Todo tiene sentido ahora. Incluso la primera parte de la película, tan irregular ella. Ahora, el holandés Tom Six nos arrea un bofetón infecto con la metasecuela definitiva. Todo funciona en la película, desde la hermosa fotografía en blanco y negro hasta el protagonista principal, Martin. Un personaje que ya está en los anales –chiste fácil, lo siento- del género. El ambiente irrespirable de “La Matanza de Texas” se encuentra con la atmósfera de “Eraserhead”
Y todos, Martin y su mamá, se ríen en la cara de Norman Bates. Y de su madre.
Visualmente brutal, aún asi, se agradece al director el buen gusto de hacer su peli en blanco y negro, haciendo menos repugnantes las escenas mas pesadas y a la vez mas convincentes. Muy diferente de la parte 1, donde el terror es manejado de forma sicológica magistralmente por director y guionista, ya que no hay mucha sangre ni visceras exolícitas; en esta secuela, la violencia, sangre, visceras y heces literalmente embarra la pantalla Poco apta para cualquier tipo de publico. Véala bajo su propio riesgo.