Biografía de Soran Ebrahim
Soran Ebrahim es un actor iraquí que es conocido por su papel en la película "Turtles Can Fly". Aunque es conocido principalmente por su trabajo como actor, su vida antes de convertirse en actor fue muy interesante y digna de mención.
Nacido en el año 1986, en Irán, de padres kurdos que huían de la guerra en Irak, la infancia de Soran fue difícil. Él y su familia fueron acosados por las autoridades iraníes debido a su estatus de refugiados, y vivieron en la pobreza en un campamento de refugiados en la frontera de Irán e Irak. Hasta los ocho años de edad, Soran no tuvo acceso a educación formal debido a que los campamentos de refugiados no tienen escuelas y porque sus padres no podían permitirse enviarlo a una. Así, su educación hasta ese punto fue de algunos familiares y amigos que visitaban el campamento.
Cuando Soran tenía ocho años, su familia decidió regresar a Irak, donde el gobierno les dio una casa en los suburbios de Erbil. Soran finalmente pudo inscribirse en una escuela local y comenzar a educarse formalmente. A pesar de haber comenzado retrasado en su educación, Soran se destacó en la escuela y rápidamente se convirtió en un líder entre sus compañeros. También demostró habilidades interesantes en el campo de los idiomas, llegando a hablar más de cinco idiomas a una edad joven.
A la edad de catorce años, Soran decidió afiliarse a una organización juvenil del Partido Comunista Kurdo. Pronto fue entrenado en el uso de armas y se convirtió en miembro activo de la guerrilla kurda, luchando contra el régimen de Saddam Hussein. Soran se convirtió en un ejemplo de la valentía y el coraje, todo en medio del caos y el sufrimiento que la guerra traía a Irak y su gente.
En resumen, Soran Ebrahim no fue solo un actor cuando llegó al cine. Su vida anterior fue una experiencia de vida llena de sufrimiento y lucha, que lo convirtió en un personaje muy interesante. Desde sus días en un campamento de refugiados, hasta su educación, su afiliación a una organización juvenil y trabajar como combatiente, la vida de Soran Ebrahim demuestra que el arte puede surgir de la historia real y que cada ser humano tiene una historia que contar.