Sinopsis
Crónicas del mal: La casa embrujada es una película de terror de 1992 que sigue a una familia que se mudó a una casa embrujada. Pronto descubren que los espíritus malignos que habitan la casa tienen planes malignos para ellos. La familia se embarca en una aventura para deshacerse de los espíritus y salvar sus vidas.
Descripción
TV
Podríamos decir que Crónicas del mal: La casa embrujada dejó marca tras su estreno en cines cosechando grandes ventas en taquilla.
Tras varios años de planificación y rodaje, la película se estrenó en cines en el año 1992.
Siempre es agradable encontrar una película que tiene un elenco tan bueno como el que encontramos en este largometraje compuesto por Ana Marsoa, Ángel de Andrés López, Francisco Guijar.
El film puede decir que tiene la suerte de haber sido dirigido por Luciano Valverde.
27 min. es el tiempo que dura la película.
El cine de España es conocido mundialmente y esta película procedente de ese país no podría ser menos.
¿Quieres saber quién ha dado vida al guion de la película? El equipo de guionistas ha estado liderado por Ángel López Santiago.
El proceso de producción es muy largo, más allá del rodaje y eso se ha podido llevar a cabo gracias a la productora Mabuse, RTVE.
Los momentos clave de una película deben ir acompañados por una banda sonora o canciones que vayan acorde con el momento y de eso se ha encargado Bernardo Bonezzi.
Las míticas escenas en las que el personaje principal se encuentra en un ambiente muy armonioso visualmente, es producto del gran trabajo de Federico Ribes.
Si tuviésemos que enmarcar esta película en un género concreto, ese sería Intriga, Terror, Thriller.
Crítica de Cine de Crónicas del mal: La casa embrujada
Comentario positivo: Esta película de terror es una gran aventura. Está llena de tensión y suspenso, manteniendo al espectador en vilo hasta el final. Los efectos especiales son impresionantes y ayudan a crear un ambiente aterrador.
Comentario negativo: La trama y los personajes son muy simples, lo que hace que la película resulte un poco previsible. Aunque los efectos especiales son convincentes, no hay suficiente profundidad emocional para que el público se sienta verdaderamente conmovido por los acontecimientos.