El escritor francés Paul Valéry dijo: “La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que sí se conocen pero no se masacran”. El actor estonio Elmo Nüganen, en su faceta de realizador, ha querido mostrar la historia de su país, desconocida hasta para sus propios ciudadanos. Ahora el cineasta se adentra en la Segunda Guerra Mundial con ‘1944’, candidata por Estonia para la 88ª edición de los Premios Oscar.
Año 1944, Estonia fue invadida y partida en dos, por un lado los alemanes obligaron a una parte del pueblo a luchar por su propia causa, al otro lado están los soviéticos, que utilizaron el mismo método. Con lo cual, es la historia de esos soldados, de sus trincheras, de cómo gente de una misma región, vecinos y amigos, tuvieron que matarse los unos a los otros por una guerra en la que no tuvieron opción a elegir.
Nüganen trae a la vida uno de los hechos menos conocidos de la Segunda Guerra Mundial. En Estonia se produjo el que vecinos y hermanos tuviesen que combatir entre ellos por causas ajenas debido a la invasión tanto del ejército alemán como del soviético. El realizador muestra cómo ese choque de totalitarismos, provoca no sólo el enfrentamiento entre hermanos, sino también el propio conflicto de una nación que no pidió participar en la guerra y que fue forzada a hacerlo en bandos en los que ni creía, ni defendía. Una muestra sobre lo absurdo de las guerras, en las que sólo hay dolor y destrucción.
En ese sentido, Nüganen sabe mostrar los momentos de drama con grandes y épicas escenas que sorprenden por su belleza visual, hechas de manera directa y austera, propia del cine clásico bélico. Sorprende ver que, con un reducido presupuesto, el cineasta haya logrado plasmar el horror y lo efímero de la vida entre las trincheras. Acertadamente, Nüganen divide en dos actos el filme, dos puntos de vista cuyo mensaje es completamente antibelicista. Dos protagonistas con una fuerte carga de remordimiento bajo sus espaldas, de resignación sobre sus destinos y con la sensación de que sus vidas no les pertenecen. Sin duda, el realizador ha sabido tejer una película con mensaje potente, que deja poso y mal cuerpo por el horror que provoca la guerra.
En ese sentido, el claro fondo antibelicista está inspirado, declarado durante la cinta, por las novelas de Erich Maria Remaque. Referencias sabias para una película comprometida como testimonio de un hecho histórico, que sirve para mostrar las otras realidades y tragedias que provocó la Segunda Guerra Mundial en todo el continente. Nüganen, que participó delante de las cámaras en la también antibelicista y excelente ‘Mandarinas’, ha elegido dos actores que pueden considerarse las dos caras de una misma moneda: Kaspar Velberg y Kristjan Üksküla.
‘1944’ tiene aroma de buen cine histórico y sabor de buen cine europeo y comprometido con la historia. Sin duda, se ha convertido ya en una de las referencias del cine bélico actual. Dura y despiadada, muestra el espeluznante proceso de deshumanización de la persona, provocado por las ansias militares de terceros. Magnífica, es de las que deja una profunda huella, marcada con fuego en el propio corazón. La crónica del pasado más reciente de la historia contemporáneo y que no debe ser olvidada.
