Irvin D. Yalom dijo: “Cuando dos sentimientos encontrados lo ponen a uno en un dilema, el mejor recurso es expresar ambos, y el dilema”. Sin duda, se trata de uno de los psiquiatras más reconocidos del mundo, catedrático en la Universidad de Stanford y autor de novelas como ‘El problema de Spinoza’ o ‘El día que Nietzsche lloró’ y de ensayos como ‘The Yalom Reade’ o ‘Momma and the Meaning of Life’. Uno de los representantes más reconocidos de la llamada psicoterapia existencial tiene en ‘La cura de Yalom’ una esmerada radiografía sobre su vida y su obra.
Este documental ahonda en sus primeros años como profesional de la medicina y de cómo empezó a innovar en la rígida práctica de la psicoterapia en Estados Unidos. Por ello, el psiquiatra inició un viaje existencialista gracias a la experimentación que vivió a través de diferentes terapias alternativas. Yalom dotó de mayor sensibilidad a su forma de tratar a los pacientes. Además de los conflictos internos en los que las pasiones rebeldes divergen de los recuerdos de nuestra propia memoria, Yalom le da también relevancia a otras condiciones básicas de la existencia humana como la muerte, el saber vivir, el querer ser libre o vivir como un verso suelto.
La documentalista suiza Sabine Gisiger ha querido ahondar en la biografía del psiquiatra de una forma sencilla e incluso amable. Una de las cosas que se le agradecen a Gisiger es el metraje del documental, 77 minutos. En su reducido tiempo, la realizadora da unas cuantas pinceladas sobre el método de Yalom y lo que le llevó a perfeccionarlo. Pero no sólo se muestra su vida profesional, Gisiger profundiza en la parte más personal del psiquiatra para mostrar que todo está relacionado en la vida.
Y este documental funciona gracias a la manera que tiene el propio Yalom de contar su historia, su infancia y juventud, de cómo conoció a su esposa Marilyn, de cómo su propio matrimonio fue un trabajo de campo para desarrollarlo en sus teorías, de su vida familiar y el legado que tiene con sus hijos.
Ya que este documental, que sabe honrar a la figura del reconocido catedrático, tiene una línea muy difusa respecto a lo que pretende alzar. Por un lado, destaca su labor profesional, pero por otro, su lado personal. Cierto es que la mezcla entre ambas da un resultado notable pero, en alguna ocasión, se hubiera deseado ver más sus teorías sobre las terapias existencialistas que su labor como marido.
Pequeñas minucias ya que el propio Yalom logra capturar la atención del espectador desde el primer momento que aparece en pantalla. Porque ante todo, el mensaje de ‘La cura de Yalom’ es el vivir, el ser feliz y quererse a uno mismo. Algo que parece fácil pero que, realmente, no lo es. Un correcto estudio sobre la vida y la obra de este reconocido académico.
3.5 / 5