Biografía de Sumiko Abe
Sumiko Abe nació en 1923 en la ciudad de Takamatsu, en la prefectura de Kagawa, Japón. Fue la hija mayor de una familia acomodada y cultivada, a la que se le brindó una educación refinada y sofisticada desde su infancia. Desde joven Sumiko mostró gran interés por el arte y la cultura, por lo que sus padres la matricularon en la escuela de artes de Tokio para que pudiera desarrollar sus habilidades en la música, la pintura y la literatura.
Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial interrumpió la carrera artística de Sumiko. Debido a la situación que vivía Japón, y su compromiso con su país, abandonó sus estudios y se dedicó a ser enfermera. Fue en este periodo donde conoció a su futuro esposo, un soldado estadounidense llamado John Abe, con quien se casó en el año 1947.
La llegada de la pareja a Estados Unidos fue complicada, ya que la discriminación y el racismo eran frecuentes. Sin embargo, Sumiko encontró en su esposo el apoyo que necesitaba para seguir adelante, y paradójicamente, esta experiencia de alienación y marginación por parte de la sociedad estadounidense la animó a retomar su pasión por el arte. En 1965, comenzó a tomar clases de actuación y se sumergió en el mundo del teatro.
Ya entrados los años 70, Sumiko Abe se convirtió en un referente de la comunidad de actores y directores del teatro asiático-americano. Participó en numerosas producciones, como "The Dance and The Railroad" de David Henry Hwang, obra que fue presentada en Broadway en 1981. A pesar de no haber tenido la oportunidad de actuar en películas o series, Sumiko cosechó una carrera brillante en el teatro, siendo reconocida por su incansable esfuerzo y su dedicación al arte.
Sin lugar a dudas, Sumiko Abe nos dejó un ejemplo de perseverancia, compromiso y amor por el arte. Su carrera como actriz se vio interrumpida por la guerra y la discriminación, pero su pasión por la actuación nunca disminuyó. Su historia es un testimonio de que siempre es posible encontrar nuevas oportunidades para seguir adelante, y que las adversidades pueden convertirse en la fuerza que nos impulsa a alcanzar nuestros sueños.