Hace justo un año que terminaba la cuarta temporada de Person of Interest. Por aquel entonces, no sabíamos si habría una quinta y aquel tremendo final de temporada nos dejaba a expensas de una decisión por parte de CBS. La cadena respondió con una última temporada, que se estrenó ayer, y que ha programado dos veces por semana, cada lunes y cada martes. Eso hace que se termine antes, sí, pero también implica el doble de emoción semanal. ¿Qué habrá sido de nuestros protagonistas? ¡Alerta spoiler!
Estás solo
Si recordáis el final, las cosas no pintaban nada bien para el Team Machine. La Máquina terminaba –en parte- dentro de un maletín en manos de Finch, huyendo de un Samaritan cada vez más y más poderoso. Los mafiosos Dominic y Elias resultaron muertos, y del equipo de Control ya solo queda Control, retenida por orden de Greer. Vamos, que los malos van ganando.
Esta temporada final empieza mostrándonos la base secreta del Team Machine, vacía, mientras escuchamos la voz de Root en lo que parece un flash-forward nada halagüeño. “Si puedes escuchar esto, estás solo. Lo único que queda es el sonido de mi voz. No sé si alguno de nosotros ha sobrevivido.” De fondo suena No Wow, de The Kills.
Después de semejante inicio, tan enigmático, la serie nos devuelve al punto donde nos dejó. Poco tiempo después de la sangrienta huida que el equipo tuvo que improvisar al final de la cuarta temporada. Todos siguen huyendo, y vemos que es Reese el que lleva el maletín con lo que queda de la Máquina.
Lo de protegerla le sale regular y el maletín es dañado por algunos disparos. Se les termina el tiempo (la batería se agota) y tanto él como Finch tienen que volver a la base lo antes posible. Ambos terminan subidos a un ferry, algo que no convence a Finch en un principio: no solo se acuerda del atentado de Ingram, sino que eso implica dejar a Root a su suerte.
2006
Por supuesto, la serie continúa con sus célebres flashbacks. Nos lleva en este capítulo, en un par de ocasiones, al año 2006. La Máquina le da el pésame por que ese preciso día es el aniversario de la muerte de su padre. Finch parece comprender entonces que está creando algo que es incontrolable, que aprende, un ser autónomo e inteligente que empieza a parecerse a una persona. Para evitar que crezca sin control solo se le ocurre una cosa: que su memoria se borre cada medianoche.
Pocas veces se ve en televisión semejante simbolismo y emoción en una escena entre una persona y un ordenador. La Máquina reconoce el nuevo código que Finch le ha implantado y sabe para qué sirve. Lo que no entiende (y no deja de preguntar) es para qué su creador quiere dejarla a medio gas, resetearla cada noche. Si le borra sus recuerdos es como si la matase, ¿cómo podrá aprender de sus errores? ¿Cómo le reconocerá como su creador? LLORO.
Root
De vuelta al presente, por fin descubrimos dónde está Root. Como el resto, huye de los agentes de Samaritan, pero la verdad es que ella lo tiene más difícil. El sistema, que ya la reconoce, la encuentra en el metro y envía una alerta con su foto a todos sus compañeros de viaje. Algunos no dudan en enfrentarse a ella, sin ningún éxito claro (ya sabemos cómo se las gasta Root).
Que Samaritan sepa quién es y la pueda identificar entre la multitud es un verdadero problema. Por eso se libra de dos de sus agentes con ayuda –involuntaria- de un antiguo conocido, uno de sus clientes de cuando trabajaba de mercenaria. El señor está dispuesto a conseguirle una nueva identidad, pero los agentes de Samaritan se ponen en contacto con él y le ofrecen un trato. Zachary aparece y mata al señor (por supuesto, a quién se le ocurre fiarse) y va a llevarse a Root pero aparece Reese y la rescata. Ah, y se llevan del lugar 300 PlayStation 3 como parte de un plan loco que se le ha ocurrido a Root.
Ese plan contempla conectar todas las videoconsolas para crear un superordenador donde la Máquina pueda descomprimirse y empezar a funcionar de nuevo. Cuando llegan a la base, sin embargo, se encuentran todo quemado. La Máquina había empezado a descomprimirse cuando Finch la enchufa y el hombre tiene que recurrir al método del tirón para apagarla, pues allí no había espacio suficiente para toda su información. Aquello provoca un chispazo que le tira por los suelos y provoca un pequeño incendio.
Fusco
¿Sabéis quién más está en problemas? Fusco. En parte. Investigado por la muerte de Dominic y Elias, tanto Asuntos Internos como Samaritan le siguen muy de cerca. En el preciso momento en el que dice que les mató un francotirador desconocido, el sistema empieza a marcarle como posible amenaza, mientras que sus compañeros policías no terminan de creerle. De parte de Reese solo recibe el consejo de cerrar la boca, a sabiendas que Samaritan puede ir a por él.
Por arte de magia (de magia de Samaritan) aparece en escena un investigador del FBI que se encarga de su caso: le explica que su bala estaba en el cuerpo de Elias (algo imposible, pues él no disparó), pero que lo hizo en defensa propia y que no se acuerda por el shock del accidente. Le felicita y se marcha. Aquello resulta muy extraño para el agente de Asuntos Internos, que intuimos que investigaría por su cuenta porque lo único que sabemos de él es que a los dos minutos muere de un “ataque al corazón” (Samaritan actúa de nuevo).
Fusco, que no deja de ser policía y tiene muy claro que algo está pasando, vuelve a la escena de los hechos y sube a la azotea donde el francotirador disparó. Allí encuentra una bala (o un casquillo) escondida, que se guarda. En ese momento escuchamos un ruido e una puerta que se cierra. ¿Está siendo seguido de cerca? Y si es así, ¿por quién? ¿Y qué francotirador profesional haría dos tiros limpios y se dejaría allí semejante pista?
Ella
Desde la última temporada ya habíamos visto e intuido que la relación y el afecto de Harold hacia su creación han ido en aumento en cuanto él iba entendiendo que aprendía, crecía y parece que incluso sentía. No olvidemos el momentazo cuando se disculpa con él y le llama “padre”. En esta ocasión los sentimientos de Finch salen a relucir en forma de desliz: en cierto momento trata a la Máquina de “ella”, como si de una persona se tratase.
El plan de Root parece que va a dar resultado y la Máquina comienza a descomprimirse. Sin embargo, la temperatura es demasiado alta y aparece el riesgo de sufrir un B.S.O.D. (Blue Screen Of Death, Pantalla Azul De La Muerte). Yo creo que esto nos ha pasado a todos, pero imaginaos lo que sería que les pasase a ellos.
Aunque así se llame el capítulo, parece que lo evitan cuando Reese sale a la calle y vuelve con un tanque de nitrógeno líquido, con el que rocía las videoconsolas. La Máquina parece que reacciona y empieza a conectarse de nuevo. ¿Hay esperanza?
Última actualización: 04/05/2016