Homeland Temporada 5 Capítulo 8 Recap: All About Allison

La semana pasada, el anterior capítulo de Homeland nos dejaba con Carrie tomando la peor decisión posible: no solo le dejaba claro a Allison que estaba viva con una llamada telefónica sino que, encima, le pedía quedar para charlar. Sin embargo, esta semana vemos como no solo ella se mete en problemas (y descubrimos un poco por qué), sino que además tenemos un cambio de planes en el viaje de Quinn nada halagüeño. ¡Alerta spoiler!

Los rusos no consiguieron capturar ni matar ni nada a Mathison en Ámsterdam. Es lo primero que Allison le achaca a su más íntimo colaborador en la sombra, Krupin. La agente doble está muy preocupada por Carrie, porque parece que siempre va un paso por delante pero ella les ha ido adelantando una y otra vez.

Y no solo tiene ese frente Allison. Dar Adal no deja de insinuar que tiene algo que ver en el “secuestro” de su otro íntimo, Saul. Queda claro que Dar sabe que aquello no es un secuestro, pero sí que piensa un poco que ella ha tenido algo que ver. Aquella reunión que tuvieron juntos (en la que él le dejó claro que Carrie estaba viva y que sospechaba de los rusos) es muy interesante para Adal. Se encendieron los grifos y los micrófonos no escucharon nada, pero Allison no es tonta y le miente, asegurándole que solo le pidió ayuda y nada más.

Estamos en una serie de espionaje, así que el encuentro entre ambas mujeres debe de ser tal que así: Carrie la llama y le cuenta que ha dejado una nota con su lugar de encuentro dentro de una biblia en una iglesia remota. Se reunirán en una cafetería y Allison tanteará a Mathison para saber hasta dónde sabe. Por supuesto, Krupin tendrá a su gente atenta por si resulta que sí que sabe demasiado.

Por cierto, Carrie recibe una llamada de Otto muy reveladora. Él parece preocupado y ella le pide contactar con Numan, el hacker, para ver si puede entrar en el portátil que se llevó de aquel piso de Ámsterdam del que tuvo que salir esquivando balas. Pero lo importante es que ella pregunta por Jonas, por si Otto le ha visto, pero su jefe le miente diciéndole que no. ¿Qué sentido tiene esto? ¿Qué se propone Düring?

Antes de su encuentro, la serie nos muestra el pasado que Allison y Carrie tienen en común, a ver si así podemos descubrir por qué todo tiene esta pinta de tratarse de algo claramente personal. Bagdad, 2005, vemos a Mathison llegar al cuartel de la CIA, donde se reúnen con Samir, el señor con el que Carrie quería hablar la semana pasada. Así se conocieron, poco antes de que Allison pasase a Carrie el testigo del cuartel. Ella asegura que se irá a un chiringuito de playa en una isla paradisiaca a ponerse muy agustito.

Llegada la hora de su encuentro, en el presente, parece que la gente de Krupin no será necesaria: Carrie no sabe nada de nada. Allison hace muy bien su papel de no tener ni idea de lo que está hablando Mathison, ni sobre Ahmed, aka Acrobat, uno de los colaboradores de la CIA que parece clave en toda la trama. Ya nos adelantaron quién era el capítulo anterior, y que parecía que había muerto.

Volviendo al flashback, Samir se quejó ante ambas mujeres en el pasado de que Acrobat era poco sutil y que se le veía el plumero; pero aunque Carrie prometió a Samir tratar el asunto, Allison le aseguró que era intocable pues era un agente muy importante en Bagdad. Ahmed se niega trabajar para Mathison, ya que asegura que él toma los riesgos y él elige a quien le pasa la información.

La realidad es bien distinta: lo cierto es que Ahmed y Allison mantenían una relación. Y Ahmed desviaba dinero del ministerio de justicia iraquí, que no dudó en presentar ante Allison como prueba de amor. Muchos muchos millones de dólares que, en la cabeza de Allison, se estaban convirtiendo en mucho mucho alcohol. Parece que aquello convence a Allison, que asegura luego que Ahmed solo quería más dinero a cambio de su información.

Pero no. La realidad es bien distinta (otra vez). Ahmed resulta que trabaja para los rusos y allí en medio de todo el flashback aparece Krupin, chantajeando a Allison con que tienen grabada su traición por unos millones. Si no quiere que se filtre aquello y acabar en una cárcel mucho tiempo, tendrá que trabajar para ellos, como doble. De ahí solo queda un cabo suelto, Ahmed, que hacen pasar por muerto en un atentado.

Ya en el presente, al término de su encuentro en la cafetería, Allison le asegura que hará lo posible por averiguar y ayudar a Carrie, solo si le promete que el resto de documentos clasificados no ven nunca la luz.

Lo bueno es lo que pasa ahora: Numan no encuentra nada en el portátil de Ámsterdam. Y Carrie empieza a preocuparse de que aquello sea un callejón sin salida. Ahmed está vivo, sí, y se lo llevaron (los rusos, así que tal vez esté muerto). ¿Ya está? ¿Ahí terminan sus averiguaciones? Pues no. Resulta que Ahmed tiene de fondo de pantalla en el portátil una foto en un chiringuito de playa paradisiaca. ¿Y de qué nos suena eso? ¡Allison! Mathison se acuerda de aquella conversación y gracias a Google descubre que se trata del mismo sitio. ¡BOOOM!

El viaje de Quinn no es en el tiempo, como en la trama de Carrie, sino en el espacio. Lo típico que te vas de viaje con unos terroristas, te quedas durmiendo un momento, y te despiertas en medio de la nada en Kosovo. Aquella parada es muy extraña, ellos iban a cruzar la frontera a Siria por Turquía, pero no le quieren decir por qué paran, así que tendrá que hacer las averiguaciones oportunas él mismo.

Si aquello se trata de coger ya las armas, les asegura a sus compañeros de furgoneta que jamás podrán pasar la frontera. Pero ellos siguen sin decirle nada, así que tiene que seguir investigando, hasta que encuentra un montón de máscaras de gas. Y aquello ya no pinta nada bien.

Efectivamente, Quinn es golpeado y amordazado. Y ya después le confiesan que no van a Siria, sino que se dirigen de vuelta a Berlín con un cargamento de algo químico seguramente muy chungo.

Berenson se encuentra, ahora mismo, sin amparo alguno. Solo, está solo. Así que se refugia en su buen amigo Etai, que parece ser que es el único que puede echarle una mano. Pero tampoco: Israel sospecha de él y se presenta allí la agente Tova (Hadar Ratzon Rotem), que le asegura que lo mejor es devolverle a Dar Adal y quitarse de líos. Él suelta lo más grande y le cuenta lo del avión que explotó en el aire, lo de los rusos, etc.

Parece que le dan algo de margen para que les ofrezca más información (los rusos quieren a Assad de presidente en Siria, aquello de que sean culpables de lo del avión a Tova no le parece tan descabellado), sin embargo, es una trampa. Etai termina despertando a su amigo en plena noche asegurándole de que van a arrestarle, así que Saul vuelve a quedarse solo. Más.

Última actualización: 23/11/2015