Biografía de Yuliya Solntseva
Yuliya Solntseva fue una mujer polifacética y talentosa que destacó en diversas áreas, como la literatura, la pintura y el cine. Nació en Izmail, Ucrania, en 1901, y creció en una familia de artistas. Desde joven mostró interés por la literatura y la pintura, y comenzó a escribir relatos y a dibujar.
En 1920, tras la Revolución Rusa, se trasladó a Moscú y allí comenzó a estudiar arte en el Instituto de Pintura, Escultura y Arquitectura. También se interesó por el cine y se unió a la industria cinematográfica soviética como asistente de dirección. En 1924, conoció al director Aleksandr Dovzhenko, con quien colaboraría en numerosas ocasiones y con quien se casaría en 1928.
Durante los años 20 y 30, Solntseva trabajó como guionista y asistente de dirección en varias películas de Dovzhenko, entre ellas "Tierra" (1930), una de las obras más importantes del cine soviético de la época. También comenzó a dirigir sus propias películas, siendo la primera "La malvada Bruja" (1937), una cinta de animación que ella misma escribió, dirigió y animó.
En 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, Solntseva tuvo que interrumpir su carrera cinematográfica para unirse al Ejército Rojo como enfermera. Durante la contienda, trabajó como reportera gráfica y fotógrafa, documentando la guerra y la vida de los soldados en la línea del frente. También dirigió varios cortometrajes de propaganda para levantar la moral de las tropas soviéticas.
Tras la guerra, Solntseva retomó su carrera como cineasta y dirigió varias películas, como "El ruido de los árboles" (1956) o "El pueblo Soviético construye su felicidad" (1950), que obtuvieron numerosos premios en festivales internacionales. En 1961, se convirtió en la primera mujer en ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes por su obra maestra "La vida de Iván" (1962), una película sobre la Segunda Guerra Mundial que ella misma coescribió, dirigió y editó, y que es considerada una de las mejores películas rusas de todos los tiempos.
Además de su carrera en el cine, Solntseva también fue una prolífica escritora y publicó varias novelas y cuentos, así como un libro de memorias sobre su experiencia en la guerra. También trabajó como pintora y participó en exposiciones en todo el mundo. Falleció en 1989 en Moscú, dejando un legado de trabajo creativo y compromiso social que sigue siendo relevante a día de hoy.