidad cómica. En este caso, las tres brillan por ser ellas, no por sus personajes que son planos y carecen de carisma. Pero ellas no sólo están desaprovechas, la cinta tiene a unos estupendos Zach Galifianakis, Owen Wilson y Jason Sudeikis, que logran brillar también por ser quienes son más que por la cinta en sí.
De esta forma, ‘De-mentes criminales’ se convierte en una cinta de chascarrillo cutre, humor pueril y mal gusto. Está claro que, a quien le guste ese tipo de comedia, la disfrutará. No obstante, dado el tema que trata, se hubiera agradecido mayor crítica social, en eso las recientes ‘Dos buenos tipos’ y ‘Esperando al rey’ han sido un poco más profundas. Una oportunidad perdida llena, eso sí, de humor fácil.
Tráiler en español de ‘De-mentes criminales’
