Crítica de La invitación
Crítica de La invitación
¿Qué película de cine estás buscando?

Desde hace años procuro saber lo menos posible de la película que voy a ver. Creo que entrar lo más virgen posible a la proyección es básico para disfrutar lo máximo posible de la película en cuestión. En el caso de La Invitación sabía que había ganado el premio a la mejor película en el Festival de Sitges y que era un thriller, pero ni siquiera sabía si su subgénero pertenecía al cine fantástico, de terror o psicológico. Y ahora que ya lo sé, no voy a aclararlo en esta crítica. Ni siquiera voy a hablar lo más mínimo sobre su argumento, pues considero que cuanto menos se sepa sobre ella mejor. Solo diré que estamos ante una de las mejores películas de lo que llevamos de año. Para mí, la mejor sin duda.

La invitación valoración

La invitación es una de las películas más inquietantes y malsanas que he visto en años, pero envuelta además en una forma elegante, con una realización por parte de Karyn Kusama sobria a la par que esteticista —notables, en este aspecto, el excelente score de Theodore Shapiro y la fotografía de Bobby Shore—.

Recuerda a grandes títulos como La Soga, The Game o La semilla del diablo, pero al tiempo sabe encontrar su personalidad propia. Kusama juega con maestría con el ritmo, en primera instancia, para finalmente hacerlo con el espectador, al que va llevando de un lado a otro hasta que llega el clímax de la película. Una media hora final impactante y que te deja pegado a la butaca, pero en la que se echa algo en falta la sutileza y ambigüedad con la que se ha desarrollado la trama hasta entonces —aunque se trata de una minúscula mota de polvo en una película por lo demás impoluta y que roza en muchos momentos la obra maestra—.

La invitación es una de esas películas que apetece volver a ver y también descubrírsela a otros espectadores. Posee una atmósfera inquietante desde su primera secuencia y sabe subir y bajar el ritmo para mantener al espectador en un constante estado de alerta, de incertidumbre.

Contiene, además, una de las imágenes más terroríficas vistas en una pantalla (esa puerta entreabierta y la mujer sentada en el suelo). Su final —desvelarlo debería estar penado— es de esos que perturban y provocan un escalofrío. Podríamos caer en lo fácil y decir que es un final a lo Shyamalan, pero creo que es más justo no hacer comparaciones, pues La invitación es una obra original en sí misma, que merece ser difundida y que estoy convencido de que se convertirá con el tiempo en película de culto.

Una mezcla de Los amigos de Peter con La habitación del hijo y El bosque, destinada a perdurar en la memoria cinéfila colectiva. Absolutamente imprescindible.

Crítica de La Invitación
  • Dirección
  • Guion
  • Actores
  • Música
  • Montaje

Resumen

La invitación merece ser difundida y se convertirá con el tiempo en película de culto. Una mezcla de Los amigos de Peter con La habitación del hijo y El bosque destinada a perdurar en la memoria cinéfila colectiva. Absolutamente imprescindible.

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Cinéfilos 5 (1 voto)
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