2014 fue el año en que el cine en euskera demostró su manera artesanal de confeccionar las películas. La hermosa ‘Loreak’ fue todo un fenómeno por su manera de mostrar un relato íntimo y personal sobre el lenguaje de las flores. Exhibida con éxito en los festivales de San Sebastián y Toronto, es la mejor representante española en la carrera de los Oscar en años. Y este 2015 llega otra producción cocinada a fuego lento, se trata de ‘Amama’ que pasó también por la Zinemaldia. Asier Altuna se estrena en solitario con un largometraje de ficción y lo hace por todo lo alto.
Desde tiempos inmemoriales, el caserío representa una forma de vida propia, con sabidurías y valores que se han transmitido de generación en generación. Ese inmenso hogar contiene un clan con raíces muy profundas. Sin embargo, los últimos descendientes, los tres hijos de Tomás e Isabel, tienen un conflicto que no se había visto antes, un dilema entre el mundo antiguo y la evolución. Vivir en la ciudad o dedicarse enteramente al caserío. Esto les llevará a enfrentarse con el patriarca de la familia, siendo Amaia el alma más rebelde y que expondrá su conflicto interno a través del arte.
El título de la cinta hace referencia a la abuela, figura que ha construido todo los acontecimientos en el pasado. La reina madre, aquella que ha velado por trasmitir los valores de la familia que a ella le concedió su madre, y a su madre su progenitora. Una mirada silenciosa y que actúa como testigo conciliador del conflicto.
Una imagen etérea, ancestral y poética que combina idealmente con el escenario que expone Asier Altuna. ‘Amama’ desprende pasión e intimismo, es un relato muy personal el que cuenta este realizador. Tras una codirección, ‘Aupa Etxebeste!’ y el documental ‘Bertsolari’, el cineasta cuenta un relato lleno de lirismo y que conoce realmente. El propio Altuna vivió hasta los 18 años en un caserío.
Esta propuesta es una demostración de la buena salud que goza el cine en euskera ya que ‘Amama’ es una metáfora universal sobre el eterno dilema entre la tradición y lo metropolitano, entre lo material y lo espiritual, entre raíces y olvido, entre conservar o progresar. Cierto es que Altuna no propone una resolución excepcional, el camino del medio es el que exige el relato. Sin embargo, la manera en que lleva esas dudas existenciales es única, poco visto en el cine español.
Altuna se aleja del lirismo de otros realizadores españoles como Julio Medem o Isabel Coixet para acercarse al minimalismo japonés de realizadores como Yoji Yamada o Naomi Kawase, tan de moda últimamente por éxitos como ‘Una pastelería en Tokio’ o ‘Aguas tranquilas’.
Sus actores saben llevar este relato, son rebeldía, pasividad, ira, belleza, arte. Sobresaliente para Iraia Elías, la protagonista de la película y el verso suelto que provoca un torbellino de emociones en su familia, su expresión artística es el tronco de la trama. La intérprete sabe mostrar la belleza del paisaje, y también lo amargo de las separaciones, del decir adiós.
Pese a haber momentos de exceso de espíritu, ‘Amama’ es excepcional relato, ideal debut para un realizador que tiene una amplia carrera como narrador intimista. Una propuesta bella y singular, cargada con un simbolismo personal que invita a conocer un relato universal dentro de un mundo muy particular. Una maravilla.
3.5 / 5